
Ana Obregón vuelve de la mano de Bertín Osborne: ‘Mi hijo se fue y yo me fui con él”
La actriz ha concedido su entrevista más sincera desde la muerte de su hijo Aless, en la que repasa el momento en el que le detectaron la enfermedad y el fatal desenlace.
Ana Obregón no es la misma mujer que hace dos años. En tan solo tres meses se cumplirán dos años del fallecimiento de su único hijo. Un cáncer se llevó por delante a lo que más quería ante la rabia, la impotencia y la profunda tristeza de sus padres, que apenas nada pudieron hacer pero que se desvivieron hasta su último suspiro de vida. La actriz ha necesitado de un largo periodo de tiempo para hablar largo y tendido de este asunto pero ahora ya se siente preparada para hacerlo y rompe su silencio frente a Bertín Osborne, en el arranque de una nueva temporada de Mi casa es la Tuya.
Su historia sigue emocionando a muchísimas personas y continúa teniendo un seguimiento importante. Cada una de las palabras que Ana García Obregón pronuncia rebelan sinceridad y sufrimiento a partes iguales. Pero en esta charla entre amigos su franqueza ha entrado en otra dimensión. La invitada se sentía cómoda y no ha rehuido ningún asunto. Asimismo, gran parte del relato ha estado centrado en todo el proceso desde que los médicos le diagnostican a Aless Lequio su enfermedad, hasta su fatal desenlace. Y es que ella es de las que piensan que “el dolor compartido es necesario”.
La pesadilla comenzó en un momento muy dulce para ella. Acababa de rodar Paquita Salas y se sentía “la reina del Flow” pero ese subidón se cayó como un castillo de naipes con el terrible diagnóstico médico. Su hijo padecía dolores abdominales y lo que los facultativos tildaban de gastroenteritis, finalmente acabó siendo el peor escenario posible: cáncer. Tal fue la gravedad que tuvieron que operar de urgencia al joven ante una aterrorizada madre. “El médico me dice ‘Ana, siéntate. Tu hijo tiene un tumor’. No sabía qué hacer”. En ese momento se encontraba sola porque el padre de Aless, Alessandro Lequio, se había tenido que ir. “Creo que ha sido uno de los momentos más duros. Estuve despierta mirándole mientras dormía”, ha confesado.
Los días siguientes fueron decisivos y por momentos tuvieron un halo de esperanza ya que habría probabilidades de que el tumor fuera benigno, pero no fue así: “Fueron 10 días tremendos porque es como esperar tu sentencia de muerte. Me llama a mí el médico y me dice que el tumor es malo y muy agresivo”.

Un mazazo por el que Ana Obregón decidió no llorar para mostrarse sólida frente a su primogénito: “Ahí es cuando he sido fuerte, cuando mi hijo me necesitaba. Ahora, no”, ha relatado ante un emocionado Bertín Osborne

Entonces tomaron la decisión de marcharse a Estados Unidos para realizarle su tratamiento en una de las mejores clínicas del mundo en esta materia. El optimismo crecía porque a su vuelta a España el tumor se había reducido en un 90%. Pero el cáncer volvió y lo hizo con más fuerza: “Ahí fue cuando él un día me dice ‘mamá, tengo un 20% de posibilidades de vivir’. Fue la única vez que le vi que se vino un poco abajo”, cuenta ella.

Se abrió una de las épocas más duras de la enfermedad, con fortísimos dolores que ni la morfina aplacaba: “Aless siempre me quería tener cerca porque le daba seguridad. Cómo sufrió, joder”, le confesó a Osborne. Desde su marcha, Ana es una mujer diferente, vaciada de una felicidad que trata de recuperar poco a poco. Pasó seis meses encerrada en su cuarto y llegó a quedarse sin habla: "Cuando pierdes un hijo te mueres y tienes la obligación de seguir viviendo. Ya está". Y deja una cruda reflexión a su amigo: "Bertín, yo me perdono la vida todos los días. Me parece tan injusto estar yo aquí y él que no pueda estar, divertirse, trabajar, tener una familia, tener hijos...".

Pero no todo fue tristeza. Durante la entrevista, Ana Obregón y Bertín Osborne recordaron aquella breve etapa de noviazgo que protagonizaron: Ambos eran dos alocados veinteañeros: “Estábamos igual de locos” y por eso decidieron romper: “Yo soy una catástrofe y tú también, así que mejor vamos a ser amigos”, se dijeron. Algo que destapó las risas entre ellos.

“Sé que he tardado casi dos años desde que se fue mi niño en reunir las fuerzas para hacer una entrevista en televisión. Y he elegido para hacerlo a un buen amigo desde hace más de 30 años, al que tengo mucho cariño por su empatía y gran corazón. Si pensáis que vais a ver una entrevista de dos famosos os equivocáis”, anunciaba la protagonista en su cuenta de Instagram unas horas antes de la emisión.
Más emocionada, emocionante y sincera que nunca.