Marie Claire

Paloma Cuevas y Enrique Ponce: final de una historia de amor

El torero y su esposa poner punto y final a su relación tras 24 años de matrimonio.

Cuando un matrimonio comienza a ir mal, lo mejor es poner punto y final. Y así lo han decidido Paloma Cuevas y Enrique Ponce. La pareja había cumplido 24 años de matrimonio. Pero ni el amor que han sentido el uno por el otro durante casi un cuarto de siglo ni el cariño que sienten hacia sus hijas, Paloma y Bianca, han hecho que den un paso atrás en su decisión. Por tanto, después de haber valorado la situación, el torero y su esposa han decidido finalizar definitivamente su matrimonio y dar comienzo a una vida tomando caminos separados.

La expareja ya se ha puesto en contacto con un despacho de abogados que se encargará de llevar a cabo los trámites de divorcio. Pero pese a que hayan decidido tomar esta decisión, ha sido una elección consensuada y de mutuo acuerdo, porque aunque prefieran estar separados lo idóneo es mantener una relación cordial que no complique la situación paternofilial entre ambos y sus hijas.

Según han afirmado algunas fuentes cercanas a la pareja, esta drástica decisión ha sido tomada a consecuencia del desgaste que ha sufrido la relación tras 24 años de matrimonio. No hay terceras personas ni en la vida de Enrique, ni en la de Paloma. Simplemente ambos prefieren realizar los trámites cuanto antes y sin complicaciones para dar comienzo a esta nueva vida con total normalidad.

Tanto la familia de Paloma como la de Enrique ya conocían cuál era la situación crítica por la que estaba atravesando la pareja. Por tanto, solo les ha quedado apoyar la decisión y respetarla, pese a que dar por finalizado un matrimonio que estaba a punto de celebrar sus bodas de plata sea algo bastante complicado para los protagonistas y para todos los seres queridos que les rodean.

Ambos han iniciado los trámites de divorcio y en tan solo unos días se espera que su matrimonio haya finalizado definitivamente, poniendo el broche a una historia de amor que surgió de la manera más romántica e inesperada. Y es que ambos se conocieron en una ocasión en la que Victoriano Valencia, extorero y apoderado de José Ortega Cano por esas fechas, decidió llevar al resto de su familia a una corrida de toros, a la que también acudió su hija Paloma. En Algeciras y a comienzos de su carrera, Enrique no acertó con el descabello al toro, y Paloma pidió expresamente a su padre que se prestara a ayudar a aquel joven a dar continuidad a su trayectoria. Más tarde, Enrique y Paloma coincidieron en un hotel de Jaén, donde Manuel Morillas los presentó oficialmente y experimentaron un flechazo que ha estado vigente durante más de dos décadas.

Te informa, te ayuda

Marie Claire

Recibe la revista en tu casa desde 29 euros al año

Suscríbete
Suscríbete a Marie Claire
tracking