Mi infancia ha estado siempre acompañada de un lápiz y una libreta, dónde daba vida a miles de historias. Así supe que mi pasión y vocación era escribir; comunicar. La música y la literatura han estado presentes en cada día de mi vida. Sin un estilo fijo, siempre variando. Extrovertida y seria. Puestos a decir también un defecto, he de destacar que tengo mal despertar, pero nada que un buen café no lo pueda hacer más llevadero.