Son absolutamente diferentes y quizá por eso se complementen para rodear de fuerza y serenidad al recién elegido nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Decidida a no cambiar más de lo necesario sus rutinas, su trabajo o su manera de actuar, Jill Bidenha llegado a lo más alto del escalafón político del país norteamericano del brazo de su esposo y como buena consorte le acompañará cuando la agenda así lo indique, pero al mismo tiempo, por lo que hasta ahora se aprecia, quiere quedarse en una especie de segundo plano y ejercer como una primera dama menos llamativa que su antecesora, Melania Trump.
En el otro extremo está la nueva vicepresidenta, Kamala Harris, una arrolladora mujer de fuerte carácter y convicciones, casada con Douglas Emhoff, abogado y padre de dos hijos, cuyo nombre ya está escrito en mayúsculas en los libros de Historia norteamericanos e internacionales al ser la primera mujer que accede a este puesto y, además, siendo negra.
El puesto de la vicepresidencia del país que se dice más poderoso del mundo es bien conocido por Joe Biden, ya que el mismo lo ocupó durante la presidencia de Barak Obama, por eso sabe el poder que conlleva sentarse en ese sillón y quien mejor para hacerlo mientras el ocupa el Despacho Oval que Kamala Harris, quién no se amedranta y está dispuesta a ejercer plenamente con todas las consecuencias. Para ella no es nuevo el hecho de ser una ‘primera mujer’ o es más, ‘primera mujer y negra’ ya que, tras formarse como abogada y ocupar varios puestos de fiscal hasta llegar a ser elegida fiscal general de California en el año 2010 y reelegida en 2014, dos años más tarde pasaba a formar parte del Senado de estados Unidos como la segunda afroamericana y primera surasiática-americana, ya que su madre es india y su padre jamaicano. A sus 56 años, Kamala, cuyo nombre es sánscrito y deriva de la mitología hindú, sigue ascendiendo escalones casi de cuatro en cuatro y hoy está a la derecha de uno de los mandatarios más importantes del mundo.
Bueno, a la derecha política, porque en la personal está su mujer, Jill Biden, la cara opuesta en cuanto a personalidad de la vicepresidenta. De origen italiano, y tras haber roto un matrimonio de cinco años, Jill Tracy conoció a Joe Biden en una cita a ciegasy se enamoraron perdidamente, lo que ayudó al político a salir del bache emocional en el que se encontraba tras haber perdido en un accidente de trafico a su primera esposa y a una hija, resultando heridos sus otros dos hijos, Joseph y Robert. En 1977 se casaron y esta serena mujer, que ahora tiene 69 años, se convirtió en el pilar donde siempre se ha apoyado Biden, con quien tiene una hija llamada Ashley. Ella es quien siempre le ha dado ánimos y entereza, tanto para que no renunciara a su carrera política, como cuando perdió a su primogénito, Joseph por un tumor cerebral.
Al igual que Kamala, Jill también hace historia, ya que es la primera italoamericana que se convierte en primera dama. Pero eso no ha supuesto para ella ningún cambio radical en lo que desea siga siendo su profesión, ya que ejerce como profesora de inglés en la universidad comunitaria de Virginia y esta dispuesta a seguir en su puesto, convirtiéndose así en la primera dama que mantenga un empleo remunerado, “Enseñar es mi pasión” – ha comentado a los medios – “Es lo que amo hacer”.
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Siempre alegre
Jill Biden tiene un rasgo característico y es que en su rostro siempre, salvo casos muy excepcionales, aparece una sonrisa serena que anima a la tranquilidad, algo que le puede venir muy bien al recién elegido nuevo presidente de Estados Unidos para calmar los ánimos cuando se le acumulen las 'tormentas' en el Despacho Oval.
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Gran carcajada
Al contrario que Jill, Kamala Harris gesticula su alegría con una amplia carcajada que ya es símbolo de su personalidad. Prueba de ellos es la imagen tomada el mismo día que Joe Biden ganó las elecciones y que no le desaparecía de la cara, salvo cuando llevaba la mascarilla puesta.
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Cita a ciegas
Joe Biden y Jill Tracy se conocieron en una cita a ciegas y se enamoraron, ella fue desde entonces la persona que le animó a seguir en la política y volver a tener ilusión tras haber perdido anteriormente a su anterior mujer y uno de sus tres hijos mayores, su hija Ami. Tras casarse en 1977, los inminentes ocupantes de la Casa Blanca tuvieron una hija, Ashley, que ambos adoran.
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Tándem perfecto
Para Kamala Harris su marido, Douglas Emhoff, abogado y padre de dos hijos, es fundamental en su vida y así lo ha asegurado constantemente. Junto a él forman un tándem perfecto que será primordial para esta mujer que ya forma parte de la Historia política de Estados Unidos.
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Mujer de principios
Jill Biden es profesora de inglés y su deseo es seguir ejerciendo esta labor a pesar del puesto que ahora le toca ocupar, siendo así la primera vez que una primera dama de Estados Unidos conserva un trabajo remunerado.Su idea es apoyar causas benéficas dirigidas a los niños y también lograr una enseñanza gratuita que llegue hasta la universidad.
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Gran poder
Kamala Harris siempre se ha destacado por alcanzar las metas que se ha propuesto y así planea seguir desde la vicepresidencia del país norteamericano más poderoso del mundo, realizando los cambios prometidos con aplomo y seguridad.
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Amiga de Michelle Obama
Durante el tiempo que Joe Biden ocupó el puesto de vicepresidente de Estados Unidos, Jill acudió a diversos eventos junto a la que entonces era primera dama, Michelle Obama, llegando a entablar una buena amistad que aún dura hoy en día.
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Lealtad y honestidad
Kamala Harris se ha ganado no solo la confianza de Joe Biden, antes ya captó la del que fue presidente estadounidense Barak Obama, por eso esta estela la ha llevado a ser elegida para un puesto de vital importancia como es la vicepresidencia de USA.