
10 destinos europeos en los que te encontrarás con pocos turistas
¿Estás cansado de las masificaciones de sitios turísticos? ¡Esto te interesa!
Seguro que más de una vez te ha pasado: has hecho un viaje especial a una ciudad famosa, pero no lo has disfrutado tanto como pensabas que lo harías, debido en parte a la gran cantidad de turistas y a la masificación del lugar, que te ha impedido verlo con calma. ¿Te suena? Barcelona, por ejemplo, abre un promedio de unos 12 hoteles por año, Venecia ha anunciado recientemente la imposición de una tarifa de entrada para los turistas y el precio de los alojamiento en Lisboa nunca ha sido tan alto como ahora. Estos datos nos pueden dar una idea de cómo afecta a muchas ciudades de Europa este incremento del número de turistas cada año.
Ante esta situación tan delicada, ha surgido un movimiento que quizás te interese: hablamos del denominado subturismo, una opción que se caracteriza por viajar a destinos que se encuentran fuera de las principales rutas turísticas y que tiene como objetivo reducir los efectos del turismo de masas en las grandes ciudades, potenciando la visita a pueblos o zonas de interior. Así, destinos más locales y a priori menos conocidos se presentan como una alternativa más tranquila en los que, además, se suelen ofrecer experiencias de viaje únicas y personalizadas. Así mismo, cuando se viaja a estos destinos menos populares se suelen consumir productos locales, lo que ayuda a preservar las tradiciones, desarrolla la economía local y mantiene la autenticidad de estos destinos. ¡Todo son ventajas!
La Organización Mundial del Turismo ha considerado el subturismo como la primera medida que se debe tomar para mitigar el fenómeno del turismo masivo, una opción que nos parece de lo más interesante. ¿Quieres escaparte a un lugar europeo en el que no haya demasiados turistas y puedas disfrutar a tu aire? Indie Campers ha recogido los 10 destinos europeos alternativos a las rutas de viaje más comunes para los españoles que ahora queremos compartir contigo. Ragusa, en Italia; Rastoke, en Croacia; Gante en Bélgica, Zahara de la Sierra, en nuestro propio país… ¡No te pierdas estos rincones europeos! Estos son los destinos europeos en los que te encontrarás con pocos turistas:

Reconstruido después del terremoto de 1693, Ragusa se divide en Ibla y Ragusa Superior, dos centros urbanos conectados por una densa red de escaleras y puentes. Una visita obligada es la Catedral de San Giorgio, símbolo de la ciudad. En los alrededores también se pueden encontrar joyas como Modica, Scicli o Ispica.

Como alternativa a los famosos lagos de Plitvice, el pueblo de Rastoke combina la tradición, la naturaleza y es el escenario de un fenómeno evocador: el río Slunjcica que, cuando se une con el río Korana, crea cascadas inmersas en un paisaje de cuento de hadas. Una visita nocturna obligada es Rijeka, Capital Europea de la Cultura 2020.

En lugar de Ámsterdam, podemos optar visitar Delft. Hogar de Guillermo III de Inglaterra (antes de su reinado), esta pequeña pero encantadora ciudad es conocida por su cerámica, cervezas artesanales y numerosos canales. Es imprescindible visitar Prisenhof, un museo histórico que muestra la edad de oro holandesa y el Nieuwe Kerk, donde se celebran la glamurosas coronaciones de la familia real holandesa.

Este encantador pueblo de casas blancas, situado muy cerca de Sevilla, aún no se ha visto afectado por el auge del turismo en el resto de Andalucía y es el lugar perfecto para un fin de semana relajante, acompañado de buena comida y mejores paseos.

Lo más recomendable es visitarlo en verano ya que así podremos disfrutar de unos días fríos en el calor del verano suizo. Este pequeño pueblo está escondido en uno de los valles alpinos más impresionantes, rodeado de gigantescos muros de roca y altas cumbres. Su peculiaridad son las cascadas que lo rodean, unas 72, que ofrecen un espectáculo natural para perder el aliento.

En el noroeste de Bélgica encontramos Gante, una ciudad joven, universitaria y cultural que es una excelente alternativa a la bulliciosa Bruselas. Para los amantes del arte, una visita obligada es la Catedral de San Bavo, donde se puede ver el Retablo de Gante, un grandioso retablo formado por 12 paneles, pintado por Jan van Eyck.

Perdido entre los maravillosos campos de lavanda de la región francesa de Provenza, Moustiers-Sainte-Marie es uno de los pueblos más bellos y pequeños de la región. Su posición privilegiada en el corazón del Parque Natural de Verdon, a 630 metros sobre el nivel del mar y en la costa norte del lago Sainte-Croix, ofrece a sus visitantes una de las vistas más espectaculares de la región.

Smögen es un tranquilo pueblo de pescadores en el lado oeste de Suecia. El puerto está salpicado de viejas cabañas, transformadas en tiendas de todo tipo y para todos los presupuestos. Si viajas después del verano podrás aprovechar para comer langosta ya que la temporada de pesca comienza en septiembre.

Conocido principalmente por sus acantilados blancos que crean una defensa simbólica contra los invasores al otro lado del Canal, Dover es también el lugar donde el artista Banksy se expresó sobre el Brexit con un mural que representa la eliminación de una estrella de la bandera de la UE. Antes de regresar a casa, visita el Castillo de Dover, el más grande de Inglaterra y base de los comandos secretos aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

Situado entre Múnich y Frankfurt, Heidelberg es conocido por su estilo barroco y poseer la universidad más antigua y famosa de Alemania. La espléndida estructura del río y el castillo de Heidelberg en la cima de la montaña nos llevará a seguir los pasos de los románticos en Philosophenweg, el camino que inspiró a personajes como el poeta Goethe y el pintor William Turner.