
Royals que no siguen el protocolo (y debes conocer)
Los chicos malos han llegado a la corte. No hay casa real que no tenga al menos uno, o incluso dos.
Aristócratas. Royals. Hijos de royals. Nietos de royals. Bodas. Esos son los temas o asuntos reales, nunca mejor dicho, que nos acechan. Después de la boda de los duques de Huéscar, la de Eugenia de York, y el anuncio del embarazo de Meghan Markle (que nosotras llevábamos vaticinando meses, sin exagerar. Somos medio pitonisas, entre otras cosas) nos hemos puesto a pensar, que nos gusta mucho, rodeadas de eventos de alta alcurnia. Tenemos una lista de famosos barbudos guapos (su lectura es muy necesaria en tu vida), otra lista de solteros de oro made in Spain pero no teníamos ninguna lista de royals malotes.
Nuestra obsesión por los chicos que hacen de una actitud dudosa y una chaqueta de cuero su bandera no es ninguna novedad. Inexplicable, lo sabemos. A los 20 están bien, pero a los 30 igual ya no tanto. Sea como fuere, no estamos hablando de chicos malos de a pie. Si no de royals, qué bueno, las probabilidades de encontrárnoslos por la calle son pocas, aunque somos optimistas. Eso siempre.
Abducidas por nuestra obsesión por las casas reales hemos buceado la red hasta encontrar los príncipes que llevan fiesta escrito en la frente. Aunque con alguno no ha sido necesario. ¿Qué es lo primero que piensas cuando unes chulito (en el buen sentido de la palabra) y monarquía? Pues en este orden: Andrea Casiraghi, el príncipe Harry (que recordemos, tuvo una era pre Meghan bastante fraudulenta) y Froilán. Porque hay que promocionar la marca España. Pero no son los únicos. Hemos cruzado el charco hasta Brunéi donde un millonario (cantidades insalubres) príncipe asiático nos esperaba en las puertas de su palacio con su mascota, un tigre de bengala adorable para una fiesta clandestina. Más sobre esta historia (no la del día que fuimos a su fiesta, eso es privado, sino de su vida) en la galería.
Presas por este afán que nos corroe de fichar a todos los royals habidos y por haber, hemos creado una humilde selección para que conozcas el pasado y en alguno casos el presente de los miembros más traviesos de las casas reales.
¿Preparada para un viaje desde Montecarlo hasta Londres pasando por Grecia? Porque en todas las casas, hasta en las de reyes, se cuecen habas.

Ay, los hermanos Casiraghi cuántas alegrías nos han dado. Pierre siempre ha sido el menos arriesgado, mucho más correcto que su hermano mayor (del que hablaremos a continuación) es uno de los royals más guapos de europa. Con permiso de Carlos Felipe de Suecia (y Don Felipe, of course). Llevó una infancia y adolescencia tranquila alejada de Montecarlo, pero a los 21 empezó a salir con Beatrice Borromeo. Una periodista que fue demandada por criticar a Berlusconi. Crème de la crème, además literalmente ya que pertenece a una familia de aristocrátas. Juventud con amigos peligrosos y algún que otro altercado a las puertas de un club neoyorkino (acabando en el hospital) han hecho que entre en nuestra lista. Su hermano le gana, pero él es sin duda, el más guapo de los Grimaldi. Hay un chico malo (y sexy) en la corte.

O bueno, dos. Aunque ahora Andrea está más centrado, parece que la paternidad ha hecho el trabajo que su familia no pudo lograr. Aunque nunca se sabe. Siempre hay esperanza y podemos volver a los buenos (y locos) viejos tiempos. El príncipe hippie por excelencia por sus años de melena larga enmarañada y pareos (sí, pareos; no has leído mal) le crearon una fama algo turbia en el panorama internacional. Andrea pasaba de todo. Literalmente. Los trajes que lucía eran holgados, se le conocía por llevar pantalones bombachos sin camiseta en verano y vaqueros en invierno. Era el rey de las discotecas y las playas de Ibiza y su look boho le hacía parecer más un surfero californiano que un príncipe. Cuánto más quería desentonar y causar rechazo, más triunfaba. Y más se hacía un hueco en nuestro corazón como crush adolescente.

