Pasó a la historia como Coco, pero Gabrielle representa la faceta más auténtica de la diseñadora, ahora destilada en el nuevo perfume de Chanel. Rebelde, visionaria, excéntrica, supersticiosa… Descubre qué tienes en común con la mujer tras el gran mito de la moda.
“Todo lo que hago lo hago con pasión. No hay nada que no emprenda repitiéndome que mi vida entera depende de ello”, decía Chanel. La diseñadora tenía un talento desbordante, pero fue su entusiasmo lo que la salvó de la desidia y la llevó a hacer historia. Caracterizada por su rebeldía, Gabrielle logró sortear cada obstáculo que encontró en su camino a base de ignorarlo.
Piensa que hasta 1965 las mujeres francesas ni siquiera podían tener cuenta en el banco –sin autorización marital, claro–, pero la modista fue pionera al montar su propio taller en 1910. Contó con la ayuda de Boy Capel, aunque poco tiempo después le devolvió el dinero prestado. Ocho años más tarde, contaba con trescientos empleados: Gabrielle Chanel había ganado su libertad. ¿Lo mejor? Se trataba de una conquista universal, pues mediante su moda vanguardistatendía una invitación a la mujer para seguir su propio camino sin ataduras.
Si bien hace unas semanas imaginábamos cómo sería la couturière en la actualidad, en esta ocasión, diseccionamos la personalidad de la modista. Con el objetivo de advertir aquellos rasgos que la hicieron merecedora de un hueco en la posteridad y que hoy inspiran el perfume Gabrielle Chanel, hemos repasado su apartamento, sus máximas, su aportación a la causa feminista y su vida entera.
De naturaleza obstinada, se inventó a sí misma. Su signo es, sin duda, la rebeldía. ¿Por qué adaptarse a las convenciones pudiendo celebrar tu propia identidad? Solo así conseguirás una fuerza inquebrantable. Así, Gabrielle Chanel es un perfume descarado, capaz de expresar la rebeldía intrínseca a todas las mujeres. De ahí que no sea preciso que compartas todas las rarezas y genialidades de la modista. Son tan únicas como las tuyas. Se complementan con ellas en una expresión de feminidad universal.
Estos son los rasgos que definen la esencia de Gabrielle Chanel:
1. Inventar tu identidad
“Elegí lo que quería ser y lo soy”, solía decir la diseñadora. De orígenes humildes, la couturière fue bautizada como Gabrielle Chanel. Hizo historia como Coco, pero el nombre de Gabrielle determina a esta dama: su visión, talento y rebeldía.
2. Desafiar las convenciones
Aunque los perfumes de lujo tradicionales se asocian al peso del cristal de sus frascos, el del perfume Gabrielle Chanel es insólitamente fino. Gracias a años de desarrollo, sus delgadísimas paredes permiten que el líquido luzca resplandeciente. “El lujo es aquello que no se ve”, solía decir su inspiradora.
3. Amar la naturaleza
Si en algo se parecía la diseñadora a María Antonieta fue en que ambas reivindicaron las bondades de la vida bucólica en una época donde estaba absolutamente denostada. Así, Gabrielle Chanel tomaba el sol e impuso el bronceado como tendencia, rechazó los artificiosos tocados de la época en favor del canotier, e hizo de la espiga de trigo su emblema. Esta última, por cierto, simboliza la abundancia.
4. Rebelarte y revelarte
Gabrielle Chanel rompió moldes y destacó del mismo modo que las flores en el perfume que hoy lleva su nombre. Con la ayuda del Laboratorio de Creación y Desarrollo de los Perfumes Chanel, el perfumista Olivier Polge les cede el protagonismo en la fragancia de un modo inusitado. Intensificados con diversas técnicas, ylang ylang, jazmín, flor de azahar y un toque de nardo cultivado en Grasse desprenden un poder lleno de luz al tocar la piel.
5. Ser supersticiosa
En el apartamento de la diseñadora hay bolas de cristal o una baraja del tarot, pero Mademoiselle Chanel también tenía un número de la suerte: el 5. Unos dicen que bautizó su célebre perfume con este número por escoger la quinta muestra que le presentó el perfumista. Otros, que fue porque se trata de un número mágico, el número de la suerte. Para ella, era su amuleto, y aún está presente en las colecciones de la firma.
