Ana Obregón y sus divertidos momentos en anteriores campanadas

Para Ana Obregón volver a ser la responsable de transmitir las campanadas en la próxima Nochevieja es un gran honor, pero también un maravilloso incentivo para sobrellevar el peor año de su vida tras perder a su hijo Áless. De este modo, la simpática actriz y presentadora ha vuelto a sonreír gracias este encargo que le ha hecho Televisión Española y en el que tendrá como compañera a Anne Igartiburu, que ya le ha dicho que está encantada de formar tándem con ella en un Fin de Año tan significativo al estar marcado por todos los problemas, restricciones y pérdidas familiares que ha traído la pandemia global provocada por el coronavirus que nos afecta a todos. Pero Ana no es la primera vez que se ve en este trance, han sido tres las ocasiones en las que se ha tomado las doce uvas en la Puerta del Sol con todos los españoles y aquí os mostramos los mejores momentos de esas citas tan especiales.

Su debut fue en el año 1994, junto a Joaquín Prat, y fue a este icono del mundo de la comunicación a quien recordó al año siguiente, en 1995, cuando repitió en esta tarea tras haber fallecido Joaquín justo el 3 de junio de ese año. Sus palabras, mientras lanzaba un beso, fueron: "Me van a permitir que en este momento tan emotivo mande un beso muy fuerte a un compañero muy querido. El año pasado se tomó las uvas aquí, con nosotros, y este año estoy segura de que se las ha tomado un poquito más arriba... Joaquín Prat. Te queremos".

Aquel primer año al lado de Joaquín Prat se atrevió a lucir un vestido con transparencias cubierto con una llamativa capa de color rojo. Como seguidamente se daba paso a la gala de Nochevieja, Obregón bromeó diciendo que: "¿Me podéis dejar una chupa y un casco? Me voy con la vespino a los estudios de Prado del Rey. No sé si me caeré de la moto... ¡Cómo empieza el año!”, lógicamente estaba grabada.

Ramón García ha estado a su lado en la tarea de dar paso al año nuevo en dos ocasiones, 1995 y 2004, siendo ambas sumamente divertidas por la espontaneidad de Ana Obregón y sus gracias, que no cesaban un instante, llegando hasta a tirar por el balcón la característica capa española que Ramón tenía por costumbre poner sobre sus hombros en un evento tan exclusivo y mediático. Los ojos del comunicador se quedaron casi en blanco al ver su prenda fetiche volar por los aires hacía la muchedumbre que se apretujaba en la calle para tomar las uvas en directo.