Los 25 peores 'looks' de la historia de los Oscar
La mejor selección de los vestidos y trajes más difíciles de los premios Oscar en toda su trayectoria. Un repaso por los estilismos más desacertados de estrellas como Kate Winslet, John Travolta, Cher, Jared Leto o Angelina Jolie.
La alfombra roja de los Premios de la Academia del Cine Estadounidense, los Oscar, es la más esperada del año. Los famosos lucen sus mejores galas y las firmas de moda muestran sus propuestas más espectaculares en este escaparate mundial. Una noche de cine llena de glamour, que ha sufrido también grandes dosis de patinazos estilísticos. Bien sea por el vestido, o por el peinado o el maquillaje, pero lo que está claro es que han quedado para el recuerdo como algunos de los peores looks de la historia de los Oscar.
Podríamos justificarlos pero ni sabemos cómo hacerlo y, sinceramente, tampoco queremos. Para un evento tan exclusivo como este todo el mundo debería estar a la altura, por lo que no nos vale cualquier excusa. Sabemos que el tiempo es valioso, así que nada mejor que invertirlo de buena manera, como la de conocer cómo ir acorde a unos Oscar. No se trata de ninguna pérdida de tiempo. Sin embargo, esta máxima, aparentemente sencilla, parece estar olvidada por muchos…
Que veamos ideas locas en toda alfombra roja no es algo que nos venga del siglo XXI. Ya en los años 80 vimos ocurrencias dignas de ser recordadas, como cuando a Demi Moore se le pasó por la cabeza diseñarse su propio vestido. Hubiese quedado gracioso si tan solo hubiese quedado precisamente ahí, en la cabeza… Pero no, ella lo hizo. Y ya os adelantamos que no, no lo bordó.
También sabemos que hay días en los que nos levantamos con ganas de innovar, de arriesgarlo con todo e incluso de sentirnos cual princesas Disney por un día. Una idea que, en principio, no debería suponer ningún problema. No, si no se trata de la entrega de LOS OSCAR. Tyra Banks, tal vez esto te suene.
Elegir el look perfecto no es una cuestión que concierna solo a las mujeres. Aunque parezca que los hombres lo tienen mucho más fácil, en la siguiente galería os mostramos algunos que también dieron algún que otro patinazo. Expectantes nos encontramos ante cuáles serán las sorpresas que veremos en esta edición. Y a ti, ¿cuál es el modelo que más te horroriza?

La actriz y cantante lució este diseño Versace en la ceremonia de 2002. Un vestido sospechosamente parecido a los que vestía Gwyneth Paltrow (exnovia de Ben Affleck, su prometido entonces) en todas las galas de la época. Lo peor, sin embargo, no es tanto el vestido en sí como ese flequillo cardado y esa media melena con exceso de volumen. Ahora J.Lo deslumbra con un estilo propio sexy y llamativo a la par que sofisticado.

La lencería invisible no debía ser muy popular en 2001 como demuestran las transparencias de este diseño de Stella McCartney para Chloe. Sin embargo nos encontramos ante un vestido que ha envejecido muy bien (podríamos verlo de nuevo en cualquier estreno hoy en día). Lo peor es ese moño alto, despeinado y lleno de tirabuzones creado por el estilista Robert Vetica del salón de peluquería Cloutier. No te lo perdonaré jamás Vetica, jamás, (debió pensar Kate).

La actriz siempre está presente en la lista de las mejores vestidas, pero en 2006 sufrió un gran patinazo con este Carolina Herrera. Amy Adams se adelantó a la moda del chocolate en la belleza y eligió (desafortunadamente) este color nada favorecedor. La falda abullonada de satén y los bolsillos recrean el efecto de un delicioso muffin de chocolate negro, delicioso, pero nada glamuroso.

Terciopelo, satén, licra, encaje, flores y un remix de tejidos y tendencias que continúa. La actriz decidió que era una gran idea diseñar su propio traje para los Oscar de 1989. Los pantalones cortos estilo ciclista son muy prácticos si eres Alberto Contador o vas a salir a hacer deporte, pero no para la alfombra roja. Menos mal que el estilo de Demi, como ella misma, ha envejecido a mejor.

El temido efecto 2000 no llegó a los ordenadores pero si al peluquero de Cher. El vestido de terciopelo negro se salvaría de esta hoguera estilística si no bajaramos la mirada hasta el cinturon joya a la cintura. Sin embargo de nuevo lo peor llega en esa melena (estilo perro de aguas) que nos recuerda la importancia de un buen peluquero. Detalle extra el abrazo entre Phils Collins y su previsora mujer, con vestido aguamarina y chal a juego, por si refrescaba.

La figura de cera del mítico Danny Suko de Grease... ¡Ah, no! ¡Si es el propio Travolta en los Oscar de 2015! El traje del actor y cantante tiene un pase, (siendo generosas) pero esa tez extra iluminada (se adelantó al strobing) y esa cadena de eslabones dorados solo apta para las estrellas del rap, no.

Ganó el Oscar a Mejor Actriz de Reparto por Inocencia Interrumpida en el año 2000 con este look Morticia Adams. Lo que sin embargo la convirtió en culpable de la gala fue: esa melena extralarga, extradespeinada y extranegra sumada al eyeliner grueso y los labios perfilados. Un horror estilístico que no queremos volver a ver.

