Marie Claire

Dos años después de anunciar su separación, Adele y Simon Konecki llegan a un millonario y confidencial acuerdo de divorcio

Sin abogados, en completo secreto y de forma amigable. Así parece haber sido el divorcio entre Adele y su ya exmarido, Simon Konecki, tras dos años de negociaciones para repartirse una gran fortuna y un buen puñado de propiedades.

Ha sido la prensa americana la encargada de confirmar que Adele y Simon Konecki ya tienen un acuerdo de divorcio encima de la mesa, dos años después de su separación. Y es que, como es habitual en todo lo referente a su vida privada, la cantante ha preferido llevar todos los trámites en la más estricta intimidad. A pesar de ello, algunos medios ya dan por hecho el divorcio, tan solo a falta de que un juez estampe su firma en el documento.

Un documento completamente secreto, del que tampoco ha trascendido ningún detalle. Tan solo que sabemos que la expareja ha conseguido liquidar su matrimonio y llegar a un acuerdo de divorcio, en el que hay muchos millones en juego, sin contar con abogados, han sido los propios afectados los que han negociado los términos, con la ayuda de unos mediadores.

Se estima que el patrimonio de Adele, a pesar de llevar años sin subirse a un escenario y otros tanto sin publicar trabajo discográfico, alcanza los 170 millones de euros, sin contar las varias propiedades inmobiliarias. Una gran fortuna a tener en cuenta en las condiciones de divorcio, y más tras saberse que la pareja no firmó ningún acuerdo prenupcial cuando se dio el sí quiero hace ya cuatro años.

A pesar de haber estado dos años negociando los términos del esperado acuerdo, este parece haberse realizado de manera amistosa y por el bien de Angelo, el hijo que tienen en común, y del que Adele y Simon tendrán la custodia compartida.

La pareja anunció su separación oficial en abril de 2019 a través de un comunicado en el que aseguraban que lo principal y más importante era su compromiso en educar juntos a su hijo Angelo. Un año después, en marzo de 2020, la cantante y el empresario firmaban un acuerdo de confidencialidad para mantener en secreto todos los avances en su divorcio. Algo que han conseguido y que en pocos días será cosa del pasado.

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