Libre de metales
El níquel, el cobalto o el cobre hacen que nuestro cabello se vea más débil y grisáceo. Descubrimos, junto a Rocío Osorno, la gama 'Metal Detox', de L'oréal Professionnel.
Pelo suelto. ¿El problema? Metal dentro de la fibra. ¿La solución? Glicoamina. Los laboratorios de L'Oréal Professionnel Paris han descubierto la acción quelante de este ingrediente y lo han incluido en su línea Metal Detox. ¿El resultado? Un cabello mucho más manejable, sedoso y brillante. Camisa con cristales, de Sandro.
Sin riesgo

Sin riesgo
La glicoamina, presente en la gama Metal Detox, de L'Oréal Professionnel, es el único agente activo lo suficientemente pequeño como para atrapar y neutralizar el metal dentro de la fibra. Vestido de satén con cadenas metálicas, de Fabiana Filippi. Pendientes, de Aristocrazy.
Cabello manejable

Cabello manejable
"Después de aplicar Metal Detox, el cabello queda realmente recubierto. La adherencia del cepillo en el cabello es increíble. Además, es fácil de aplicar. Los tonos se sienten más frescos. Y sobre todo, el brillo es extremo", explica Charlotte Catherin, experta en cabello. Vestido de seda, de Dsquared2.
Marcando la diferencia

Marcando diferencia
"Con Metal Detox, desde la primera aplicación puedo ver una gran diferencia en el resultado final de cada color que he realizado", asegura el experto en cabello Sebastian Langman-Kirtley. Camisa, de Pomandère. Pendientes, de Aristocrazy.
Proeza tecnológica

Proeza tecnológica
La gama cuenta con nueve patentes y ha tardado siete años en desarrollarse. "Estoy muy impresionado por su rendimiento. Como profesional, también me ha sorprendido la rentabilidad", detalla el experto en cabello Washington Nunnes. Vestido de seda, de Maje. Pendientes de cristal verdes, de Thomas Sabo.
Menos rotura y más color

