
Y Meghan Markle no rompió el protocolo
El uso de la tiara, no jugar con el ramo... Son algunos de los ejemplos de los que la futura duquesa de Sussex tomó nota.
Tic-tac, tic-tac… La cuenta atrás comenzó a finales del pasado año cuando el príncipe Harry anunció su compromiso con la ya ex actriz Meghan Markle. Pero ahora, a pocos días de celebrarse la tan esperada boda del año, no podemos estar más entusiasmadas por seguir conociendo hasta el más mínimo detalle.
La futura duquesa de Sussex nos ha conquistado desde el principio con su naturalidad, su sencillez y muy especialmente por su compromiso social. Recordemos que, además de su papel protagonista en la serie Suits, Meghan ha trabajado activamente en la ONU en su lucha por la igualdad de género. Muchos la han comparado con Lady Di, la princesa que se convirtió en todo un icono, debido precisamente a la espontaneidad y el carisma que ella también nos transmitía. Asimismo, del príncipe Harry destacamos su lado más solidario y su cercanía. Sin lugar a dudas, forman una pareja preciosa.
Los medios británicos desvelaron hace unos meses que probablemente Meghan rompería con el protocolo en su día al pronunciar un discurso y también al acudir del brazo de su madre en lugar del de su padre como marca la tradición. Sin embargo, esto no sería nada nuevo, ya sabemos que Meghan es un caso atípico de futura miembro de la realeza (y nos encanta). En más de una ocasión ha firmado autógrafos, otra actividad que también está prohibida por motivos de seguridad.
Hasta el momento, ya son muchas cosas que conocemos sobre la boda, pero también nos faltan los secretos mejor guardados como, por ejemplo, el vestido que lucirá la novia y la duda de si llevará o no tiara. Durante la ceremonia, ella debería seguir algunas reglas de protocolo que Luciana Collet, diseñadora especializada en vestidos de novia y fiesta, nos enumera. También recordamos otras normas que, o bien ya se cumplieron o bien se encuentran en la incertidumbre, pero que no repercuten solo a Meghan.
Es más que oficial. El 19 de mayo el príncipe Harry y Meghan Markle se casarán en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor. La emoción… ¡A flor de piel!

Generalmente, las tiaras las presta la Reina Isabel, que tiene una gran colección. En la boda de Diana, la monarca prestó a la princesa la tiara Lover’s Knot, encargada por la Reina Mary en 1913. Kate Middleton recibió de la reina la Tiara Halo de Cartier. Meghan ha utilizado la tiara Thursday Lozenge Bandeau, que perteneció a la Reina Mary.

Como parte de la tradición real británica, la novia debe llevar siempre un ramo de mirto. Se utiliza en ramos de novias reales en Inglaterra desde la reina Victoria. El mirto es conocida como la planta del amor. El de Meghan ha sido de lilas y jazmín.

Meghan, de hecho, se lo ha entregado a una de las damitas de honor nada más entrar a la iglesia. Después de la ceremonia, la novia debe dejar el ramo de mirto en la tumba del "soldado desconocido", que está en la Abadía de Westminster. Desde Elizabeth I, todas las novias dejan sus ramos sobre esa tumba después de la boda para homenajear a los veteranos de la guerra del Reino Unido.

Parece obvio, pero en el caso de Meghan y todas las novias de la familia real, el uso de obligatorio es blanco en su día de la boda: nada de blanco roto, marfil, nude, rosado o color champagne. La novia no puede elegir otro color, como la tradición de novia de blanco comenzó con la reina Victoria en 1840. Además, tradicionalmente el vestido de novia debe estar hecho también del dinero de la Casa Real.

La tradición británica dicta que en la boda debe haber un pequeño grupo de pajes, que generalmente son niños de la familia.

Además de todas estas reglas en el papel de la novia, hay otros protocolos que se deben seguir en la boda. El envío de invitaciones, por ejemplo, siempre debe ser realizado por la reina. Esto ya lo hizo correctamente la reina Isabel II.

En cuanto al novio, él suele llevar el uniforme militar, y las invitadas deben lucir un tocado durante la ceremonia. ¿Quién se acuerda de las piezas que las princesas Beatriz y Eugenia, primas de William y Harry, usaron en el matrimonio del primogénito de la familia real? Los ornamentos gigantes en forma de flores y plumas y los modelos con anillos en lazos estructurados llamaron la atención.

Otra de las tradiciones, de origen desconocido, exige dos pasteles en la recepción. Al finalizar todo, un trozo de tarta de la boda se envía a los invitados como un recuerdo. Personalizados con los nombres de los novios, los dulces van envasados en cajitas individuales para cada uno.
El sabor elegido por Harry y Meghan es limón y flor de saúco con cobertura de crema de mantequilla y decorado con flores frescas. La repostera Claire Ptak es la encargada.

Las alianzas no escapan a la tradición: deben tener el oro de Gales.

La ubicación de las familias también sigue un protocolo. La familia real, que es quien paga la boda, debe sentarse a la derecha.