6. Sentir devoción por los hoteles
Gabrielle Chanel tenía su apartamento en el segundo piso del número 31 de la Rue Cambon. No obstante, allí únicamente recibía a las visitas. Era en una lujosa estancia del Ritz donde la modista comía y dormía. En la actualidad es conocida como la Suite Coco Chanel, donde destacan las lacas asiáticas, los espejos de madera dorada y el binomio blanco y negro.
7. Creer en el horóscopo
Nacida el 19 de agosto bajo el signo de Leo, Gabrielle Chanel se identificaba plenamente con este animal salvaje. “Soy Leo, y al igual que el león, enseño mis garras para protegerme”, decía. En uno u otro sentido, siempre la acompañó su figura.
8. Cuidar el interior más que el exterior
El Duque de Westminster regaló a Gabrielle unas cajas plateadas cuyo interior de oro le marcaron el camino hacia el verdadero lujo; el que va de dentro hacia fuera. Estas fueron su referencia al diseñar chaquetas en las que el forro de piel escapa a la vista. En estas se inspira hoy el interior del estuche del perfume, con un gofrado patentado que actúa como su verdadera funda: una réplica en relieve del frasco.
9. Evitar la soledad
Los biombos de laca de Coromandel dispuestos en el apartamento de la diseñadora no tenían como finalidad separar ambientes ni embellecer las estancias. Gabrielle los utilizaba para entorpecer la salida a sus invitados e impedir quedarse sola.
10. Rodearte de libros
"Los libros han sido mis mejores amigos", confió Gabrielle Chanel a su amigo, el escritor Paul Morand. De ahí que, como puede apreciarse en la imagen, las paredes de Rue Cambon, 31, estén forradas con la obra de Sófocles, Virgilio, Rabelais, Shakespeare, Montaigne, Madame de Sévigné, Baudelaire, Rilke o Proust.
11. Amar el color dorado
El dorado era, junto al blanco, el negro, el rojo y el beige, uno de los colores preferidos de Gabrielle. Porque era el color de los brocados de las sotanas de los clérigos que la acompañaron en su infancia, de las reliquias religiosas de la abadía de Aubazine, del arte barroco, que siempre la inspiró. Así es su bisutería, la cadena del bolso 2.55, los botones de sus diseños o los tejidos de Alta Costura conservados como Patrimonio de la Maison Chanel. Estos últimos son recreados en el estuche y la etiqueta del perfume Gabrielle Chanel, de color lamé mate, que también evoca la luz de la fragancia.
12. Poseer temperamento artístico
Durante su juventud, Gabrielle se sintió atraída por el mundo de la música. Trabajaba en una sastrería durante el día, y por las noches, frecuentaba La Rotonde. En este café-concert de Moulins subía al escenario a cantar durante los cambios de vestuario de los artistas principales. Allí ganó el apodo de Coco, por la canción ¿Quién ha visto a Coco en el trocadero?, parte de su repertorio.
13. Ver sin ser vista
La modista prefería ser testigo en la sombra de las reacciones que suscitaban sus desfiles. A tal propósito servían los espejos de la escalera art déco que vertebra los tres pisos de la vivienda. Las presentaciones se celebraban en la planta baja, que Gabrielle observaba atenta desde el quinto escalón.
14. Ser minuciosa
Se trata de un rasgo fundamental para la carrera de la diseñadora, presente en la alta calidad de los materiales y la perfecta ejecución de cada pieza de la Casa de la Camelia. ¿Un ejemplo formal? La etiqueta cuadrada del perfume Gabrielle Chanel es del mismo tamaño que su tapón, y está colocada de modo que cada faceta revele plenamente la luz de la fragancia.
15. Rememorar la infancia
Gabrielle Chanel recibió casi todas sus influencias estéticas del orfanato donde pasó casi siete años: el estilo monacal de sus diseños, la sobriedad cromática, el arte barroco y las piedras de colores que decoraban la abadía de Aubazine… o detalles como el color burdeos del interior del bolso 2.55, idéntico al de su uniforme. Gabrielle quiso borrar su pasado, pero fue su bagaje (y su rebeldía), el que la hizo inmortal.