Vale que ya se ha casado. Vale que va a ser papá, pero durante años fue el chulito (aunque muy muy adorable y eso lo sigue siendo) de la corte inglesa. Los escándalos se sucedían uno tras otro. Y aunque Meghan parece que le ha hecho entrar en razón, eso de si no me acuerdo no pasó aquí no tiene sentido. Porque todas amamos a Harry. Tuvimos pósters suyos en la pared de la habitación. Soñabámos (y seguimos soñando) con casarnos con él. Soñamos con convertirnos en princesas. Pero no pudo ser. Eso no quita sus fiestones en Las Vegas, sus múltiples novias... el nieto rebelde por excelencia de Isabel II. A más escándalos protagonizaba, más era querido por el pueblo debido a su simpatía, que recordaba a Lady Di. Aunque atrás quedó todo esto, Harry siempre será recordado como la bala perdida de la corte inglesa.

Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón es el malote por excelencia de los royals españoles. Con tan solo 20 años ha cosechado tantos escándalos, que necesitaríamos una galería entera dedicada a ellos para poder abarcarlos.
Ahora se encuentra (más o menos) reformado -incluso entró en la lista de los solteros de oro de la aristocracia española que tanto nos costó crear- pero en su caso, el dicho de todo tiempo pasado fue mejor no se cumple. Sus travesuras empezaron con las famosas patadas a su prima en la boda del rey Felipe y Doña Letizia y siguieron con la famosa peineta a los paparazzi y el ataque a su primo en Marbella con un pincho moruno mientras hacían vela. Y hasta ahí vamos a contar. Pero entonces las gamberradas comenzaron a ser salidas de tono constantes que acabaron con un autodisparo en 2013 con un arma de fuego. Aunque la cosa sigue porque en 2014, el hijo de la infanta Elena solo aprobó dos asignaturas (de doce. Sí, dos de doce) en el colegio, por lo que fue enviado a EE.UU para acabar sus estudios. Los terminó en tiempo récord, pero luego volvió a España porque echaba de menos su cultura, prometiendo que no se iba a meter en líos. No lo cumplió, pero sus padres no le han vuelto a enviar al extranjero (de momento).
Sus líos de faldas comenzaron por estos tiempos: se le ha relacionado con la hija de El Cordobés, con la hija de Eugenia Martínez de Irujo y con la sobrina de Cari Lapique. Todo un rompecorazones de la jet set madrileña que aún no ha encontrado el amor. Por todo esto, y por lo que está por venir, consideramos que es el miembro más cool de la corte.

El primer hijo de Mette-Maritt ya no es aquel pequeño niño rubio que vimos en la boda real hace muchos años. Es más, ya es todo un hombre que sale con una modelo Play Boy. Intenta mantener un perfil bajo, pero el interés que ha generado siempre en la prensa noruega ha hecho que esto no sea posible. Rubio, de piel clara y fuera de la vida real pública por decisión propia, es el chico malo de película por excelencia. Moto, cazadora de cuero... (suspiro, suspiro).

Tan solo tiene 19 años. Pero es uno de los jovenes royals que más interés suscitan. Su cuenta de Instagram abierta y las múltiples fotos saliendo de fiesta, en motos y posando cual modelo hacen que salten las alarmas. ¿Tenemos un it boy en camino? Si no lo es ya. Lleva una vida de lujos y excesos en la Gran Manzana y no se conoce nada de su estado sentimiental. ¿Tendremos que incluirlo en la lista de solteros de oro?

¿Sabes dónde está Brunéi? Tranquila, esto no es una clase de geografía. Pero apúntate el dato para buscarlo. Después de leer esto querrás comprar los billetes para el próximo vuelo. Un nuevo chico malo is in town aunque no literalemnte, claro. Abdul es el príncipe más famoso de Asia. Conocido por tener un tigre de mascota, por haberse autoproclamado como sex symbol y estrella indiscutible de Instagram es conocido por su vida de excesos y fiestas de larga trascendencia (en el tiempo queremos decir: días y días y días). Es el sexto en la línea de sucesión al trono y según informan los medios internacionales, tiene un punto canalla pero a al vez es educado, inteligente... y ¡bum! ESTÁ SOLTERO (y es muy millonario. Muy mucho). Sus travesuras no han sido tantas como las de Froilán o el príncipe Harry, pero en nuestro afán por internacionalizarnos, tenía que estar en la lista.