Isabel Pantoja y Julián Muñoz: los momentos clave de su escandaloso romance

Fue en FITUR, en 2002, donde Isabel Pantoja y Julián Muñoz se conocieron. Tras la Feria de Turismo de Madrid al entonces alcalde Marbella se le encendió la bombilla y se planteó que la cantante se convirtiera en imagen de su consistorio, una decisión que revolucionaría la famosa localidad malagueña, pondría patas arriba la vida de ambos y también la de quien era su mujer, Maite Zaldívar. Su romance comenzó con mentiras, engaños y ruedas de prensa con falsas declaraciones de Muñoz para desmentir que tenía algo con la tonadillera más allá de un acuerdo laboral.

Pero se destapó el pastel y su matrimonio saltó por los aires, los titulares comenzaron a llenarse con sus nombres y con el abandono de Julián del hogar conyugal y de sus hijas, Isabel Pantoja había ganado la batalla y se llevaba el ‘premio’, o eso creía ella en aquel momento. La explosión mediática tocó su punto álgido cuando la feliz pareja apareció en la romería de la Virgen de El Rocío, en 2003, cogidos de la mano y con unas sonrisas de oreja a oreja. Era la victoria de su amor, un amor que acabaría entre rejas.

Han sido cuatro los años que el hombre que se sentaba en el sillón consistorial del Ayuntamiento de Marbella y la que era llamada ‘viuda de España’ tras morir ‘Paquirri’ mantuvieron un noviazgo. Son ya casi 18 años los que han pasado desde ese Rocío y su historia de amor y desamor sigue copando la actualidad como el primer día. Aquel paseo por las calles de Almonte, Huelva, cogidos de la mano, vestida de flamenca con mantón y flor en la cabeza ella, y con el pantalón bien encajado como acostumbra y gran puro él, fue el primer escalón hacia su ruina, a pesar de que ellos creían que realmente se iban a hacer de oro.

Luego llegaron los paseos por Marbella, al principio, cuando su idilio no se conocía, los enamorados eran un trío junto a Maite, pero después, cuando su romance era notorio, se les veía en la Feria de la localidad o en cualquier otra fiesta o evento como pareja oficial. La tonadillera estaba encantada de ser la consorte de un mandatario local tan potente y él feliz de llevar del brazo a tan célebre artista.

Fue en esa época cuando se veía a Isabel Pantoja entrar en las más exclusivas boutiques a puerta cerrada, solo para ella y con escoltas en la calle vigilando que no fuera molestada, también a los tortolitos disfrutando de una exquisita comida en un lujoso restaurante o tomándose unas copas con los palmeros de turno. Pero lo que volvió a ser resaltado en prensa fueron unas palabras que pasarán a la historia: “dientes, dientes que es lo que les jode”, frase dicha por la artista mostrando plenamente su dentadura al tiempo que caminaba altiva de la mano de Muñoz.

Pero llegó el caso 'Malaya' y los dos se vieron implicados, primero el ex primer edil, culpable hoy en día por sentencia de varios delitos relacionados con la corrupción, más tarde su intensa novia, que fue juzgada y sentenciada a prisión por blanqueo de dinero. Años entre rejas y adiós al amor, un amor que quizá o supuestamente, nació y vivió por intereses económicos.