Un nuevo color, una apuesta segura y una tripita de embarazada... así ha sido el bautizo del hijo de Kate Middleton y el príncipe Guillermo
Era la cita más esperada después de la boda de Harry y Meghan. Y no ha decepcionado. Los 'royals' se han vuelto a unir en el bautizo del Príncipe Louis de Cambridge.
El bautizo del príncipe George ha sido uno de los eventos del año. No el único ya que el más ansiado fue la boda de Meghan Markle y el Príncipe Harry, pero sí que es cierto que desde la boda, no habíamos vuelto a ver a todos los royals unidos. Y el evento no ha depecionado. Kate Middleton, la recién estrenada Duquesa de Sussex y la hermana de la Duquesa de Cambridge, Pippa han sido las protagonistas indiscutibles del evento. Además, por supuesto, de los pequeños George, Charlotte (que derrochaban ternura) y de Louis de Cambridge.
Kate deslumbró eligiendo como tono fetiche el amarillo claro, un color que parece ser ya tradición en los bautizos de sus hijos. Con un diseño de Alexander Mcqueen ceñido y con escote en pico, un estilo que le hemos visto en contadas ocasiones, enamoró con su sonrisa y la ternura con la que miraba a su tercer hijo. El pequeño abullonado de los hombros demostraba que en los pequeños detalles está la clave y que una vez más cuando hablamos del estilo de Kate menos es más. No hace falta nada ostentoso para que la Duquesa sorprenda con un look de diez. El tocado, firmado por la marca británica Jane Taylor era una diadema con flores en el mismo tono que el vestido, que aportaba luz y un destello primaveral a la elegante elección.
Meghan Markle se decantó por un vestido ceñido y con mangas de Ralph Lauren en verde Oliva, un tono al que no nos tiene muy acostumbrados. La polémica estaba servida. ¿Acertó Meghan con su elección? Los expertos aseguran que sí, aunque la opinión pública aún no está segura. Sea como fuere, para nosotras apostó y ganó con un tocado en el mismo tono y un sencillo cutch que acompañó con unos guantes de cuero imitando el verde del vestido.
Pippa, fue también una de las grandes protagonistas. Con un diseño en azul bebé abotonado hasta arriba de Alessandra Rich, la hermana de la Duquesa pasaba desapercibida con el diseño sobrio y recatado que además, escondía su barriga de embarazada de seis meses. La ausencia de la reina Isabel II fue toda una incógnita que Kensington Palace no ha aclarado aún. Lo único que se sabe es que la razón no fue debido a su salud, lo que está dando vía libre a las especulaciones. El diseño del pequeño Louis fue una réplica hecha a mano del atuendo de la Casa Real Británica característico para los bautizos, llevado a acabo por Ángela Kelly, la modista de la Reina.
Sin embargo, ¿Quién ganó el duelo de estilo? Pues parece que no ha sido ni Kate, ni Meghan ni Pippa sino Carole Middleton, la abuela del pequeño Louis de Cambridge. Con un diseño muy favorecedor en verde menta en clave pastel, la madre de Kate deslumbró con un sencillo vestido por la rodilla cogido a la cintura a conjunto con un tocado que se convertía en el protagonista de su estilismo. Carole, demuestra así que el estilo y la edad no están reñidos y que es posible ser la madrina perfecta sin extravagancias, yendo elegante y huyendo de los brillos y las excentricidades. Para nosotras un sobresaliente en estilo. ¿Con cuál te quedas?

Los duques de Cambridge llegaron muy sonrientes a la Iglesia.

La madre de Kate apostó por un diseño moderno pero sin perder la elegancia.

El príncipe George lució unos pantalones en azules con una camisa blanca de borde en marino.

Kate Middleton con diadema de flores y vestido en amarillo claro.

La princesa llevó un diseño blanco estampado con flores en tonos azules y una diadema.

El Príncipe Guillermo no se separó de sus dos hijos mayores, George y Charlotte.

El tío del recién nacido no se quiso perder la ocasión.

La familia se matuvo unida en todo momento en el evento.

Kate derrochó simpatía mientras sostenía a su tercer hijo, el príncipe Louis.

Pippa Middleton fardó de baby bump con un diseño en azul bebé con botones y largo midi.

El traje del recién llegado a la familia estaba bordado a mano por la modista de la reina.

Meghan apostó por un color que aún no habíamos visto, mientras que Harry lució un traje sobrio en azul.

Meghan llegó con un tocado y guantes en el mismo tono que el vestido.