Carlos Gustavo de Suecia reúne a la familia en su 74 cumpleaños

El rey Carlos Gustavo de Suecia ha abandonado su confinamiento en el castillo de Stenhammar, en la localidad de Flen, para viajar hasta Estocolmo donde tenía una cita muy importante como era la celebración de su 74 cumpleaños. El Monarca se ha reunido con dos de sus hijos, los príncipes Victoria y Carlos Felipe, siendo la gran ausente la princesa Magdalena, que reside en Estados Unidos con su marido, el empresario Christopher O´Neill, y sus tres hijos, Adriana, Leonor y Nicolás. Ella no ha podido viajar desde Florida hasta Suecia para estar con su padre en un día tan especial como el de su aniversario. Esto no ha ensombrecido la jornada en la que el monarca lució su uniforme militar y saludó desde el balcón del palacio junto a su familia.

La persona que le ha acompañado en todo este tiempo y que más cerca ha estado de él durante el confinamiento por la pandemia ha sido su esposa, la reina Silvia de Suecia, con la que ha protagonizado unas imágenes en las que muestran la magnífica relación que les une. Se ha hablado mucho sobre las posibles infidelidades del Rey, pero el matrimonio sigue tan unido como el primer día.

Carlos Gustavo de Suecia nació el 30 de abril de 1946 como hijo del príncipe heredero Gustavo Adolfo y la princesa Sibylla of Sachsen-Coburg-Gotha. Con apenas nueve meses perdió a su padre, víctima de un accidente de avión. Subió al trono con 27 años, el 15 de septiembre de 1973, sucediendo a su abuelo, el rey Gustavo Adolfo VI. Se enamoró de la azafata de vuelo Silvia Sommerlath y se casó con ella el 19 de junio de 1976. Durante su matrimonio han tenido tres hijos y su primogénita, la princesa Victoria, será quien le suceda en el Trono cuando él tome la decisión de abdicar como ya han hecho otros reyes europeos entre los que se encuentra el español, el de Holanda y Bélgica. Quizá los problemas de salud de la heredera, que sufre prosopagnosia, sea lo que hace que Carlos Gustavo intente aguantar el máximo tiempo posible como monarca, pues esta dolencia dificulta el papel institucional de Victoria de Suecia. Este trastorno, que no tiene tratamiento, dificulta reconocer los rostros de las personas con las que se relaciona, incluidos los de sus familiares.