Meghan Markle y la reina Isabel II, 'unidas por la fe'
Este es el plan de la duquesa con la Reina que pone a prueba su supuesta mala relación, horas antes de dejar sus obligaciones reales.
Que Meghan Markle y el príncipe Harry tengan puestos todos los ojos encima es algo que dejó de ser noticia hace mucho tiempo. Pero sí que es relevante cada paso que dan en los instantes previos a conseguir su ansiada ‘libertad’. Sí, este lunes 9 de marzo llega (por fin) el momento en el que se despiden de la Familia Real. Harry y Meghan protagonizarán su último evento como miembros de la corte en el acto de la Commonwelth, un servicio multirreligioso en la Abadía de Westminster, si bien es cierto que sus obligaciones reales no expirarán hasta el próximo 31 de marzo.
Los duques de Sussex han centrado gran parte de atención esta semana. El sábado estuvieron presentes en el Festival de Música de Mountbatten, celebrado en el Royal Albert Hall de Londres. Pero para el domingo tenían preparada la gran sorpresa. El príncipe Harry y su esposa acompañaron a misa a la reina Isabel II. Lo hicieron juntos pero no revueltos ya que viajaron en coches diferentes hasta la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor, pero se mostraron muy sonrientes en todo momento.
Se trata de una práctica religiosa con la que la reina Isabel II cumple religiosamente cada domingo y para esta semana ha tenido una compañía de verdadero lujo. Y qué bien les viene a los Sussex para limpiar su imagen de cara a la opinión pública y suavizar la crítica. Mostrarse cercanos a la Reina es algo que los siempre taxativos medios de comunicación ingleses valoran positivamente.
Una fuente muy cercana a palacio ha hablado de este encuentro informal entre Meghan Markle e Isabel II: “Ha sido un bonito gesto que la Reina les pidiera que fueran a la iglesia. Es revelador en el sentido de que siguen siendo familia y como tal, todos se aman". Una vez finalizada su participación en los actos de la Commonwelth, Harry y Meghan volverán a Canadá para reunirse con su hijo pequeño y planificar su futuro lejos de las obligaciones reales. Todo apunta a que se mudarán en Malibú, de hecho ya han estado viendo algunas casas, donde por cierto tendrían vecinos muy famosos.

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A misa con la abuela Isabel
El príncipe Harry aprovechó el domingo para acudir al servicio religioso de la Capilla de Windsor al que cada último día de la semana su abuela. A su lado, Meghan Markle.

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Juntos pero no revueltos
La Reina y los duques de Sussex se desplazaron en coches separados. Harry saludó muy amigablemente a la prensa, con quien tiene una reñida relación.

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Acercan posturas con Isabel II
Qué mejor manera de suavizar la crispación en torno a su figura que yendo a lavar sus pecados en misa. Los dos vistieron uniformados de negro y respetando las tradicionales formas británicas.

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Radiante
La exactriz apostó por un look negro con detalles blancos en el cuello y un tocado. Su rostro estaba pulcro y radiante, como suele ser habitual.

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Sin rencor
Isabel II apostó por un abrigo tipo 'tweed' azul y sombrero gris, un look ideal para un lluvioso día en Londres. La Reina no guarda rencor a los Sussex por salir de la Familia: "Siempre lo serán. Me siento particularmente orgullosa de como Meghan se ha convertido tan rápidamente en miembro de la Familia", dijo en su día.

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Bye. bye Windsor
Tras celebrar el acto religioso de la Commonwelth, Harry y Meghan volverán a ser 'libres' y regresarán a Canadá junto a su hijo para planificar su mudanza, previsiblemente a Malibú.