Los secretos de 'Sexo en Nueva York' que toda fan debería conocer
Recordamos a la mítica serie cuando surgen voces que piden un remake masculino.
Sexo en Nueva York lo ha vuelto a hacer. La exitosa serie de la HBO terminó en el año 2004, hace más de 12 años y, sin embargo, sigue a la orden del día. Ahora ha regresado porque muchos fans están pidiendo una nueva versión de la serie, pero esta vez protagonizada por ¡hombres!
Hasta que alguna productora se decida a realizar este sueño, que sin duda sería todo un éxito, repasamos contigo algunos de los secretos que quizás no conocías de Sexo en Nueva York.

Aunque parezca imposible durante los 94 episodios que duró la serie no se repitió ningún estilismo. Bueno, menos el abrigo de pelo que Carrie llevó en el último capítulo. ¿Imaginas cuando lo llevó por primera vez? En el primero de todos, eso es.

Para muchas mujeres llevar tacones es un suplicio, pero no para Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall. Mientras que la rubia llegó a aguantar 18 horas seguidas con zapatos de tacón, Kim llegó a decir que la hacían sentirse más como Samantha.

Los pendientes eran un complemento más en los looks de Miranda. Sin embargo, la actriz no tenía agujeros en las orejas por lo que todos los pendientes que usaba eran de clip.

El precioso vestido de novia firmado por Vivienne Westwood fue uno de los más copiados de toda la serie. Como fan recordarás que junto al vestido venía una nota escrita a mano y la esa letra era nada más y nada menos de la propia Vivienne, quien luego dijo que la película no le gustó mucho.

El personaje de Sarah Jessica Parker tenía uno de los mejores armarios de la serie y es que venía por contrato. Además, el en último libro de James Andrew Miller se desvela una conversación entre Sarah Jessica y el productor Darren Star en la que se dice que la actriz no saldría nunca desnuda.

Seguro que tú también quisiste la falda tutú de Carrie, pues tienes que saber que solo costaba 5 dólares. La encontró por casualidad Patricia Field, una de las encargadas del vestuario mientras compraba en un showroom. Ahora está enmarcada en la oficina del director de la serie, Patrick King.

Cuando Harry le pide matrimonio a Charlotte lo hace enfrente de una tienda de Tiffany & Co. Sin embargo, se trataba de un emplazamiento falso y es que por seguridad la compañía le pidió a la HBO que recrearan una tienda.