
El dinero no lo es todo
Athina Onassis: Así es la multimillonaria heredera más misteriosa y silenciosa del planeta
Con 36 años recién estrenados, su vida ha estado marcada por el dolor, las infidelidades y la discreción
Parece que en el caso de Athina Onassis la consabida frase de ‘el dinero no lo es todo’ le viene como anillo al dedo. Desde niña hasta hoy, el dolor y la tristeza la han rodeado como una sombra ineludible, perdió a su madre en trágicas circunstancias, no consiguió que el país de los orígenes de su multimillonaria familia, Grecia, la aceptara como ciudadana y también ha tenido que soportar las infidelidades de un marido que decía quererla y en realidad la estaba engañando. Ahora y prácticamente desde siempre, Athina, que ha cumplido 46 años este 29 de enero, se ha resguardado de los embates del destino guardando un silencio sepulcral en relación a los medios o la opinión pública. No desea ser blanco del foco mediático, bastante tiene con rellenar portadas simplemente por ser hija y nieta de de quien es.
Hay solo una cosa que le hace salir a Athina Onassis de su ostracismo: los caballos, su adorada afición hace que se acerque a los circuitos hípicos para competir en diferentes concursos de salto de obstáculos, siendo una excelente amazona.
Su madre, Cristina Onassis, murió muy joven, con 37 años, cuando ella tenia apenas 3 años, la encontraron muerta en el Tortugas Country Club de Buenos Aires en noviembre de 1988, se confirmó un suicidio. Desde aquello, los problemas y el sufrimiento han perseguido a Athina Onassis, su progenitora no pudo con la presión de ser hija de uno de los hombres más ricos del mundo, el armador griego Aristóteles Onassis, cuya herencia pasaba a manos de la joven al cumplir 21 años, bueno, exactamente la mitad, porque otra parte la destino su abuelo a una fundación con el nombre de Alexander Onassis, el otro hijo del naviero que fallecido en accidente aéreo.
El nombre de nacimiento de la adinerada heredera es Athina Roussel Onassis, ya que su padre es el francés Thierry Roussel, el cuarto marido de Cristina Onassis. Con él pasó la infancia, la adolescencia y sus primeros años de juventud, pero, por discrepancias supuestamente monetarias, llegaron a distanciarse casi por completo.
Junto a su padre viajaba por todo el mundo, en bastantes ocasiones a nuestro país para subirse a lomos de un caballo en la Dehesa Montenmedio, en Cádiz, o en Madrid, para participar en torneos hípicos, igualmente, años después y ya sin la compañía paterna, se ha contado con su presencia en la competiciones Hípicas del Complejo Casas Novas, en Arteixo, A Coruña, donde podía y puede, pues aún ha acudido en algunas ocasiones antes de la pandemia, ser ella misma con su amiga, la también rica heredera Marta Ortega, una de las pocas personas que cuenta con su confianza. También a Marbella, donde tenía la legataria Onassis una fabulosa mansión, se acercaron en varias ocasiones padre e hija hasta que fue vendida.
Otro gran palo sufrido por Athina Onassis, que cambió el orden de sus apellidos al recibir su fortuna, han sido las infidelidades del que fue su marido, Álvaro Alfonso de Miranda Neto, un destacado jinete brasileño que la enamoró perdidamente y que hoy ha rehecho su vida junto a la periodista Denize Severo, también nacida en Brasil. La lucha de su divorcio se centro en la posesión de un caballo, Cornetto K, el preferido de Athina al que montaba Doda, como todos llaman al caballista, y que hoy está en las cuadras de la joven en Holanda, donde pasa gran parte de su tiempo rodeada de equinos y en silencio, buscando un anonimato difícil de lograr.

Nadie, salvo las personas más cercanas a las que ella permite conocer su personalidad, sabe como es realmente Athina Onassis, siempre ha querido ser discreta y no soltar palabra sobre su vida, sus actos o cualquier tema de su intimidad.

Cuando su madre murió Athina se fue a vivir con su padre, Thierry Roussel la acompañaba a los concursos hípicos en los que la nieta de Aristóteles Onasiss participaba, incluidos los de Cádiz, Madrid o A Coruña en nuestro país. Ahora mantiene un gran distanciamiento con su progenitor.

Desde niña aprendió a montar a caballo y esta afición pasó a ser una de las cosas más importantes de su vida, pasando gran parte del tiempo entrenando o recorriendo los circuitos hípicos de todo el mundo.

Se enamoró perdidamente del jinete Doda Miranda con quien llegó a casarse, por eso cuando se enteró de los múltiples engaños de este le dejó, pero el sufrimiento permaneció en su corazón mucho tiempo.

La hija de Cristina Onassis mantiene una excelente amistad con Carlota Casiraghi, otra gran amante de los caballos, juntas se las ha podido ver en diversos campeonatos hípicos de la modalidad de salto de obstáculos, disciplina que las dos practican.

Los entendidos dicen que Athina es una magnífica amazona, ella se esfuerza constantemente por mejorar su tecnica y su fuerza, por eso está casi instalada en Holanda, donde tiene su cuadra de caballos, incluido su preferido, Cornetto K.

Las dos ricas herederas son grandes amigas desde hace años, se conocieron en los torneos hípicos y entre ellas nació una estupenda relación, tanto que Athina fue una de las invitadas a las dos bodas de Marta Ortega y cuando se encuentran se las puede ver encantadas en animada conversación.