7 consejos para correr en la playa

Correr en la playa no es lo mismo que correr sobre asfalto. Lo mejor es empezar corriendo distancias cortas por la playa.
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Es más fácil correr por la orilla, sobre la arena húmeda y firme que por la arena seca. Correr descalzos por este tipo de arena es placentero y se trabaja más el tren inferior, ya que correr sin calzado requiere más energía y esfuerzo.
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Correr por la arena seca es más difícil, por eso debemos hacer series cortas en esta superficie, ya que supone mucha tensión para el tendón de Aquiles y las articulaciones.
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En la orilla, puede haber desniveles con distinta inclinación. Hay que tener cuidado, ya que correr en un desnivel hace que forcemos la articulación de la rodilla y el tobillo. Si la playa presenta esta característica, es mejor buscar otro lugar por el que correr.
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El barefoot o correr descalzos está muy de moda. La playa es el lugar perfecto para practicarlo, sin embargo, recomendamos correr distancias cortas sin calzado y hacer las series largas con zapatillas. Elige unas zapatillas cómodas para correr por la playa y destínalas solo a este uso, porque es posible que se les quede tierra y suciedad, aunque las laves.
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Hay gente que considera que la brisa de la playa y la humedad ayudan a hidratarnos y descuidan el hábito de beber agua al correr por la playa: es un error. En la playa, el sol y la humedad aumentan el riesgo de deshidratación.
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Evita correr por la playa en las horas centrales del día y apuesta por hacerlo al amanecer o al atardecer. Aún así, debes utilizar crema de protección solar.
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