Marie Claire

Así puedes engañar a tus ganas de picar entre horas

Aunque hayamos desayunado, a eso de media mañana nuestros instintos se despiertan, de pronto nuestro olfato se hace más sensible captando los olores comestibles del entorno y nuestro estómago parece pedirnos, con carita de perro abandonado, que le echemos algo que lo entretenga. Vamos al rescate.

Ese momento es peligroso, ya que en realidad no tenemos hambre, simplemente nos apetece un capricho. ¿Por qué sé que no es hambre? Muy sencillo, si en ese momento te ofrecen un plato de lentejas, un plato de espinacas o una ensaladilla de judías verdes, lo rechazarás de plano, en cambio un trozo de chocolate, un donut, una barrita o un café te entraría de maravilla. Igual pasa por la tarde, ya comiste y echaste una pequeña siesta. Al despertar lo primero que viene a tu mente es algo dulce, no lo piensas y vas a tu despensas y buscas con ansias algo que calme tu necesidad de dulce, y estoy segura de que algo encuentras por allí, una magdalena, un barquillo de chocolate, conguitos… Pasados los primeros cinco minutos, los remordimientos asaltan tu mente: “No debí habérmelo comido”. “¿Por qué siempre cedo a la tentación?”. “¡Mañana no lo haré!”.

Y yo te digo que no te tortures: esto es normal y nos pasa a casi todo el mundo. Sabiendo que la tentación vendrá, nosotras hemos de estar preparadas para ser las que ganemos la partida. Para eso te doy dos consejos básicos:

● 1º- No tengas en la despensa o en el frigorífico nada de lo que te puedas arrepentir de habértelo comido, como galletas, pasteles, snacks salados, snacks dulces…

● 2º- Ten siempre a mano algo que puedas tomar que calme tu necesidad de picar algo sin añadir calorías extras a tu dieta.

Y tú me dirás: “Eso no es posible” y yo te digo que sí, que tienes opciones saludables e igual de deliciosas. Toma nota, snacks ligeros dulces:

Te informa, te ayuda

Marie Claire

Recibe la revista en tu casa desde 29 euros al año

Suscríbete
Suscríbete a Marie Claire
tracking