La actriz tiene su propio (y peculiar) estilo de moda. Año tras año nos soprende con sus looks pero en la ceremonia del año 2006 decidió innovar, ir de seria (con diseño de Vivienne Westwood) y fue peor. El vestido de satén azul brillante a media pierna, los zapatos con plataforma blanco y el bolsito de terciopelo rojo, que se camufla con la propia alfombra no llegan al aprobado. Nos gusta más la Helena excéntrica.

Corría el año 1999 cuando la actriz paseó por Los Angeles todas las tendencias del momento. Tejido drapeado, brillante, top al ombligo, falda abullonada con pliegues y tirantes a la espalda en cierre de lazada. Si a eso le añadimos el brazalete brillante bien arriba Uma parece sacada de un videoclip de Christina Aguilera o Britney Spears. Sabemos que era la moda, pero lo que no terminamos de encajar es esa coleta. ¿Acaso venía directa de la playa?

Los chicos que arriesgan y salen del típico esmoquín o traje negro, ¡nos encantan! Sin embargo la melena semiondulada con mechas californianas del cantante de Thirty Seconds to Mars en 2014 nos recuerda a la de Gisele Bündchen y es demasiado informal para una gala como esta. No negamos que el actor, que ganó la estatuilla a Mejor Actor de Reparto, está guapísimo con su esmoquín bicolor impecable de Saint Laurent.

La actriz lució en 1998 (en plena ola de éxito post Titanic) este vestido bordado de aire medieval, con cuerpo sirena, cola y mangas acampanadas. ¿Lo peor? los zapatos iban a juego con los mismos bordados florales en dorado y la misma tela verde. No hay duda que la británica ha sabido pulir su estilo y ahora año tras año deslumbra en cada aparición pública.

El diseño en sí no es de lo peor que pudimos ver en las entregas de premios de 2008. Sin embargo el color caramelo de este vestido princesa de Ungaro no favorece en nada a la actriz (probablemente a nadie) y su peinado y maquillaje nos recuerdan demasiado a Jennifer López. ¿Inspiración o imitación?.

El amor entre ella y los vestidos palabra de honor no entiende de fronteras ni de épocas. En 2016 lució este diseño de Oscar de la Renta que es (aburridamente) igual que los que siempre luce la actriz. Palabras de honor, de corte a la cintura, poco vuelo y lazada o detalle a la espalda. Año tras a año Reese repite estilo, solo cambia el color. ¿Guapa? Claro que sí. ¿Sosa? Pues también. Agradeceríamos una pizca de aventura en su elección para este año.

La actriz recogió su Oscar por El acusado en 1988 como si fuera a su fiesta de graduación en el instituto (falta el detalle de la flor en la muñeca a juego con su acompañante). La transición entre la década de los 80 y los 90 fue muy dura para la moda y Jodie aquí lo demuestra. No desveló el nombre del diseñador. ¿Quizás se marcó un Demi Moore y fue ella misma?

Consiguió el premio a Mejor Guión Original en 2013 pero no al más elegante. El traje grande y la corbata colocada como en toda boda tras las tres de la mañana fueron las causas más probables.

La super modelo está guapa siempre pero esa melena leonina al viento (Beyoncé, ya sabemos en quién te has inspirado) y su vestido de Vera Wang no son una ayuda en esta ocasión. El diseño es demasiado brillante, demasiado voluminoso, tiene demasiado tul y además se arruga con facilidad (como demuestra la cintura de Tyra). El estilo princesa Disney no nos convence.

Este modelo de Dolce & Gabbana fue el escogido por la actriz para recoger su Oscar en 1996. Un modelo que pierde puntos por su excesivo tejido tornasolado y su color chocolate (de nuevo nada favorecedor).

El cómico y actor conquistaba con esa pajarita en color verde y su perfecto esmoquín en 2014. Sin embargo, ¿por qué decidió no peinarse? Su escaso y fino cabello no es excusa.

Años despúes la propia Uma reconoció que este diseño de Christian Lacroix "era complicado de llevar". Aire tirolés en su elección de 2004 que no nos convenció entonces, ni ahora.

Cual auténtica diva que es de la música y el cine, Cher se plantó un tocado XXL de plumas y lentejuelas en 1986. Su vestido no era discreto tampoco. Un top de rejilla y una falda llena de brillo y encaje. Solo Cher podría lucir un diseño así.

La actriz posa junto a Liz Hurley en la ceromina de los Oscar en 2001 con este estilismo. No hay más preguntas señoría.

La cantante de country apareció en 2002 con este modelo con el que parecía haberse tragado un arcoíris... O alguno más, tal vez.

Ni ese color lavanda, ni el escote, ni el tul... Más que a unos Oscar, Salma Hayek parecía salir de un cuento de hadas.

La elegancia y la sofisticación brillaban, sí, sí... ¡Pero por su enorme ausencia! ¿En qué estaría pensando Hilary cuando decidió decantarse por ese modelo? Menos mal que en 2005 nos resarció con ese precioso vestido azul.

En una encuesta realizada por Debenhams y publicada por el Daily Telegraph, este vestido obtuvo el noveno puesto de los más icónicos de la alfombra roja de la historia. Nada más que añadir.