Marie Claire

Consejos para tomar el sol (con cabeza) este verano

Poco a poco se acerca la fecha en la que daremos la bienvenida a la nueva estación. El verano está a la vuelta de la esquina, pero seguro que ya sois muchas las que habéis empezado a tomar el sol, cuando, claro está, la meteorología lo ha permitido.

Lo primero que tenéis que saber es que la primera advertencia que nos hacen los dermatólogos es que el sol de primavera es de los más peligrosos de todo el año, incluso aún más que el de los meses de verano.
En primavera, empiezan a subir las temperaturas y en esta época, el sol ya se encuentra en una posición lo suficientemente elevada para que la incidencia de la radiación ultravioleta sobre nuestra piel sea muy directa. Además, tenemos que tener en cuenta que es nuestro primer contacto con el sol después de un largo invierno, y nuestra piel, si nos confiamos, puede sufrir quemaduras aún peores que en pleno julio o agosto.
En los primeros baños de sol debemos ponernos mucha protección ya que nuestro cuerpo ha estado cubierto todo el invierno y no ha producido melanina, la defensa que tenemos de forma natural ante el sol. Debemos escoger una crema de protección alta FPS 30 o Muy Alta FPS 50+ y con filtro físico para los niños menos de dos años y químico para el resto.
Debemos aplicarnos la crema solar siempre una media hora antes de exponernos al sol, para que nuestra piel pueda realizar una correcta absorción de esta. Además, es conveniente renovarla varias veces a lo largo del día.
Es importante empezar a tomar el sol de forma progresiva, con exposiciones cortas y, sobre todo, evitar hacerlo en las horas centrales del día.
Pero también debemos proteger nuestros ojos, usando gafas de sol para evitar el futuro padecimiento de cataratas o el envejecimiento del ojo, o nuestros labios usando barras de labios fotoprotectoras

El cuidado de la piel no se queda en la playa

Una vez hayáis terminado vuestro día en la playa o piscina, el cuidado de la piel no acaba ahí. Después de tomar el sol, nuestra piel se ha deteriorado por el cloro o la sal, el ambiente y la sequedad y es por ello que tras la ducha debemos hidratarnos bien la piel con una buena crema.
También nuestro cabello, que sufre como el que más tanto el efecto del agua como el del sol. Por ello debemos usar mascarillas que nos ayuden a revitalizar el pelo y protegerlo cuando este expuesto al sol.
Con estos consejos, ahora solo nos queda ¡disfrutar del sol!
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