En noviembre hay 10 estrenos de cine (y series) que no te debes perder
En el cine y las series, la ficción continúa con orígenes indeseables, amores mal ejecutados, ciencia ficción y asesinatos célebres. Cribamos la cartelera de esta semana. Los nueve euros de entrada merecerán, prometido, la pena.
Hay olores que son actos. El del protector solar es el de veranear. El de la celulosa beige, granulosa, el de los libros nuevos, la lectura a punto de estrenarse. El de las castañas asadas, un paseo en invierno. El de las palomitas contra el cartón es, universal e inapelablemente, el de hacer la cola del cine. La cola del cine, bajo carteles con refrescos como recién salidos del gimnasio, se hace hoy mientras manoseas la entrada y rezas para que la pareja que ha pedido nachos dos cabezas más allá haya tenido el prerremordimiento cívico de haber reservado sus asientos en la primera fila, donde nadie los huela, solo la tortícolis en gestación que habita en las proximidades de las pantallas. Antes la cola del cine se hacía como salvoconducto a las primeras salidas sin padres. Es la primera salida universal. La cola del cine era la cola a la libertad. Ahora es un refugio. Un botón de pausa, una sala del tiempo. Acelera el minutero de fuera y suspende el de dentro. Cribamos la cartelera para que no lo tengas que hacer tú. Seleccionamos los estrenos que merecen la pena (o sea, los nueve euros de entrada) esta semana.
En esta lista hay películas que no esperas recordar, pero, irreverentes, asaltarán tu memoria mientras te enjuagas la boca con colutorio de hierbabuena. O cuando estés ojeando destinos exprés para un fin de semana, como Madre. Otras, como Ghostland, lo harán cuando estés a punto de cerrar la puerta de tu cuarto al irte a dormir. O cuando tu abuela te llame por teléfono.
También ejercerán de licuador de la palabra que suena en mítines políticos y en charlas de coaches: empatía. Permite, en sus límites, comprender al otro. Sitúan, o sea, en su lugar con delicadeza. Por filtrarse cuando la guardia está baja, pueden inocular ideas, modificar el interior, prender debates, y, a menudo, marcar el exterior. Rebeca cambió el nombre con el que nos referimos a los jerséis abiertos, Katharine Hepburn, alteró, en Historias de Filadelfia, el valor de unos pantalones, y Ursula Andress, con 007, el respeto por los bikinis blancos.
Como Los días que vendrán las películas pueden ser solo historias. Reflejan realidades o las imaginan. Y eso es todo. Es importante entretenerse. Descongestiona el cerebro. Porque no somos máquinas. Por ahora.

Para serlo, primero hay que parecerlo. Sofía ya lo ha sido. Era rica. Lo único que ha cambiado la crisis de 1982 ha sido las cifras de su cuenta corriente. Ella sigue siendo una niña bien. Va a demostrarlo.

Joaquin Phoenix sigue necesitando que alguien le hable al oído. Scarlett Johansson ya no es suficiente. Cuando trabaja, nadie nota que está ahí. Disfrazado de payaso, se hace invisible. Lo apalean, se burlan de él. Como Arthur Fleck, el Joker, el actor se quita 23 kilos para hacerse grande. Terrorífico. Impecable. Su Joker, un payaso marginado por sus trastornos mentales, arranca simpatía y aprensión.

La última vez que Elena oyó la voz de su hijo de seis años, supo que se había perdido. No encontraba a su padre. Estaba en algún lugar de la costa francesa. Diez años más tarde, ella trabaja donde él desapareció. Y acaba de conocer a un adolescente que le recuerda a él. En Madre, Rodrigo Sorogoyen convierte su (celebrado) corto homólogo en película.

Helga compra un billete de tren y acaba instalada en la más siniestra pesadilla social imaginable: su compañero de asiento quiere hablar. Pero Ángel tiene una historia que va a dilatar el ritmo del viaje. La novela de Antonio Orejudo se hace largometraje con Luis Tosar, Macarena García, Belén Cuesta y Antonio de la Torre.

El góspel se encumbró con ella. El documental que Sydney Pollack grabara en 1972 resucita, en la gran pantalla, la creación de Amazing Grace, el disco de Aretha Franklin.

En un fin de semana en Manhattan, la relación de Gatsby (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) se zarandea. Ella va a entrevistar a un director de cine que es "lo mejor que ha pasado desde la píldora del día después". Él se topa con Chan (Selena Gómez), que se encargará de terminar de sacudir sus sentimientos.

Alejandro Andrade se estrena en el cine con el regreso de Carmen Maura. En su ópera prima, Andy camina hacia la adolescencia dándose cabezazos contra los problemas de su abuela.

Tía Clarissa ha muerto y ha dejado un regalito: una casa de maderas crujientes que en el pueblo alza cejas. Pauline, pese a todo, se va allí a vivir con sus dos hijas adolescentes. Una banda de asesinos no dejarán que duerman en paz. Ni ahora ni en 16 años.

A Javed los skinheads le escupen por la calle. El Luton de los años 90 no es agradable para un adolescente de origen paquistaní. Solo Bruce Springsteen puede darle aire.

Sophie y Jessica solían tocar juntas el piano. Hasta que unos extraños entraron en casa y asesinaron frente a ellas a sus padres. Jessica juró prometer a la pequeña, pero un accidente desbarajusta el plan. Su espíritu tampoco quiere descansar.

Connor tiene un anillo que es un avión. Con él, le ha dicho su terapeuta, viajará donde quiera si nunca repite destino. Lo necesita. Tras regresar de España, ha descubierto que su madre está muerta y su novia le es infiel con su hermano.