Menos rotura y más color
La nueva tecnología de L'Oréal Professionnel garantiza un 97 % menos de rotura del cabello, un color más duradero y el doble de brillo. Además, preserva el color después de múltiples lavados con champú y mascarilla Metal Detox. Traje, de Rocío Osorno Atelier.
''Hasta que no conoces a alguien que se dedica a esto, no sabes lo que hay detrás''
Fuera de cámara es divertida, perspicaz y, sobre todo, muy cercana. Habla con soltura de sus trucos de belleza, de su Sevilla natal y de su vida cotidiana. Su profesionalidad es innegable: la diseñadora e influencer Rocío Osorno (Sevilla, 1987) muestra las mismas cualidades durante la sesión de fotos y también en esta entrevista, que se alargan más de lo previsto –ni una queja sale de sus labios– sin que haya un representante cronometrando los minutos. Hablamos con ella sobre su trabajo, la exposición en redes sociales, su marca de ropa y, por supuesto, sus productos capilares favoritos.¿Cómo empezaste con tu perfil de Instagram? Todo empezó hace diez años. Estudié Ingeniería Técnica Agrícola y posteriormente realicé un grado de Patronaje Industrial y Moda, y quise empezar a hacer mis propios diseños de moda. Instagram se convirtió en una forma de enseñar lo que hacía. Poco a poco fui subiendo de seguidores, fue todo muy orgánico, y posteriormente empecé a publicar fotos de mis estilismos y a colaborar con diferentes marcas. ¿Qué te inspira a la hora de crear contenido? Me gusta ver en qué innova la gente, por dónde van las tendencias cada temporada, qué tipo de reels o de fotos se lleva, pero no quiero ni siquiera que me inspire el estilo y la forma de vestir de otras mujeres porque es algo muy personal. Mis seguidores me siguen por mi estilo y lo que quieren ver es mi interpretación de las tendencias, así que intento no dejarme llevar mucho por las tendencias o por los looks que sacan otras chicas.
Tienes 1,5 millones de seguidores en Instagram. ¿A veces sientes presión a la hora de subir algo? Siempre digo que hasta que no conoces a alguien que se dedica a esto, no sabes lo que hay detrás. La presión que tenemos es enorme. Llevo siete años, desde que empecé a dedicarme a esto de forma profesional, sin descansar ni un solo día. No me refiero a contenidos publicitarios, que al final no enganchan tanto como el orgánico. Siempre tienes que ofrecer tu propio contenido, que requiere mucho trabajo, y estresa bastante. Nunca desconectas y siempre estás pensando "¿qué voy a subir mañana?", "¿cómo ha funcionado todo lo que he publicado hoy?". ¿No desconectas nunca? Hay días en los que intento organizarme para tener una mañana para mí. Pero cualquier situación cotidiana, incluso el hecho de hacer la compra en el supermercado, forma parte de tu contenido e interesa a la audiencia. De hecho, es algo que interesa más que cualquier cosa más forzada. Subes una foto y en cuestión de segundos ves likes de miles de personas. ¿Es algo que te sigue impresionando? Ya no me impresiona tanto, ni tampoco me obsesiona. Como el algoritmo de Instagram cambia constantemente, ya lo he normalizado. Me obsesiono más con el hecho de ofrecer un buen contenido porque, al final, ya está todo visto, que con el tema de likes o de seguidores. Si durante unos días ofreces un contenido peor, te bajan los seguidores, claro. Es un cambio constante, pero ya no me obsesiona.
¿Sabes si determinadas fotos van a funcionar mejor o peor? Me lo puedo imaginar, pero muchas veces me equivoco. Ya no depende tanto de nosotras, sino del algoritmo de Instagram, así que no me agobio. Desde hace unos meses, Instagram ya permite elegir si mostrar o no el número de likes. Muchos creen que es la única forma de poner en valor el contenido. ¿Es así? Es cierto que la gente se obsesiona mucho con este tema, pero a mí ya no me afecta. Muchas compañeras ocultan los likes de las fotos que no han funcionado muy bien. Yo no lo hago. La gente que los oculta ahora se obsesiona por el número de seguidores. Luego les va a pasar lo mismo con el número de comentarios... Siempre va a haber algo porque a los seres humanos nos gusta competir entre nosotros [ríe]. ¿Y qué desventajas tiene tanta exposición en redes sociales? Por supuesto, tiene más ventajas porque si no, no estaría aquí. Pero, claro, también tiene sus inconvenientes. Cualquier persona que tiene redes sociales está expuesta a críticas. El hecho de que tanta gente sepa tantas cosas privadas de tu vida no me gusta y lo paso muy mal con mis niños. He reducido mucho la exposición de mis hijos en redes justo por eso. Me llegan incluso comentarios negativos sobre ellos. Yo ya me he acostumbrado a las críticas, pero nunca aceptaré ese tipo de mensajes sobre mis hijos. Sin duda, es la parte que peor llevo. Por suerte, he de decir que tengo pocos haters y muchas seguidoras incluso me defienden si ven algún comentario ofensivo o desagradable. También tienes tu marca de moda. Sí, la verdad es que va muy bien. Tuvimos un parón debido a la pandemia, nos pusimos a hacer mascarillas, pero ahora parece que todo ha vuelto con toda la fuerza del mundo. Nos dedicamos sobre todo a los vestidos de invitada y ahora no damos abasto porque todas las bodas que se iban a celebrar durante la pandemia se celebran ahora. Ha sido una auténtica locura y hemos recuperado los últimos años en tiempo récord. Estoy muy contenta, todo lo que vamos sacando se agota.
¿Diseñas todas las prendas? Sí. Tengo un equipo que trabaja conmigo, pero yo soy la que siempre da las ideas: las formas, el diseño, los tejidos... Al principio lo hacía todo yo, pero ahora he perdido muchas nociones de patronaje y de diseño, porque no le puedo dedicar tanto tiempo como antes. ¿Qué lugar ocupa la belleza en tu vida? Me gusta cuidarme y estar bien, pero tampoco me obsesiono con este tema. Para mí, un día feliz en mi casa es un día en el que ni me maquillo, me hago un moño y estoy en pijama todo el día [ríe]. Supongo que es porque mi trabajo requiere que me maquille y que esté guapa casi siempre. Por supuesto, me gusta hacerme mis tratamientos y también me cuido mucho el cabello. ¿Qué haces para que tu pelo siempre luzca así de bonito? He de admitir que tuve una época muy mala: me atreví con un rubio muy claro, platino, algo que me estropeó mucho el cabello, no me crecía. Lo pasé mal, pero poco a poco lo fui recuperando. Ahora me hago tratamientos de hidratación, estoy encantada con la línea Metal Detox, de L'Oréal Professionnel. Desde que la utilizo, noto que mi pelo está mucho más hidratado y fuerte. Además, veo que tiene un brillo intenso. El champú me gusta porque limpia muy bien el cuero cabelludo pero sin resecar y, además, hace que el pelo dure limpio más tiempo. La mascarilla hace que esté muy sedoso, hidratado y suave.¿Tu rutina capilar cambia según la estación? En verano utilizo muchas mascarillas e hidrato más la melena porque sufre mucho con el sol y con el calor. En invierno, cuando hace mucho frío, también lo necesito porque las temperaturas extremas hacen que el cabello se me seque. En otoño y primavera siempre me lo noto bastante mejor, pero me lo cuido durante todo el año. ¿Has cometido algún error capilar en tu vida? Miles [ríe]. En cuanto a los tintes, me he echado todos los habidos y por haber, de todas las marcas y de cualquier tipo. De pequeña me llegué a teñir incluso con agua oxigenada. Hace tres o cuatro años me corté el flequillo yo sola... He aprendido a cuidarme el pelo a base de errores –o más bien catástrofes– capilares.
Metales dañinos
No hay una definición científica sobre qué significa tener un "mal pelo". Sin embargo, en una encuesta realizada por el Instituto Perception para su estudio Good Hair, cuyo fin era evidenciar las actitudes discriminatorias hacia el cabello de la raza negra, se pidió a sus más de 4000 participantes de distintas etnias que definieran qué era para ellos todo lo contrario: un buen pelo. La gran mayoría lo describió como "manejable y sano", "con el énfasis puesto en la textura". Los calificativos que más se repitieron fueron "liso", "suave", "sedoso", "manejable", "no rizado ni fosco". Curiosamente, es precisamente todo lo que no ocurre si estamos ante una melena metalizada.
El pelo y los metales
La polución, el agua de las piscinas y hasta la de la ducha depositan en la fibra capilar metales como el cobre, el níquel, el cobalto, el hierro o el magnesio que, en grandes cantidades, la hacen más frágil, áspera y apagada, y afectan al resultado de la coloración. El nivel de metales en el cabello varía, dependiendo de la calidad del agua y de la porosidad del pelo (incluso el agua más limpia puede estar sobrecargada de metales, ya que erosiona las tuberías metálicas).Lavado tras lavado, las partículas de metal se acumulan dentro de la fibra. Cuanto más porosa sea esta, mayor será la acumulación de metales, ya que se comporta como una esponja que los absorbe. Esta acumulación excesiva de metal no es un riesgo para la salud, sin embargo, durante los servicios de color, balayage y decoloración, en contacto con el oxidante, el metal puede provocar la rotura y un resultado de color poco fiable.

