
Felipe VI y sus mensajes de Navidad: ¿qué significado guardan las fotografías?
El discurso del Rey ya es una tradición navideña. Analizamos su presencia, la relevancia y el mensaje oculto que poseen algunas de las instantáneas seleccionadas
Si algo hemos aprendido a lo largo de estos años es que, en temas royals, nada es simple casualidad. Ni siquiera cuando las royals aparecen vestidas con el mismo estilismo. Todo está medido al detalle y, como no podía ser de otra manera, los discursos navideños de nuestra Majestad el rey Felipe VI también lo están. Cada palabra que lee ha sido seleccionada por algo, al igual que la maleta de vestidos que Letizia lleva en cada viaje guardan un sentido. Todo tiene un por qué, y lo más importante, todo debe seguir un delicado y estricto protocolo. Nada es al azar.
Este monólogo que irrumpe en nuestros hogares a las 21:00 del 24 de diciembre comenzó oficialmente en 1975 con Juan Carlos I. El actual emérito cambió la fecha del tradicional discurso de fin de año que Francisco Franco instauró en 1937 y que algunas comunidades autónomas siguen realizando para felicitar, eso sí, las propias fechas. El rey Felipe VI, que subió al trono en junio de 2014, prosigue la tradición de su padre desde las navidades de ese mismo año. De esta forma desde el despacho del Palacio de la Zarzuela –que ya os enseñamos cuando analizamos la vivienda de la Familia Real– graba su mensaje navideño.
Por regla general, el discurso gira entorno a un repaso de los acontecimientos vividos y a dar un mensaje de unidad frente a las adversidades. Al igual que sucedía con el emérito, las fotografías guardan una gran importancia durante el transcurso del discurso del monarca español. Recogen momentos únicos e irrepetibles que marcan la historia de España o momentos que se destacan por algo en especial. Es inevitable contemplar estas instantáneas que acompañan las palabras del monarca. No somos las únicas. La importancia que se concede a las fotografías que vemos posee una gran repercusión mediática en los días posteriores al discurso. A fin de cuentas, este análisis tiene cierta lógica pues entre la amplía variedad de instantáneas que se podrían poner, se seleccionan una o dos. Estamos seguras de que este 2019, la imagen de la princesa Leonor ganará importancia porque, por primera vez, ha presentado los Premios Princesa de Asturias. Inicia su papel y su función en la monarquía española con toda la repercusión detrás.

La expectación invadía los segundos y minutos que se cernían previos a las 21:00h. Apenas seis meses después de la proclamación del monarca, Felipe daba su primer mensaje de Navidad como rey. Un discurso que se transformaba adaptándose a la nueva generación.

Aparte de los tradicionales adornos de Navidad, las fotos jugaron un papel importante. Las tres. Mensajes ocultos o momentos que recordar haciendo un leve repaso de año. Tal vez, la más significativa fue la fotografía con sus padres el día de la abdicación, apartada del resto. Simbolizando una nueva época, un pasado.

Las otras dos fotos giran entorno a la nueva época de la realeza. Los reyes y sus hijas. Están separadas de la abdicación de Juan Carlos I, se deja patente que es una renovación de la monarquía.

En 2015 el discurso tuvo lugar en un nuevo escenario. La Familia Real estaba implicada en tramas corruptas. La infanta Cristina desaparecía sin previo aviso y desaparecían sus distintos privilegios. En esta ocasión, el mensaje que se pretendía dar era de unidad. El rey Felipe VI asumía el papel de representante. No hubo fotos, no hubo adornos navideños. Tan sólo su presencia.

El monarca Felipe VI optó por volver al Palacio de la Zarzuela. Migró hacia su despacho. Las fotos ganaban protagonismo. Todas. Detrás de él.

En las fotos que vemos en su discurso destaca, sin ningún atisbo de duda, una del día de la coronación. En el balcón, tres generaciones de Familia Real. Los eméritos, los Reyes de España y la princesa e infanta. Retorna la idea de unidad y fuerza de la monarquía.

Otro de los momentos que destaca en este discurso es la incursión de fotografías de su niñez. Detrás de él, en color sepia podemos distinguirle junto a su padre. De pequeño, seguramente durante sus primeros Premios Príncipe de Asturias, le podemos ver.

Una de las fotografías que acompañó las palabras de Felipe VI fue la propia felicitación navideña que mandaron ese año. Una imagen enternecedora, familiar e ideal para despedirse del año con un mensaje de unidad.

Volvió al Palacio de la Zarzuela. Se instaló definitivamente en esa sala. Sin embargo, en esta ocasión algo cambió. La rigurosidad y el protocolo se transformó en una estampa familiar, coloquial. Las palabras del monarca perdían peso y no lo fue, por la aparición de imágenes espectaculares. El making off tuvo la culpa.

En contadas ocasiones se ha mostrado la grabación del discurso y ese año fue una de ellas. Se podía ver a Felipe VI interactuar con sus propias hijas, momentos previos de la grabación. Incluso se podía ver a la reina Letizia, a la princesa y a la infanta ver el propio discurso de Felipe. Eso sí, en el documental posterior.

El discurso del 2018 fue sobrio, clásico. Se dió su rigurosa importancia a las palabras, se buscó que el mensaje llegará. Que no hubiera distracciones. Tan sólo una fotografía destacó ante sus palabras.

La fotografía a destacar está protagonizada por el Rey y la princesa Leonor. En concreto, se trata de la lectura de la constitución por su 40 aniversario. De nuevo, la imagen seleccionada se centra en el futuro, en la futura reina de España.

Unidad. Fuerza. Paciencia. Son los tres conceptos que se pueden extraer del discurso del monarca Felipe VI. Un año más, el Rey optó por hacerlo en el Palacio de la Zarzuela. Este año ha llegado a los hogares una estampa navideña. Árbol decorado y pequeños adornos navideños inundaban la pantalla.

En esta estampa navideña solamente destaca una foto. A pesar de que parecía que la princesa Leonor iba a convertirse, de cierta manera, en protagonista del evento. La realidad ha sido lo opuesto.
La foto que ha elegido Felipe VI para descansar detrás de él data del 19 de junio. Concretamente, cuando la Familia Real fue condecorada con la Orden del Mérito Civil.