Marie Claire

Autobronceadores corporales: cómo aplicarlos y los mejores productos

El verano está a punto de terminar y si hay una cosa que no queremos que pase nunca, es el bronceado perfecto que conseguimos en la playa.

El autobronceador se ha convertido en un recurso cada vez más empleado después de las vacaciones. Y es que, gracias a las fórmulas más “inteligentes”, podemos conseguir un tono realmente bonito y uniforme, siempre que recurramos a los productos adecuados y siempre que nos los apliquemos con sensatez.
La experta en belleza Carmen Navarro nos explica que siempre hay que escoger el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades. Lo primero que debes tener en cuenta es que si no eliges productos de calidad, además de poner en riesgo la salud de tu piel, puedes acabar “a rayas” y con un tono lejos de la naturalidad que buscabas. Ya hay productos que además de proporcionarnos un tono natural y uniforme, evitando las antiestéticas estrías, contienen sustancias que nos ayudan a combatir los radicales libres.
Carmen Navarro señala que es importante empezar la aplicación con una buena exfoliación. Después de acertar con el autobronceador adecuado, lo primero que debes realizar es una buena exfoliación, no solo para eliminar las células muertas sino para conseguir un color uniforme. Recuerda masajear la piel especialmente aquellas zonas más rugosas como los tobillos, las rodillas o los codos. Empieza por las piernas y asciende a abdomen, brazos… Y no te olvides una buena hidratación. El siguiente paso delicado es cómo debemos aplicarlo. Emplea el mismo orden que has empleado en la exfoliación. Empieza por las pierna y evita detenerte demasiado en las zonas rugosas, siempre masajeando de manera uniforme. No caigas en la tentación de darte más producto si no aprecias el resultado de manera inmediata, ya que los efectos se notan posteriormente. La experta nos explica que, cuando se trata de aplicar el autobronceador en la cara, es importante emplear poca cantidad, masajear mejillas y barbilla ligeramente y ¡atención! en contorno de ojos y nariz. No dejes exceso de producto entre arrugas y pliegues. Menos es más a la hora de lograr el efecto buscado. Y, por supuesto, no olvides que el cuello y las orejas también necesitan adquirir el mismo tono. Son las zonas más olvidadas y las que nos llevan a cometer grandes errores.
Ahora siéntate cómoda y escoge el autobronceador perfecto ya mismo.
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