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Opel Rocks-e, la opción urbanita

El pequeño urbano Opel Rocks-e se une al Citroën AMI en la ambición de Stellantis de dominar la movilidad urbana en el futuro.

Los desplazamientos cotidianos pueden ser un buen momento del día o uno de los más tediosos. Depende de cómo nos desplacemos, con quién o hacia dónde vamos. Desgraciadamente la red de transporte público no siempre funciona de un modo óptimo, con poca frecuencia en muchos de los destinos, vagones o buses demasiado cargados o con paradas lejos de nuestro destino. Para los que buscan más versatilidad, pero no quieren invertir en un coche, Opel tiene la solución, el nuevo Rocks-e, el primo hermano del Citroën AMI. Este cuadriciclo eléctrico se sitúa en el punto medio entre los turismos y los ciclomotores, y lo hace con una propuesta interesante y ciertamente llamativa.

El Opel Rocks-e es un cuadriciclo de apenas 2,41 metros de largo y 1,39 metros de alto diseñado específicamente para ser un vehículo que se mueva como pez en el agua por el asfalto de las grandes urbes. Lo abalan sus dimensiones, con lo que será fácil encontrarle aparcamiento, y un radio de giro de 7,20 metros, de los mejores del mercado. Para los que encuentren en esta propuesta algo interesante, se alegrarán al saber que no hace falta sacarse el carnet B de conducir, sino que basta con el AM para ciclomotores, disponible a partir de los 15 años de edad.

Diseño efectivo

Opel

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El Rocks-e de Opel, como pasaba con el AMI de Citroën, tiene ciertas limitaciones en cuanto a su diseño, por su tamaño y por su voluntad de explotar hasta el último centímetro de su interior para ofrecer espacio para dos pasajeros y para sus equipajes. Aun así, Opel ha conseguido dotarle de personalidad propia gracias a recursos como el Opel Vizor, el concepto de frontal visto en el Mokka o el nuevo Astra que se compone de una franja oscura bajo el parabrisas que además integra los faros LED. En los coches más grandes, el Vizor esconde los sensores de los sistemas de seguridad.

En su interior, Opel juega con maestría para ofrecer un espacio atractivo, al tiempo que práctico. Tecnológicamente no anda corto, con un cuadro de instrumentos digital que ofrece la velocidad, el modo de conducción, la carga de la batería, el kilometraje y la autonomía restante y un soporte para el teléfono móvil, que podrá conectarse a la aplicación myOpel para simular un sistema de infoentretenimiento habitual, con funciones como el navegador. Opel lo ofrecerá en tres niveles de equipamiento, Rocks-e, Rocks-e Klub y Rocks-e TeKno, cada uno con más sistemas y soluciones disponibles. Su precio, aunque aún no disponible, se parecerá al del AMI, que cuesta 7.200 euros.

Hecho para la ciudad

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Al ser concebido para dominar la ciudad, Opel ha podido crear un vehículo que efectivo con una batería realmente pequeña, de 5,5 kWh, menor a la de un híbrido enchufable, que le aporta hasta 75 kilómetros de autonomía, una cifra mayor a la de la media de los desplazamientos urbanos cotidianos. Esta batería alimenta un motor que le permite acelerar hasta una velocidad máxima de 45 km/h, para estar siempre dentro de la velocidad máxima en ciudades.

Según Opel, el Rocks-e puede alojar fácilmente a dos adultos de hasta 1,90 metros de altura y a sus equipajes gracias a soluciones como un hueco de 63 litros de capacidad a los pies del pasajero.

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