
D.E.P.
Ana Obregón y Alessandro Lequio se despiden para siempre de su hijo Álex
Álex Lequio ha sido enterrado este sábado en el cementerio de La Paz rodeado de sus familiares más cercanos
Ana Obregón y Alessandro Lequio han dado el último adiós a su hijo este sábado 16 de mayo a media mañana. El entierro de Álex Lequio se ha llevado a cabo en el cementerio de La Paz, en Alcobendas, muy cerca de la casa de la bióloga, donde el joven ha crecido. La expareja ha llegado el camposanto en el mismo coche, vestían de riguroso luto y se protegían con mascarillas. Antes de entrar al tanatorio se han vivido momentos verdaderamente tristes. Ana no podía evitar romper a llorar, recostada sobre el hombro del que fuera su pareja, que permanecía inmóvil y con el semblante impávido, como si todavía estuviera en shock. El italiano ha lucido un inmaculado traje negro, dejando atrás el estilismo homenaje a su primogénito que ha lucido estos días, compuesto por una de sus camisetas favoritas, chaqueta americana y gorra con la visera hacia atrás.
El sepelio de Álex Lequio se ha llevado a cabo en la más estricta intimidad. Tampoco había otra opción ya que el Estado de alarma decretado prohíbe la reunión y/o aglomeración de varias personas en un mismo sitio. Sin embargo, de haberse celebrado dentro de dos días sí que habría sido posible ya que esta semana el Gobierno ha aliviado el confinamiento permitiendo velatorios. En cualquier caso, han estado los imprescindibles: Ana Obregón y Alessandro Lequio como padres, las hermanas de la bióloga, Celia (prima de Álex), Carolina Monje (novia) y Nacho Fernández-Ansorena, socio de Álex en su empresa Polar Marketing.
Ana y Alessandro llegaron este pasado viernes 15 a Madrid, mediada la tarde. Ambos lo hacían desde Barcelona y acompañados por las hermanas de la artista. A su llegada a la exclusiva urbanización del norte de Madrid donde vive, Ana Obregón tenía un bonito gesto con los medios de comunicación que allí la esperaban: bajar la ventanilla del coche y esbozar una ligera sonrisa como muestra de agradecimiento por el trato recibido. Su relación con la prensa siempre ha sido muy cordial. Hoy le ha tocado despedirse para siempre del gran amor de su vida mucho antes de lo que hubiera esperado. Descansa en paz, Álex.










