
En el primer aniversario del voluntariado
Iñaki Urdangarín saborea el tercer grado y hace planes de futuro
Su familia nada tiene que ver a la que dejó al entrar en la cárcel de Brieva, en Ávila
El 19 de junio de 2018 ingresaba en la cárcel de mujeres de Brieva Iñaki Urdangarín para cumplir condena de cinco años y diez meses por el Caso Nóos. Estaba solo en la celda, sin contacto con ningún otro preso, y esto le causó secuelas psicológicas al marido de la infanta Cristina. Su abogado solicitó que se le concediese permiso para realizar un voluntariado, acogiéndose al artículo 117 del régimen Penitenciario sobre `medidas regimentales para la ejecución de programas especializados para penados clasificados en segundo grado´. El juez de Vigilancia Penitenciaria, tras estudiar el caso, autorizó al cuñado de Felipe VI para salir de prisión dos veces por semana y un máximo de ocho horas al día. Fue el 19 de septiembre, quince meses después de su ingreso en prisión, cuando por primera vez salía de la cárcel y lo hacía para dirigirse al hogar religioso Don Orione de Pozuelo, en Madrid, para realizar el voluntariado. Esto nos permitía ver por primera vez cuál era el estado en el que se encontraba el yerno de los Reyes eméritos, mientras cumplía condena.
Hoy se cumple el primer aniversario de aquel día, que todavía tenemos en la retina, pues se le vio con un aspecto mucho más delgado del que nos tenía acostumbrados en sus últimas apariciones durante el juicio que se celebró en Mallorca y del que la infanta Cristina salió absuelta. Ahora su objetivo se centra en obtener el tercer grado y conseguir la semilibertad. Sin embargo, cuando pise la calle verá que nada es ya como lo dejó. Sus hijos mayores han dejado de vivir en Suiza y llevan vidas independientes. Dos de ellos se encuentran de vuelta en España. Juan se ha instalado en Madrid y trabaja en la Fundación Entreculturas; Pablo sigue los pasos de su padre en el mundo deportivo en Barcelona, mientras que Miguel, de 18 años, ha fijado su residencia en Londres para estudiar Ciencias del Mar y perfeccionar sus conocimientos en piano. Hacemos repaso a estos doce meses en los que Urdangarín ha tenido una vía de escape y ha podido ayudar en un centro en el área de psicomotricidad.

Esta imagen pertenece al 19 de septiembre de 2019 cuando entraba por primera vez en el Hogar Don Orione para realizar voluntariado. Hacía 15 meses que había ingresado en prisión.

El voluntariado ha supuesto una vía de escape a la soledad en la que se encontraba sumido Iñaki en la prisión femenina de Brieva, en Ávila.

Urdangarín espera con impaciencia recibir el tercer grado y poder pasar más tiempo cerca de su familia. Sin embargo, nada es ya como antes. Sus tres hijos mayores se han independizado y solo la pequeña Irene sigue residiendo con su madre en suiza.

Iñaki Urdangarín mantenía muy buena relación con Felipe VI, pero tras el escándalo se le retiró el título de Duque y fue desterrado de la familia.

La infanta Cristina el día de su boda dijo que estaría con su marido hasta el día de su muerte y así es, pues no le ha abandonado en todo el duro proceso que le llevó a prisión.

El juicio resultó muy mediático y sentó también en el banquillo a la infanta Cristina, que salió absuelta. Se produjo un antes y un después del escándalo por el caso Nóos.

Además del voluntariado, Iñaki también ha tenido la oportunidad de viajar a Vitoria para reunirse con su familia. Sin embargo, la pandemia le obligó a permanecer en prisión sin permiso y sin voluntariado, durante los meses del confinamiento.

Durante años fueron el matrimonio ejemplar y muy queridos en España y fuera de ella. Tanto es así que fueron recibidos por el Pontífice Juan Pablo II. Ya apenas queda nada de aquella imagen que proyectaban.

Además de Iñaki Urdangarín, el rey Juan Carlos ha sido retirado de la imagen que quiere proyectar la Casa Real. Siempre han defendido que la justicia sea igual para todos.

Si bien la Familia Real le ha vuelto la espalda, todavía cuenta con muchos amigos que le apoyan y le saludan cariñosamente cada vez que le ven.