Tiempo para hacer la compra
Antes de que comience la semana de la moda trato de de haber un aprovisionamiento de víveres que me permitan, al menos, tener qué desayunar o cenar en casa. Esas son mis intenciones pero por lo general los días previos me suele pillar con una agenda al límite. Así que ni compra de abastecimiento ni desayunos o cenas en casa. Con lo cual, cuando termina semejante locura de semana, toca retomar las buenas costumbre y salir a hacer la compra.
Abrir la nevera y tener un panorama protagonizado por salsas procedentes de todo el mundo, una solitaria botella de champagne, una rama de apio que comienza a estar reseca y, como no, un limón, nunca puede faltar ese típico limón que parece haber sobrevivido a una catastrofe nuclear, es síntoma de que por trabajo a una no siempre le da la vida como para tener el tipo de víveres de los que gusta. No al menos en fashion week.
Pero, una vez terminada, y aunque sea tan solo por unos días antes de tomar rumbo a París, siempre trato de volver a las buenas costumbres e ir a hacer la compra de los alimentos que para mi son básicos.

En la lista de la compra no faltan frutas y verduras, más de las segundas que de las primeras, carne y pescado, más bien en cantidades pequeñas por aquello de ser difícil de conservar durante mucho tiempo, embutidos y latas, por lo socorridas que son, y mucho cereal, granos, frutos secos y especias que siempre compro en cantidades generosas.

A la antigua usanza, como lo hacía mi abuela, al peso, en tiendas a granel, me gusta ir escogiendo un poco de esto, otro poco de aquello hasta que configuro la despensa.

Para bajar a hacer la compra y más tarde seguir con el apertivo, un vestido de ALBA CONDE (233€), de estética sesentera, con estampado floral anudado al cuello.

De un tiempo para aquí, desde que descubrí este espacio de venta a granel, CASA RUIZ, me he ido aficionando no solo a comprar los productos que consumía habitualmente sino a buscar recetas para preparar por ejemplo un plato de pasta de lentejas roja, pasteles con harinas diversas y hasta pan. Y la verdad, me sale bastante bueno este último.

Con una lazada al cuello se cierra este vestido que tanto me voy a poner en estos últimos días de verano en los que ya refresca así como el próximo otoño/invierno.

Con los nuevos productos que he descubierto en Casa Ruiz por ejemplo me ha dado por preparar mi propio pan con una receta de lo más sencillas. 250 gr. de harina de espelta, 250 gr. de harina integral, un sobre de levadura de unos 10 gr., agua templada, 4 cucharadas de aceite y un pellizco hermoso de sal.
Se mezclan las harinas, la levadura y la sal, y paulatinamente se incorpora el aceite y el agua mientras se va formando una masa manejable, ni muy dura ni muy pastosa. Se deja reposar, tapada en un bowl durante unas horas para que crezca y ya podemos ponernos a darle forma, o hacer panecillos cada uno de un sabor, por ejemplo incorporando especias o semillas o aceitunas o queso... cratividad al poder.
Otra receta que me encata hacer es la de la tarta de zanahoria inventada. Vamos, que he hecho un poupurrí de una muy fácil y básica, la del bizcocho de yogur que se hace con medidas del propio yogur y he cambiado la harina por harina integral, también añado canela, jengibre y clavo, cambio las nueces por almendras, 50 gr. picadas y 50 gr. laminadas, y por último incorporo dos zanahoria hermosas ralladas. Todo mezclado, y al horno. Como toque final, hay que preparar una crema de queso en la que batimos una tarrina de queso de untar, azucar en polvo al gusto y mantequilla, para con esta hacer el relleno y el "topping".

Siempre me llevo copos de avena, semillas de chía y dátiles con los que me preparo cada mañana un "porridge" cocinado con agua (no tomo leche) y al que luego le añado unas cucharadas de guaraná, maca y açai (aquí sí lo tolero, pero como producto estrella de un plato, conmigo que no cuenten ;D) más una cucharada de almendrina que lo amalgama todo. Si no desayuno esto, y además una pieza de fruta con un café o un té, no soy persona.
También suelo comprar quinoa, que la venden de diversos tipos, y lentejas minis. Ambas tienen muchas propiedades nutritivas y el tiempo de cocción es reducido. Suelo hacer en cantidad y así tengo para luego preparar diversos platos: ensaladas, con verduras asadas, con estofados...
¡Ah! Y lo que nunca faltan son los frutos secos: almendras naturales, nueces, cacahuetes... en otra vida debí ser roedor.

Entre la zona de frutas deshidratadas, con y sin azucar, las gafas de MÔ EYEWEAR que vienen a ser un híbrido entre las gafas redondas por la estructura externa y el cristal interno tallado en forma de rombo.

En Casa Ruiz, todas las compras os las empaquetan en bolsas de papel, excepto aquellos productos que están muy molidos o son de grano muy pequeño y pueden escaparse facilmente, como las especias o el té matcha, que van en bolsitas de plástico, reduciendo así el consumo de este y de los sobre embalajes que quedan preciosos pero que no hacen más que generar grandes cantidades de basura.
Además de eso, yo me llevo mi propia bolsa de tela para luego llevarme toda la compra a casa.
En la foto, mi bolso, que no la bolsa, de CHANEL.

A todos los looks me gusta darles un toque con bisutería especial sin ser demasiado recargada, como esta pulsera de SWAROVSKI mientras compro unas alubias con la que preparar un hummus un tanto diferente.
Simplemente hay que sustituir los garbanzos por alubias cocidas.

Firmados por HANNIBAL LAGUNA, en la que es su segunda colección de calzado, sin duda puedo decir que van a ser ese tipo de adquisiciones perfectas para llevar con todo tipo de looks.

Casa Ruiz tiene tiendas en Madrid y Barcelona, y lo más curioso de esta, es que previamente fue una librería de la cual han mantenido las estanterías originales, los azulejos que la decoran y los grandes ventanales desde los que todo el que pasa por allí, C/Andrés Mellado 46, no puede evitar asomarse.
Y a vosotras, ¿dónde os gusta hacer la compra?
Abrazos, @maytedlaiglesia
Fotos:
@_pablopanigua