Este finde pasarás olímpicamente del alcohol
¿Sabes esa amiga que nunca, nunca, nunca te acompaña con el vino? Ahora es su momento
Hay bebidas que son icónicas. Es el caso del “Martini, agitado, no revuelto” que siempre pedía el James Bond de Pierce Brosnan –al llegar Daniel Craig todo cambió, incluida la bebida de 007 que pasó a ser el Vesper–, del Cosmpolitan que amenizaba las cenas de Carrie Bradshaw y el resto de la crew de Sexo en Nueva York o del eurovisivo Bloody Mary de Las Ketchup. Pero todo esto puede quedar atrás con la última vertiente de la vorágine healthy que nos está invadiendo a todos: ser abstemio.
El volumen de gas, dato imprescindible
Sí, de los creadores de comer kale todos los días tiene grandes beneficios y Kimchi, el súperalimento que querrás incluir en todas tus comidas, llega la moda de cambiar la copa de vino por un agua o máximo un agua con gas –porque los refrescos también están prohibidos–, de salir por la noche y bailar sin un balón relleno de gin-tonic entre las manos y de rechazar ese chupito no porque ya te hayas tomado unos cuantos antes sino porque tú ya no bebes –quién te ha visto y quién te ve–.
Como casi todas las modas, esta también nos llega de Hollywood y cuenta con el apoyo de algunos teetotalers –así se hacen llamar los seguidores de esta tendencia– convencidos como Jennifer López, Katy Perry, Jared Leto o Blake Lively. Y al igual que con los pantalones campana que ya llevaste de adolescente, tampoco es una una moda nueva, más bien renovada.
El concepto lo acuñó originariamente el inglés Joseph Livesey, impulsor de la Preston Temperance Society. Él era un abstemio convencido por muchas razones –familiares, médicas, filosóficas y éticas– y su organización luchaba, ya en 1936, por reducir el papel protagonista que juega el alcohol en nuestras vidas.
Al igual que ocurrió con los vegetarianos/veganos/flexitarianos, los abstemios de toda la vida –y seguro que tienes alguno cerca para comprobarlo– salen ahora del armario con orgullo y nos tratan a los new abstemios con cierto grado de condescendencia. Sí, porque ellos te dirán que llevan años siendo la rara avis de cualquier grupo, esos que en plena cena rechazaban el vino con un “No gracias, yo no bebo” e instantáneamente debían hacer frente a toda una mesa que les ametrallaría con “¿Pero nada de nada?” “¿Ni siquiera una caña?” “Y cuando sales ¿te diviertes?”.
Ahora estas cosas ya no pasan, ahora todos somos abstemios. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? J.Los aparte, porque lo de beber es un extra, lo que realmente está de moda en esta era es lo de cuidarse y el dejar de lado el alcohol no es más que un paso más en la apuesta de muchos por seguir un estilo de vida saludable. Un complemento extra a tu decisión de acercarte al yoga para ponerte en forma y de comer más, y más sano.
Y si quieres convencer al resto de tus amigas de que se olviden de las bebidas espirituosas aquí van algunos argumentos que convencerían al mismísimo Baco: como abstemia ya no tendrás que arrepentirte de ningún Whatsapp inoportuno ni enfrentarte nunca más a la resaca del día después –dos razones que ya nos parecen suficientes para no descorchar el vino– pero es que además, según los expertos, sentirás la mente más despejada, mejorará tu sistema inmunitario y tu piel se verá mejor, con menos arrugas, menos bolsas, menos granitos y más luz.
Así que ya lo sabes, en la próxima fiesta nada de vino, mejor haz como Daisy Lowe, y celebra tu cumpleaños brindando refresco en mano.