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El triunfo del estilo de la reina Isabel II de Inglaterra (en cinco puntos)

Todavía no se ha estrenado aquí (está previsto que se haga en primavera) pero la película "A royal night", dirigida por Julian Jarrold nos da pie a defender a ultranza (otra vez, y no será la última, porque me conozco) el estilo inamovible de la soberana británica.

La película la protagonizan Sarah Godon, en el papel de una joven todavía princesa Isabel, y Bel Powel, en el de su hermana la princesa Margarita (genio y figura). Rupert Everett (nada más y nada menos) y Emily Watson (the one and only) interpretan respectivamente a sus padres, el rey Jorge VI y su mujer Isabel, de soltera Bowes-Lyon.Yo pienso ir a verla porque a mi me pones un buen pastel y me lo como a bocados, tal cual te lo digo. Me va lo cursi a tope. El caso es que la película narra como los padres de las princesas inglesas les permitieron salir de incógnito una noche de 1945 por Londres, a celebrar la recién estrenada paz europea una vez finalizados los combates de la Segunda Guerra Mundial. El argumento, aún siendo una ficción, tiene de todo: ñoñería, la de unas jóvenes que descubren la noche y la fiesta por primera vez, los signos del primer amor, y algo de drama, porque en todo momento sabes como espectador que la vida que están descubriendo no va a poder ser nunca la suya (aunque la princesa Margarita estuvo intentandándo hasta el final de sus días, como tantas otras royals, antes y después de ella) y que van a tener que volver a encerrarse en palacio, cuando amanezca, casi como cenicientas contemporáneas.Bueno, el caso es que la película nos lleva insistir, en cinco puntos, un hecho incontestable, que el estilo de la reina Isabel de Inglaterra es uno de nuestros favoritos.

1. Su estilo gusta por cansancio, porque esta señora lleva instalada tanto tiempo en el trono de su país (desde 1952 concretamente) que nos hemos acostumbrado a su imagen y nos parece "como de la familia". Insistir en algo es, a veces, la mejor manera de imponerlo. Eso las firmas de moda lo saben perfectamente.

2. Isabel II ha conseguido una fórmula que funciona en cualquier ocasión y eso es exactamente a lo que llamamos "saber vestirse". Esta fórmula, este alfabeto, que no tiene, si se piensa bien, muchos elementos, permite múltiples combinaciones.

3. Su vestuario subraya el aspecto simbólico del cargo que ostenta. Por eso es inamovible y por eso viste aparentemente igual desde el principio. Los cambios son mínimos e imperceptibles, la esencia es siempre la misma. No sigue la moda, ni las tendencias, por la misma razón que no se cambia cada la temporada la combinación de colores de las banderas.

4. No teme el color (como casi ningún inglés, por cierto). Porque debemos verla siempre y desde cualquier punto del planeta. Tampoco teme ponerse joyas espectaculares, de tesoro (es literal), porque son lo que la diferencia del resto, son las que nos recuerdan quién es.

5. Su aspecto un tanto vintage y por supuesto venerable, sirve para que el resto de mortales recordemos que ella es quién es desde hace siglos, que su linaje se pierde en el principio de los tiempos. Y luego intuyo en ese estilo algo de ironía un poco en plan "os gustan los cuentos de hadas, pues aquí tenéis uno y de los buenos".

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