Trucos para una cena sana

Una cena sana debe estar compuesta de alimentos poco calóricos. Evita los fiambres, los dulces y los hidratos de carbono. Frutas y verduras son las mejores apuestas para la cena, sin embargo, no debes comer solo fruta: escoge un filete de pollo, de pavo o algo de pescado, te ayudará a saciar el apetito.
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Debemos, en la medida de lo posible, cenar alimentos bajos en sodio. Si añadimos sal a nuestras comidas, que sea poca cantidad, ya que la sal no favorece el sueño ni es la mejor aliada de nuestra salud.
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La mejor bebida para acompañar una cena sana es el agua. Tomar bebidas con gas hace que las digestiones sean pesadas. Además, los refrescos y otro tipo de bebidas añaden calorías a nuestra dieta. Tomar una infusión después de cenar nos ayudará a digerir mejor la cena y conciliar el sueño.
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Cenar y meterse inmediatamente después en la cama no es una buena idea. Si quieres favorecer el descanso nocturno y evitar el insomnio, cena al menos dos horas antes de irte a dormir.
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No llenes tu estómago hasta sentir pesadez. Lo importante de la cena es que sea ligera, que no nos quedemos con hambre, pero no nos empachemos. Las digestiones pesadas solo harán que tu descanso sea escaso e intermitente.
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