En el salón de belleza
- Spray pretratamiento que neutraliza los metales.
- Champú que elimina metales presentes en la fibra.
- Acondicionador y mascarilla profesional: evitan el depósito de nuevas partículas de metal en el cabello. Todo de L'Oréal Professionnel.
Las rubias se llevan la peor parte
El hecho de tener el cabello oscuro o de evitar los cambios de tono no nos mantiene en la zona de seguridad, pero, sin duda, las rubias son las que más sufren la presencia de los metales. Debido a la existencia excesiva de cobre, las mujeres que lucen tonos rubios o con mechas ven cómo el color que eligen no sale como esperaban y, además, se levantan cada mañana con una melena no precisamente fácil de domar.Su exceso también explica que en verano los mechones dorados se vuelvan verdes. Aunque hay muchas causas que provocan daño en el cabello, como el cepillado, herramientas de calor sin protector, decoloraciones, tintes o permanentes sucesivas, el cobre es uno de los peores enemigos de la salud de la fibra.
"La exposición solar prolongada provoca daños como pérdida de resistencia a la tracción, cabello quebradizo, cambios en el color, reducción del brillo, puntas abiertas y aumento de la fricción en la superficie", señala la dermatóloga Sharleen St. Surin-Lord, miembro de la Academia Americana de Dermatología."El proceso comienza con una reacción en cadena de los radicales libres, iniciada por la alta energía de los rayos ultravioleta que se propaga en presencia del oxígeno atmosférico y que termina con la oxidación de las proteínas y los componentes lipídicos del pelo. La melanina los protege parcialmente, pero su presencia se reduce por oxidación que aumenta gracias a los metales, especialmente los iones de cobre", añade.
"Hay que subrayar que todo ello ocurre cuando el cobre está presente en exceso y en el interior de la fibra, ya que el cobre que el cabello tiene de forma natural es beneficioso para la oxidación de la melanina en los procesos de coloración", explica Cristina Biurrun, directora científica y técnico-reglamentaria de L'Oréal España. Por supuesto, con los tintes la cosa se complica. Por eso, es tan importante eliminar el cobre en exceso que se encuentra en la fibra capilar para así reducir la rotura del cabello en los tratamientos de coloración y decoloración.

