Precauciones para hacer ejercicio con un resfriado

Debemos hacer ejercicio si nuestro cuerpo nos dice que podemos hacerlo. Si tenemos los típicos síntomas de resfriado, es decir, moqueo, molestia en la garganta y congestión, podemos hacerlo. Sin embargo, si tenemos fiebre, tos, ruidos en el pecho y agotamiento es mejor dejar el ejercicio para otro momento. Es cierto que el deporte puede ayudar a combatir el virus que causa el resfriado fortaleciendo el sistema inmunológico, pero si nos encontramos mal no es una buena idea.
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Menos del habitual y a un ritmo moderado. El ejercicio puede ser beneficioso para reforzar nuestro sistema inmune si lo hacemos con medida, pero si nos pasamos, solo lograremos agotar más nuestras defensas.
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Es fundamental proteger la garganta con una braga específica o pañuelo. No hagas ejercicio al aire libre con un jersey o forro polar, pero tampoco en tirantes: apuesta por ropa térmica que guarde el calor y no se quede húmeda. Lleva varias capas, para poder quitarte alguna si es necesario y no te olvides de llevar guantes y gorro si hace mucho frío para proteger las manos y la cabeza.
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Normalmente, los estiramientos los realizamos justo después de acabar el ejercicio, independientemente de que estemos en la calle o en un sitio cerrado, pero si tenemos un resfriado es mejor estirar en casa o en un lugar cerrado y no quedarnos estirando al aire libre y sudando.
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La respuesta es sí. Cuando estamos resfriados necesitamos beber más agua para hidratarnos mejor, ya que los resfriados y la gripe aceleran la deshidratación.
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