Letizia: Mírame y no me toques, Brigitte macron

La Reina Letizia ha mantenido perfectamente el protocolo anticontagio del coronavirus evitando besos y apretones de manos, pese a que a la primera dama francesa, Brigitte Macron, se le ha escapado algún gesto afectado, que casi rompe la barrera de proyección de la Reina. La esposa de Felipe VI se ha mantenido rígida, con las manos pegadas a los costados, evitando así que en cualquier movimiento hubiese un contacto personal. A diferencia de otras ocasiones, los Monarcas se han parado a unos metros de sus anfitriones en el Palacio del Elíseo y les han saludado a distancia, de una manera cordial, pero nada afectiva, por la preocupación a un posible contagio.

Se han visto gestos un poco forzados en esta jornada inusual, en la que el matrimonio Macrón invitó a almorzar en su residencia oficial a los Reyes de España, antes de asistir juntos a un acto organizado por la Comisión Europea   en memoria de las víctimas del terrorismo. Leticia es mucho de tocar, pero hoy ha hecho un esfuerzo por ser prudente y respetar el citado protocolo.

El día anterior, los Reyes  tuvieron que cancelar su asistencia al concierto homenaje a las víctimas del 11-M y del 7-J, que iba a  celebrarse en el Auditorio Nacional de Música y al que acuden cada año. La agenda institucional ha quedado muy reducida, pues también han suspendido el acto programado para el jueves. Sin embargo, no han querido faltar a esta cita en la capital francesa y es que el coronavirus no parece tan peligroso fuera de nuestras fronteras. Además, se da el caso que era al aire libre y no había ningún tiempo de aglomeraciones, condiciones que no se cumplían en el Auditorio Nacional donde se iba a celebrar el concierto.

Felipe VI y doña Letizia no han sido nada alarmistas y han llevado a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, hasta el último día de clase, aún habiendo sido diagnosticado un caso positivo en el colegio en donde las menores estudian. Ellos han querido dar ejemplo a todo el país y así lo han demostrado en primera persona, pues el miedo no conduce a nada.