En casa
- Crema limpiadora antimetales.
- Mascarilla protectora antidepósitos de metal.
- Aceite protector antidepósitos de metal. Todo de L'Oréal Professionnel.
Cómo eliminar los metales
¿A partir de cuánto hay que preocuparse? La experta señala que hablamos de cantidades muy pequeñas, de 100, 200 ppm, es decir 100-200 partes de cobre en un total de un millón de partes. Los estudios de L'Oréal señalan que el 17 % de los franceses, el 8 % de los daneses y alemanes tendrían más de 50 ppm de metales incrustados en su fibra capilar. Sin embargo, el 58 % de los españoles superan esa carga.Los metales no solo están presentes en los grifos de nuestros hogares: también están en el mar, en las piscinas e incluso pueden provenir de la alimentación o del agua que bebemos. Por suerte, este problema tiene solución. De hecho, los laboratorios de L'Oréal han identificado la molécula capaz de dirigirse al metal: la glicoamina. Es un agente activo lo suficientemente pequeño como para penetrar en el interior de la fibra.
Una vez dentro, tiene una fuerte afinidad con el metal que le permite absorberlo. En otras palabras, neutraliza el metal. Es un verdadero avance para garantizar los servicios de color, balayage y decoloración. Para obtener el máximo rendimiento y eficacia, la concentración de glicoamina en el pretratamiento Metal Detox ha sido llevada al máximo: un 10 %.Se trata de un nuevo protocolo profesional capaz de neutralizar los metales y desintoxicar el cabello. Sus tres pasos se llevan a cabo en salones para garantizar la fiabilidad en servicios de color, balayage y decoloración. ¿Los resultados? Un 97 % menos riesgo de rotura y un color completamente optimizado. Además, la fórmula penetra en el interior de la fibra, ofrece un resultado de color que dura más y hace que el cabello sea visiblemente más brillante.
Un paso muy importante para el cliente es el mantenimiento en casa. El uso de la crema limpiadora antimetales (tiene una textura densa que crea una generosa espuma, por lo que es fácil de extender y aclarar) y la mascarilla protectora antidepósitos metálicos (nutre intensamente y reduce los niveles de porosidad, protegiendo el cabello mejor de nuevos depósitos de partículas metálicas) desintoxica y protege el cabello, manteniendo la vitalidad del color.Ahora a la gama se une el nuevo aceite concentrado, la última innovación para prevenir la rotura del cabello. Este novedoso producto ayuda a una recuperación más rápida de la fibra capilar después de cualquier tratamiento, hasta las decoloraciones extremas, sin sobrecargar el pelo. Nutre, elimina el encrespamiento y protege. Con su textura extremadamente maleable, el aceite puede usarse en cabello húmedo y seco, dependiendo del acabado deseado. ¿El resultado? Una melena mucho más fuerte, con movimiento, una fragancia irresistible y un extra de brillo. Mantener el cabello sano y la vitalidad del color nunca había sido tan fácil. (*) Fotos de Santiago Esteban. Estilismo de Beatriz Valdivia.