Meghan Markle y otras mujeres que se convirtieron en princesas
¿Quién dijo que para ser princesa debías nacer siéndolo? Parece que las cosas han cambiado mucho y en vez de bodas de conveniencia, en el panorama de la realeza, triunfan las bodas por amor...
Hubo un tiempo en el que era muy común que todos los miembros de la realeza se casasen entre ellos. El resultado de estas uniones solían ser parejas con una convivencia peculiar (algunas desencantadas y otras con relaciones extramatrimoniales a escondidas) que terminaban por convertirse en la comidilla de la sociedad.
Sin embargo en estos tiempos que corren, las cosas han cambiado y mucho, porque ya no todo tiene que ser como un cuento de hadas en el que el príncipe busque a su princesa, sino que puede encontrarla entre mujeres normales que también son muy pero que muy guays y unas princesas de la cabeza a los pies.
Mujeres trabajadoras, con vidas totalmente ajenas a todo lo relacionado con la realeza pero que de pronto dieron un giro. ¿Qué suerte no? Desde encuentros en discotecas, restaurantes o aviones, hasta viajes universitarios en los que encuentran a su media naranja, pero no una naranja cualquiera sino una de la realeza.
Realmente, ¿qué importa el lugar si dos personas sienten un flechazo en ese mismo instante? Y ¿qué pasa si da la casualidad de que el hombre en el que te fijas, reune más títulos que tú a lo largo de toda tu carrera profesional? No importa, si hay que asumir responsabilidades de princesa se asumen y sino que se lo pregunten a esta lista de mujeres que de un día para otro se convirtieron en personajes públicos.
Los príncipes se van modernizando con los años y no les importa si su pareja no tiene sangre azul como él porque en estos tiempos que corren, ya no solo se es moderno para atreverse con las tendencias sino para buscar princesa.
Por el momento parece que son las estadounidenses las que han sido elegidas como candidatas a los distintos tronos. Desde Hope Cooke hasta Meghan Markle, pasando por Grace Kelly o Kendra Spears.
Mujeres muy muy distintas pero con dos cosas en común, su nacionalidad y sus historias, todas se convierten en princesas de la manera menos esperada.

Una de las noticias que ha dado la vuelta al mundo en cuestión de segundos, ha sido la de la boda de la actriz más famosa de "Suits" con el Príncipe Harry el 19 de mayo de 2018, en el castillo de Windsor.
Un enlace que no solo ha llamado la atención porque Markle se convertirá en la primera estadounidense en unirse a la familia real británica, sino que además es mayor que él, está divorciada y nos encanta.

“Yo, Eduardo VIII de Gran Bretaña, Irlanda y los dominios británicos de ultramar, rey, emperador de la India, declaro aquí mi irrevocable determinación de renunciar al trono para mi persona y para mis descendientes, y mi deseo de que este instrumento de abdicación sea hecho efectivo de forma inmediata”, estas fueron las palabras de Eduardo VIII de Inglaterra, el rey que renunció a su trono por el amor que sintió por Walllis Simpson la joven de ojos azules que lo cautivó.

Fue el famoso Festival de Cannes el escenario perfecto para unir a la famosa actriz estadounidense con el príncipe Rainiero de Mónaco, quienes más tarde volverían a encontrarse en una sesión fotográfica en uno de los castillos de Grimaldi, pero lo que hasta aquí parece un cuento de hadas, no siempre tiene que ser con final feliz, ya que la entonces princesa de regreso a su casa de la casa de campo de Mont Agel sufrió un accidente en la carretera, del que pocos datos concretos se conocen.

Parece ser que los miembros de la familia real tienen una auténtica debilidad por las actrices estadounidenses, y más aún si son icono de la mujer mas deseada del planeta. Esto es lo que le pasó a Hayworth quien a pesar de nunca haber deseado ser actriz, su película Gilda le lanzó al estrellato, algo que el príncipe Aly Khan no pudo resistir para contraer matrimonio con la joven.
Aunque no todo son buenas noticias ya que el enlace duró menos de cinco años.

