¡No te fíes! 15 mitos persistentes sobre la pérdida de peso
Obviamente la gula es un pecado capital que te pasará factura en la báscula, pero existen otros falsos mitos por los que no pierdes peso. ¿Los conoces?

Los notas, te pesan y los acabas odiando. Estos tres kilos “de más” se han convertido en tu pequeña pesadilla en los últimos meses. Aunque no darías tu vida por el deporte y sigues sin saber si eres capaz de renunciar del todo a una tarta de chocolate, ya te has decidido a luchar eficazmente contra ellos. Ya lo sabrás, pero a la hora de adelgazar, no todo vale. Solemos tener la tentación de no comer durante horas, con la esperanza de acelerar el proceso de pérdida o de seguir dietas extremas de tres días que prometen eliminar la grasa en un tiempo récord. Que no te engañen, no existen soluciones eficaces o milagro que no dañen tu cuerpo. Una pérdida de peso supone ante todo no quemar las etapas y no focalizarse sobre las calorías o el peso que aparece en la báscula. Mitos persistentes se transmiten, por el boca a boca, por estas amigas que pretenden ayudarte y que, sin saberlo, te pueden llevar a seguir una dieta peligrosa e incluso caer en trastornos alimenticios o enfermedades como la anorexia.
La regla primordial es no poner tu salud en peligro y pensar a largo plazo. Aunque busques efectos inmediatos, se trata sobre todo de hacerte adoptar hábitos saludables para el resto de tu vida. Para ello, tienes que ser consciente de todos los nutrientes que necesitas. Adoptar una dieta equilibrada pero sobre todo variada es la clave: comer hasta la saciedad verduras durante semanas te hará perder peso pero también te aportará carencias importantes. Algunos alimentos calóricos como los plátanos no tienen que desaparecer del todo de tu vida por su aporte: son también necesarios para potenciar tu energía. Apenas hace falta recordártelo, no caigas en la trampa de hacer deporte de forma extrema para compensar tus calorías. Alimentación y deporte tienen que ir de la mano. Con una práctica regular y adaptada a tu cuerpo y capacidades, conseguirás sentirte bien.
Si ya estás decidida a empezar una dieta, ten en cuenta estos 15 mitos. Perder peso no supone hacerse sufrir y mucho menos poner su cuerpo en peligro.
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1. No coger pesos
Parece una redundancia, pero sí: para perder peso tendrás que coger pesas. Muchas chicas huyen de esta actividad porque creen que se muscularán de manera excesiva. Sin embargo, debes combinar ejercicios aeróbicos con pesas: conseguiremos más músculo y este, a su vez, consumirá más calorías incluso en reposo. Por otro lado, reafirmarás y evitarás la flacidez cuando hayas perdido el peso deseado.
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2. No picar entre horas
Vale, la teoría es evitar el picoteo pero qué entendemos por picar entre horas. Para una alimentación sana es recomendable realizar 5 comidas: no te saltes el tentempié de media mañana ni la merienda. Debes mantener activo el metabolismo comiendo de forma moderada cada 3 ó 4 horas. Es mejor tomar una fruta o un yogur a media mañana que llegar al almuerzo con mucha hambre y comer más de la cuenta.
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3. Hacer dieta y ejercicio extremo para compensar
Hacer ejercicio implica que necesitas más energía. Deberás consumirás más calorías. Además, tendrás más hambre. ¿Sabías que los deportistas de élite adelgazan cuando no entrenan? No te compliques: para perder grasa corporal debes crear un déficit calórico. Practicar deporte es necesario, pero no la excusa para hacer abusos alimentarios.
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4. No comer otra cosa que verdura
La fruta y la verdura también engordan. Tienen pocas proteínas y, por el contrario, una cantidad significativa de hidratos de carbono. Son muy aconsejables por tener fibra. Sin embargo, hincharnos a comer frutas y verduras bajo la creencia de que son buenas para la dieta es un error. Por ejemplo, si has comido suficiente, no tienes por qué añadir una fruta como postre: estarás sumando calorías innecesarias. Es mejor tomarla a media mañana y a media tarde.
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5. No comer
Este es uno de los principales errores de una dieta. No por no comer adelgazarás más. Así empieza el temido efecto yoyó: cuando comas, engordarás más. Si no ingerimos alimentos, nuestro cuerpo irá reduciendo el gasto calórico. Se pondrá en modo ahorro. Lo recomendable es tener energía suficiente para realizar las actividades que nos impone nuestro día a día.
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6. No perseguir tu peso ideal
Muchas veces cuando empezamos una dieta no perseguimos el peso ideal, sino un ideal de peso que puede que no se corresponda con la realidad. Tienes que aprender a aceptarte y llevar una alimentación sana. Además, piensa que, aunque adelgaces, tu constitución genética es importante: aunque adelgaces mucho, tu estructura ósea no cambiará.
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7. Compararte con los demás
Hacer deporte y dieta con otra persona puede motivarte, pero también perjudicarte. Nunca te compares con los resultados obtenidos por el otro, porque, como dice el refrán, cada cuerpo es un mundo. Si haces ejercicio con tu pareja, ten en cuenta que él rentabilizará más el esfuerzo: gastará más calorías y, además, por genética, tiene menos proporción de grasa corporal.
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8. Seguir una dieta supuestamente milagro
Atkins, Dukan... Te sonarán casi todas. No te fíes de sus presuntas maravillas, estas dietas solo te harán perder vitaminas y otros nutrientes básicos. No te ayudarán a adelgazar a largo plazo.
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9. Adoptar buenos hábitos durante un tiempo determinado
De nada sirve estar a dieta durante tres semanas y volver a tus malas costumbres después. La idea es adelgazar pero también conseguir hábitos saludables de forma duradera.
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10. Solo fijarte en el peso
Aunque sea una señal muy esperanzadora, la cifra en tu báscula no tiene que influir en el seguimiento de tu dieta. Que notes efectos positivos rápidamente o que te quedes estancada en un mismo peso, no lleves al extremo tus técnicas de pérdida de peso.
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11. Creer que sudar adelgaza
Nada más equivocado. No te creas los defensores de la superposición de prendas o film transparente para cubrir todo el cuerpo, el sudar no te hará quemar más grasa.
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12. No darse ningún capricho
Perder peso te puede agotar o cansar un poco más tanto física como mentalmente. No dudes, aunque solo sea una vez por semana, darte un capricho como un helado. Te ayudará a seguir adelante con tus esfuerzos y sobre todo respetar la idea de alimentación equilibrada.
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13. Evitar todas las grasas
Existen productos con poca grasa que sin embargo continen un porcentaje importante de azúcar, que engorda. Además algunas grasas, contenidas por ejemplo en el salmón, son necesarias para el cuerpo.
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14. Eliminar alimentos como las nueces
Algunos productos como las nueces o el pan arrastran una terrible fama. Si bien es cierto que su aporte calórico es importante, eliminarlas definitivamente de una dieta es un error ya que contiene vitaminas y sobre todo, permite llegar a la saciedad muy rápido.
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15. No cenar o comer a últimas horas del día
Importa más lo que consumes, las proporciones y tu actividad a lo largo del día que la hora del día a la que ingieres la comida. Solo es recomendable potenciar el desayuno ya que te dará energía para el resto del día.