
Adiós por todo lo alto
Despedida oficial de Harry y Meghan de sus obligaciones reales
Acudieron al Servicio de la Commonwealth junto al resto de los miembros de la Familia Real británica
El tradicional servicio religioso conmemorativo al Día de la Commonwealth celebrado en la Abadía de Westminster este año ha tenido dos claros protagonistas, los duques de Sussex. Se trata de su último acto oficial como miembros de la Familia Real británica y por ello todas las miradas se fijaban en el príncipe Harry y Meghan. El gesto de ambos era bien distinto y mientras que la exactriz sonreía y saludaba a la gente que se amontonaba a la entrada, el nieto de la reina Isabel II llegaba un poco cabizbajo y pensativo. Para él se trata de un momento muy agridulce, pues supone el fin de una etapa persona y el comienzo de otra nueva, lejos del que ha sido siempre su hogar y su familia.
Para la ocasión, Meghan eligió un original vestido verde de la diseñadora de Nueva Zelanda Emilia Wickstead, que curiosamente es una de las favoritas de la duquesa de Cambridge. Es un diseño midi con falda lápiz y ajustado a la cintura, que marca su esbelta silueta. El toque especial lo ponía la capa asimétrica y el cuello Perkins, que le da el toque de glamur y elegancia. El pelo lo llevaba recogido con un moño messy sobre el que llevaba un tocado a juego con el vestido.
Mientras que la esposa del príncipe Enrique se decantó por el verde, la duquesa de Cambridge lo hizo por el rojo. También estaba de lo más elegante en esta jornada, que suponía su última aparición pública con sus cuñados en un acto oficial. No hubo encuentro a la entrada de la Abadía y después tampoco se les vio conversar, pues mientras el primogénito de Diana de Gales permanecía en la primera fila, su hermano lo hacía en la de atrás junto a los condes de Wessex.
La reina Isabel fue recibida por la máxima autoridad religiosa de la Abadía de Westminster, el reverendo David Hoyle. El príncipe Carlos y su esposa, Camila, la acompañaron en el camino hacia el altar, no así sus nietos, quienes por primera vez han ocupado un segundo plano en esta jornada tan importante para la Soberana. Se espera que los duques de Sussex regresen a Canadá la próxima semana y el 1 abril será el primero de sus días como Meghan y Enrique, apartados ya de la Familia Real británica. Eso sí, el Príncipe seguirá ocupando el sexto lugar en la línea de sucesión al trono, a pesar de su renuncia como miembro de la realeza.

La todavía duquesa de Sussex eligió para la ocasión un vestido verde esperanza, con el que estaba radiante. Muy sonriente llegaba a la Abadía de Westminster, pues está deseando acabar su etapa como miembro de la Familia Real británica y empezar una nueva vida junto al príncipe Harry y su hijo, Archie, en Canadá.

La esposa del príncipe Harry lució un diseño de Emilia Wickstead, que curiosamente se trata de una de las firmas favoritas de su cuñada, Kate Middleton. Es un vestido midi con capa asimétrica y cuelo Perkins.

El príncipe Enrique y su esposa, Meghan, mostraron una gran complicidad en el que es su último acto como miembros de la Familia Real. La duquesa le sacó una sonrisa a su marido, que se encontraba un poco pensativo y triste por el adiós.

Se sentaron juntos en la Abadía los duques de Sussex y los condes de Wessex, a los que se les vio charlar de forma animada, mientras esperaban la llegada de la Reina y el inicio del servicio religioso.

Kate Middleton vestía de rojo pasión en este último duelo con su cuñada, Meghan Markle, quien dejará de pertenecer a la Familia Real. No hubo encuentro entre ellas a la entrada de la Abadía, pues según fueron llegando se les condujo a sus asientos.

La duquesa de Cambridge, antes de entrar en el templo, se detuvo para saludar a unos niños que se encontraban en la puerta y con los que mostró su imagen más cariñosa.

La Reina, que acudió sin su marido, el duque de Edimburgo, apartado de la vida pública fue recibida a su llegada por el reverendo David Hoyle, con el que hizo el paseíllo por la Abadía de Westminster.

El heredero a la Corona británica llegaba junto a su esposa, Camila, y acompañó a su madre en su camino hacia el interior del templo. Este año no han estado junto a él sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry, ni sus esposas.

La esposa del príncipe Eduardo de Inglaterra acudió a este acto celebrado con motivo del Día de la Commonwealth y lo hizo de una manera muy discreta, manteniéndose en un segundo plano.

El Primer Ministro, Boris Johnson, acudió junto a su pareja, Carrie Symonds, con la que tiene planes de boda y con la que está esperando un hijo.

La ex componente de las Spice Girl, Geri Halliwell, acudió a la ceremonia religiosa junto a su hija, Bluebell, de la que se mostró muy orgullosa.

El miedo a un posible contagio de coronavirus ha hecho que algunas de las personas que se han acercado a ver a los miembros de la Familia Real británica hayan recurrido a las mascarillas para protegerse.

Son muchas las diferencias que las separan, pero también muchas las cosas que les unen como el cariño hacia los más pequeños. Así, la duquesa de Cambridge y la de Sussex se pararon unos minutos con un grupo de niños que se encontraban en la puerta de la Abadía.