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Cómo evitar el acné por el uso de mascarillas

El roce de la mascarilla y el hecho de llevar cubierta gran parte de la cara durante muchas horas está provocando daños cutáneos, como picores, sarpullidos, erupciones, manchas y, sobre todo, acné.

Llevamos, prácticamente, un año usando la mascarilla. Es el complemento obligatorio para entrar en contacto con el mundo exterior, tanto en la calle como en cualquier lugar público cerrado (oficinas, bares, universidades, transporte público. Y uso empieza a pasar factura en nuestra piel. El roce y el hecho de llevar cubierta gran parte de la cara durante muchas horas está provocando daños cutáneos, como picores, sarpullidos, erupciones, manchas o acné.

Pero de entre todas estas afecciones hay una que destaca sobre el resto: los granos. Es la más común en aquellas personas que llevan la mascarilla durante su jornada laboral y quizá también la más molesta. Se trata, además, de un problema que está siendo frecuente en personas propensas a sufrir brotes de acné, aquellas que padecen de rosácea o dermatitis atópica, o las que tienen alergias cutáneas. Las partes afectadas, como es lógico, son la nariz, los mofletes y barbilla. Porque son las zonas del rostro que cubre la mascarilla y en las que aparece el acné normalmente.

¿Y qué podemos hacer?

Para combatir el acné como consecuencia de la mascarilla y reparar la piel dañada conviene aplicar una serie de medidas muy sencillas, pero efectivas.

Llevar a cabo una rutina facial correcta. Consiste en limpiar el rostro dos veces al día: una antes de dormir y otra al despertarse por la mañana. Realizar una limpieza en profundidad de la cara es fundamental para eliminar la suciedad acumulada y preparar la piel para el uso de la mascarilla. A continuación, con el rostro limpio, es recomendable utilizar una crema facial de base acuosa, capaz de proporcionar a las pieles propensas al acné la nutrición que necesitan sin engrasarlas.

Mantener una correcta higiene de manos. Junto al uso de mascarilla y la distancia social, lavarse las manos es primordial para protegernos del virus, pero también para proteger nuestra cara -que inconscientemente tocamos numerosas veces al día- de la suciedad que penetra en los poros y provoca daños en la epidermis.

Reemplazar la mascarilla en función de sus horas útiles. La mascarilla tiene un periodo de vida útil, por lo que si la utilizas más horas de las debidas no solo dejarás de estar protegida, sino que además estarás dejando tu rostro en contacto directo con un foco de bacterias. Sobre todo, aquellas personas que, por ejemplo, mientras la llevan no paran de hablar, como pueden ser los profesores.

Utilizar la mascarilla recomendada según el espacio. A estas alturas todos sabemos que hay mascarillas que nos protegen más que otras, es decir, que nos sellan más o menos el rostro. Las mascarillas quirúrgicas, que son productos sanitarios, son recomendables para utilizar en el día a día. Por otro lado, la FFP2 está indicada para uso profesional, para situaciones en las que se está expuesto a un alto grado de patógenos externos. Por ello, las FFP2 proporcionan un menor grado de respirabilidad, lo que afecta también a la respirabilidad de los poros, siendo mucho más agresivas con la piel de la cara.

Teniendo en cuenta lo anterior, te proponemos una serie de productos que te pueden ir genial para minimizar el acné causado por el uso de las mascarillas:

SkinLabo

Crema facial de SkinLaboSkinLabo

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Crema activa reguladora de sebo. Contribuye a controlar la producción de sebo, evitar la obstrucción de los poros e hidrata y matifica la piel. PVP: 30 euros.

Medik8

Limpiador facial de Medik8Medik8

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Limpiadora en espuma que proporciona una limpieza profunda, antibacteriana y exfoliante indicada especialmente para la pieles grasas o con acné. PVP: 33 euros.

Q77+

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Gel Limpiador Tonificante. Renueva tu piel de forma impecable y elimina el exceso de grasa y las impurezas que obstruyen los poros, a la vez que afina su textura mediante una suave exfoliación con vibración. PVP: 29,99 euros.

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