Diego Matamoros, ingresado de urgencia por un problema degenerativo
El hijo de Kiko Matamoros ha preocupado a sus seguidores al informar de su situación desde la cama del hospital.
Corren malos tiempos para Diego Matamoros, que no va a acabar el mes de marzo como le gustaría, ni mucho menos. El hijo de Kiko Matamoros ha requerido de intervención médica por un problema de salud que se ha manifestado de manera inesperada. Ha sido él mismo quien informaba de su estado, este miércoles y a través de unas stories de Instagram en las que se le veía postrado en la cama de un hospital. ¿Qué le ha llevado a ser ingresado?
Debilitado por estos días en el hospital, Diego miraba a la cámara que sujetaba su novia, la influencer Marta Riumbau, para explicar con todo lujo de detalle su caso: “Mi espalda empezó a fallar de nuevo. El viernes estaba en casa muy tranquilo, preparando un viaje para irnos fuera unos días. De repente tuve una crisis severa en la espalda, un tema congénito degenerativo que tengo y está relacionado con hernias discales y con la médula”, ha comenzado diciendo para sus más de 400.000 seguidores.

Diego Matamoros
Este problema le dejó prácticamente inmóvil y así lo narra el propio Diego: “Me empezaron a fallar las piernas, me quedé en el suelo y no tenía teléfono. Después de más de una hora, pude coger el teléfono y llamar”. En ese momento, Marta le interrumpió para concretar que “lo dejó en la estantería arrastrándose”. Y no es para menos porque en cierto modo fueron instantes de verdadera angustia: “Luchando contra el dolor, ahora parece fácil, pero en ese momento fue una tortura. Llamé a familiares, a la ambulancia, Marta se pudo colar por la ventana. Me trasladaron al hospital el viernes en ambulancia en la camilla”, puntualiza.
Diego Matamoros ha explicado entonces el proceso que han seguido los médicos con él y lo que tendrá que hacer una vez abandone el hospital: “He estado sedado. Me han hecho la resonancia, las vértebras están deterioradas y la médula un poco tocada. Ayer me hicieron una intervención, la unidad me pinchó en la médula y me inyectó corticoides, lo que hace que, en al menos cuatro días o así, pueda a empezar a caminar más o menos de manera normal. Ahora mismo me levanto y voy como un abuelillo, se me doblan las piernas. Lo siguiente es el tratamiento con los fisios”.

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