No todo son mujeres las que se casan con miembros de la realeza en estas historias de príncipes y princesas, sino que se lo pregunten al estadounidense Christopher O'Neill quien se casó con la princesa de Suecia; Madelaine pero que nunca llegó a asumir las responsabilidades de la realeza, ya que Madelaine decidió conservar su ciudadanía estadounidense en vez de sueca, renunciando así a todos sus títulos.

También conocida como Caroline Lee Bouvier y hermana menor de Jacqueline Kennedy, Radzwill se casó primero con un importante editor, Michael Canfield con el que estuvo tan solo 6 años para luego contraer matrimonio con el príncipe polaco, Stanislaw Albrecht Radziwill, con el que tampoco duró mas de 15 años.

Fue el famoso premio de Montreal de 2003 el evento que unió a Kelly, entonces azafata en la carpa de recepción de Bmw con Peter Phillips; primogénito de la princesa Ana de Inglaterra, quien colaboraba con el quipo de William de Fórmula 1. Un encuentro del todo fortuito ya que la joven reconoció no tener idea del parentesco de Phillips con la Reina de Inglaterra hasta que vió un reportaje por el 21 cumpleaños del príncipe Guillermo en televisión. Lo que se conoce como una auténtica historia de amor.

Si seguimos con historias de amor por casualidad, la actual reina Noor se encuentra sin duda entre las primeras del ránking después de su encuentro con Hussein el rey de Jordania en un avión. Un hecho que terminó en boda y le otorgó no solo el título de reina consorte de Jordania sino también “Luz de Husein”.

Sales de copas con tu mejor amiga y en la discoteca conoces a un chico que te gusta ¿qué suerte no?, pues más aún si él es el bisnieto del emperador de Etiopía; Joel Makonnen.
Esto es lo que le pasó a Austin una noche de diciembre y acabó este mismo año con un enlace real del todo multicultural, por una mezcla de tradiciones etíopes, estadounidenses, africanas y guyanesas.

Marie-Chantal Miller y Pablo de Grecia, una pareja que no solo unía una multitud de títulos sino más bien de millones. Hija de un importante magnate de los duty free de aeropuertos asiáticos, Chantal se enamoró del príncipe con el que tiene cinco hijos y una vida en el barrio londinense de Chelsea.

Puede que sea cosa de hermanas, pero sin duda las Miller han nacido para ser princesas. Hermana de Marie-Chantal Miller, Alexandra también se enamoró de un miembro de la realeza, Alexander von Fürstenberg con quien se casó en 1995.

Ellos no se conocieron en una discoteca como Ariane Austin y Joel Makkonen pero sí conoció al heredero del Ducado de Sajonia-Coburgo y Gotha; Hubertus Michael, en un restaurante. Él le pidió su número de teléfono y tras unos meses para conocerse y ella descubrir su verdadera relación la con la realeza, contrajeron matrimonio en 2009.

En una fiesta organizada por Naomi Campbell pueden pasar muchas cosas, como enamorarte del príncipe Rahim Aga Khan, el hijo mayor del Imam de Nizari Ismailism. Una fiesta que cambió su vida como modelo en cuestión de segundos para cumplir obligaciones como miembro de la familia real.

Casada con el Príncipe Zeid Ra'ad Zeid bin al-Hussein o más fácil, el Príncipe de la de corona de Irak en el año 2000.
En esta ocasión ella tomó el nombre de princesa y se trasladó a Nueva York, en donde ambos residen con sus tres hijos.

Reina de uno de los reinos asiáticos más pequeños, Cooke conoció al Príncipe Heredero Palden Thondup Namgyal de Sikkim en uno de sus viajes universitarios. Se enamoraron y dos años después se casaron gracias a una ceremonia budista. Tuvieron dos hijos, pero años después el amor fue desapareciendo y por distintos problemas en la relación dicidieron que cada uno continuase con su vida, él en India y ella en Estados Unidos.