
Coches del espacio, el futuro ha llegado
Varias marcas se atreven a desarrollar coches y vehículos para el espacio. Toyota busca el plano funcional, mientras Lexus, por ejemplo, experimenta con sus diseños.
La conquista espacial siempre ha estado entre los objetivos de la especie humana. Quizá sea algo presuntuoso pensar que seremos capaces a medio plazo no ya de salir y alcanzar otros planetas, algo ya posible, sino establecer colonias en ellas. Es, realmente, algo tan ambicioso como necesario a medio plazo si la especie humana no es capaz de virar hacia modelos más sostenibles de vida que permitan a la Tierra recuperarse de siglos de excesos y poder convivir con la naturaleza. Por suerte, por si no somos capaces de cuidar nuestro planeta, genios como Elon Musk ya tienen en marcha planes para visitar Marte a corto plazo y, en el futuro, quizá establecer personas allí. Esta ambición por dominar el universo fue el detonante de la carrera espacial librada entre Estados Unidos y Rusia durante la Guerra Fría y es el motivo de que se inviertan millones en su investigación, si dejamos de lado que conocerlo nos permite protegernos de los peligros del cielo.
Es por eso también que algunas marcas de coches sueñan con poner un vehículo con su enseña en la superficie, de momento, Lunar. Desde que el primer Rover, el Lunar Roving Vehicle, aterrizara en el satélite hace ya 50 años, firmas como Toyota o Lexus ambicionan que uno de sus coches, adaptados para ello claro está, sean capaces de recorrer su escarpado terreno. Estas ambiciones les han otorgado la oportunidad de experimentar con diseños, algo que le encanta a Lexus, como con tecnologías, en el caso de Toyota, que ya se ha comprometido a lanzarse a la carrera espacial junto a la Agencia de Exploración Espacial de Japón (JAXA) durante está década. No obstante, la misión es complicada y cara y no todos están capacitados para llevarla a cabo.
No obstante, convertirse en la primera marca que pone un coche en el espacio sería algo de lo más prestigioso, algo que la convertiría en una firma que no solo supera fronteras, sino que mira más allá del planeta. ¿Pasaría de ser una compañía multinacional a multiplanetaria? El tiempo dirá si es posible, pero los esfuerzos existen. De momento parece que Toyota lleva ventaja pero no descuidemos a Elon Musk y sus ideas e inventos, que no por incluso locos dejan de motivarle. El sudafricano es capaz de todo. Estos son los detalles de cinco coches pensados, o casi, para el espacio.

Lexus no puede evitarlo. A la marca, del Grupo Toyota, le encanta experimentar con el diseño. Es de esas firmas que disfruta diseñando coches, desarrollando prototipos y sorprendiendo al mundo con ellos. El Zero Gravity es una especie de motocicleta lunar diseñada con rasgos de sus coches, y una gran dosis de futurismo, capaz de circular a 500 km/h gracias a que no toca el suelo, sino que circula mediante levitación magnética.

¿Motos? Lexus es una marca de coches y si se atrevió con una moto, debía hacerlo también con un coche. El Moon Racer es el más gamberro de los que se presentó en un concurso de la revista Document Journal. Está diseñado para circular muy rápido, al tiempo que es capaz de escalar y esquivar saltando los complicados obstáculos que la Luna guarda para él.

El Lunar Cruiser tiene más opciones de llegar al espacio que los dos anteriores, que no pasan de ser ejercicios de diseño. Con este coche, que la marca tendrá preparado en 2025, la firma quiere asaltar la luna. Propone una propulsión a partir de hidrógeno, con la misma tecnología de su berlina Mirai y podría sentar las bases de los posibles coches lunares del futuro.

El mudialmente conocido Rover, hijo de la Guerra Fría, el primer “coche” que pisó y circuló sobre la Luna. Un chasis con baterías y cuatro ruedas capaz de alcanzar unos magníficos 14 km/h y de rodar durante 78 horas soportando temperaturas de hasta -150 grados, algo que no consideraríamos estival. Pesaba 180 kilos, tenía tracción a las cuatro ruedas y alcanzó nuestro satélite en 1971. El referente.

Lo que os decíamos. Elon Musk, fundador de Tesla y Space X, no ha creado ningún coche adaptado al espacio, pero sin embargo es el único que ha mandado uno a surcar su vacío. Se trata de su coche personal, que metió en un cohete de SpaceX con un maniquí, que admitimos que lo conduce con estilo, para probar el lanzamiento del mismo. Ahí va, recorriendo kilómetros que otros solo pueden imaginar.