Salud y ejercicio en verano

Es uno de los problemas de salud más habituales en verano. Se produce por una deshidratación que suele ir provocada por un esfuerzo extremo. La forma de prevenirlo es evitar hacer deporte a las horas más calurosas del día, beber constantemente agua y, ante un mínimo síntoma de malestar, cesar el ejercicio. Produce dolor de cabeza, vómitos, pulso rápido y temperatura corporal de 40º aproximadamente.
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Pueden producirse al hacer ejercicio en cualquier momento del año, pero cuando hace calor, tenemos más posibilidades. Son frecuentes en las piernas, muslos y abdomen. Se deben a una deshidratación y la forma de prevenirlos es beber agua que contenga sales antes y durante el ejercicio. Tomar alimentos ricos en sodio también puede ayudarnos a prevenirlos.
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Empezamos a sentir mareo y caemos al suelo con una pérdida momentánea del conocimiento. Cuando sucede esto, hemos tenido un desvanecimiento y la forma de evitarlo al hacer ejercicio es, en primer lugar, calentar. La temperatura del cuerpo aumenta con el ejercicio, por lo que debemos ir poco a poco para que el cambio no sea brusco y afecte al flujo de sangre que llega al cerebro.
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Los protectores solares no son solo para la playa o la piscina. Salir a hacer ejercicio cuando el sol todavía calienta tiene el riesgo, además de los problemas de los que hemos hablado antes, de provocarnos quemaduras solares. Protege tu piel y evita enfermedades peores.
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Se produce por el exceso de agua en el cuerpo. Provoca dolor de cabeza, desorientación y problemas musculares. Puedes prevenirla no bebiendo más de un litro de agua por hora de ejercicio.
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