Marie Claire

Piel sensible y atópica: manual de cuidado y productos estrella

La atopia afecta actualmente a un 30% de adultos y de ese porcentaje, un 62% de las mujeres de todo el mundo afirman estar dentro del grupo de las pieles intolerantes. El cuero cabelludo, el rostro y las manos suelen ser las zonas más afectadas. Descamación, sequedad, grietas... Descubre qué puedes hacer para combatir los síntomas.

La atopia afecta actualmente a un 30% de adultos y de ese porcentaje, un 62% de las mujeres de todo el mundo afirman estar dentro del grupo de las pieles intolerantes. Los síntomas son variados, pero la mayoría de las personas que tienen la piel sensible, atópica o con dermatitis la tienen descamada, seca o agrietada, lo que produce picor, escozor, sensación de calor y, por supuesto, dolor.

Las zonas que, normalmente, están más afectadas son el cuero cabelludo, la piel del rostro y las partes del cuerpo más delicadas o expuestas a agresiones externas, como pueden ser las manos. Para combatir el abanico de síntomas es imprescindible servirse de productos especializados, es decir, con una formulación creada para tal fin, y destinados a la zona en concreto que se necesita tratar. Te damos algunas pautas:

Alivia el cuero cabelludo

Sequedad, picor e irritación son los síntomas principales de un cuero cabelludo alterado. Y es necesario restablecer las funciones cutáneas para evitar episodios de hipersensibilidad, provocados por microinflamaciones. Huye de los productos con sulfatos y parabenos y sírvete de fórmulas que contengan ingredientes como los fitocéuticos, con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antiedad.

Restaura la piel del rostro

Por la delicadeza de su estructura, el rostro necesita cuidados periódicos y sistemáticos para reducir los daños de la dermatitis atópica. Conservar en el frigorífico los productos de cuidado de prevención del brote, para que la piel se enfríe y se calme, y evitar las irritaciones ecánicas, por ejemplo, no utilizando esponjas y secando el rostro mediante toquecitos con la toalla, son gestos sencillos que alivian y evitan reacciones.

Objetivo: confort corporal

La dermatitis atópica no tiene cura, suele comenzar antes de los dos años y más o menos un 10 % de los pacientes sigue sufriendo manifestaciones de adulto. Al igual que en el rostro, el cuerpo debe ser tratado con unas medidas de higiene suaves, para evitar heridas, y una estricta rutina de productos específicos. La función de los geles y lociones es proteger y nutrir la piel enferma para mantenerla húmeda y proporcionar activos calmantes y antiinflamatorios que reduzcan el enrojecimiento.

A continuación, hemos preparado una selección con productos creados para pieles sensibles y atópicas que te puede resultar útil para empezar a reparar tu piel.

tracking