Bob Dylan: el nuevo Nobel de Literatura, en ocho canciones
En medio de la polémica, repasamos la carrera de un artista incomparable a través de algunas de sus creaciones más significativas.
Ni Murakami, ni Atwood, ni Marías: la Academia Sueca ha decidido sorprender a todos y conceder el Premio Nobel de Literatura 2016 a Bob Dylan "por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción". Si es así, el genio de Duluth (Minnesota) lo ha hecho a lo largo de un recorrido artístico que arrancó con el folk contestatario del Greenwich Village de los primeros 60, que giró hacia la electricidad y el rock a mediados de aquella década y que en los últimos años se ha entregado sobre todo a la música de raíces y a los estándares de la canción americana. Repasamos aquí los hitos principales, en forma de canción, de uno de los grandes músicos que vió nacer el siglo XX, al que todavía le deseamos una larga carrera.

Fue el primer gran hit de Dylan, concebido bajo la influencia directa de su maestro Woody Guthrie. Una canción que ponía en cuestión el orden social y político, incluída en el álbum protesta The Freewheelin' Bob Dylan.

EE.UU. se desangraba en Vietnam mientras en el interior del país la causa de la paz y la lucha por los derechos civiles movilizaban cada vez a más gente. Los tiempos estaban cambiando, y la emblemática canción de Dylan vino a poner la banda sonora que aquel momento necesitaba.

Una chica, Miss Lonely, es la protagonista de esta canción sobre la pérdida de la inocencia, y escrita con cierto rencor, que se ha convertido en uno de los mayores himnos de la historia del pop a pesar de sus más de seis minutos de duración.

Dylan y D.A. Pennebaker, que dirigió el documental Don't Look Back, sobre la gira del cantante por Reino Unido en 1965, crearon esta pieza audiovisual que es todo un hito por el uso de los carteles (después explotadísimo) para ir subrayando su letra. Filosofía beatnick y preludio del hip hop, todo en uno.

Una de las canciones estrella del que quizá sea el mejor álbum de Dylan, Blonde On Blonde. No tan estrictictamente romántica como a menudo se ha vendido, quién no la ha sentido alguna vez como una declaración de amor.

Arrana como balada y va girando hacia el rock psicodélico que se imponía en la época. Fue inmediatamente versionada por Jimmy Hendrix, quien la convirtió en un hit todavía mayor.

Pat Garrett y Billy el Niño es la primera película en la que participó Bob Dylan, un western contracultural dirigido por Sam Peckimpah en el que además de un papel secundario, el trovador aportaba una consistente banda sonora. Knockin' On Heaven's Door, después mil veces versionada, fue la pepita de oro de aquel trabajo.

Un Dylan en edad de jubilarse publicaba en 2006 Modern Times, un excelente álbum que se movía entre el jazz, el blues y la música country, y que fue el primero en alcanzar el número uno de las listas de ventas desde los 70. Inspirado por una vieja canción de Muddy Waters, en este caso se trata de un animado blues donde su autor demostraba que, a los 65, todavía le quedaba cuerda para rato.