Descubrimos el rincón más mitómano de la casa de Alaska y Mario

Mario Vaquerizo y Alaska forman uno de los matrimonios más entrañables de nuestro país. Son muchas las cosas que conocemos de ellos pero, poco a poco, vamos conociendo muchas más y algunas resultan de lo más sorprendentes como es el pequeño museo que le tienen dedicado a la gran artista Lola Flores. En el día del 25 aniversario de su fallecimiento, el cantante de las Nancys Rubias quiso tener un recuerdo hacia `la Faraona´, la artista que forma parte de nuestra historia y que, pasen los años que pasen, siempre será recordada como una de las grandes de la copla en nuestro país. Mario nos dejó entrar en esta habitación de su casa, que la tiene repleta de muñecas, réplicas de la intérprete de temas como `A tu vera´ o `La zarzamora´. Cuadros, imágenes a tamaño real y discos son algunos de los objetos que forman parte de este pequeño santuario a Lola Flores.

Otro de los rincones de su casa, que también llama poderosamente la atención,  es uno en el que tiene imágenes de diferentes santos. Es como una capilla en la que puede rezar y hacer sus peticiones y oraciones sin salir de casa en tiempos como éste de confinamiento.  Mario, de 45 años, posó delante de estas imágenes religiosas y es que es mucho más abierto que su esposa, Alaska, de 56,  con la que lleva felizmente casado desde el 29 de noviembre de 1999. La boda se celebró en Las Vegas, Estados Unidos, y supuso toda una sorpresa, pues llevaban solo 6 meses de relación. Él era el representante de Alaska y entre ellos surgió un amor, del que siempre han hecho gala.  El 27 de mayo de 2011 se volvían a casar por lo civil en Madrid, dado que la ceremonia de Las Vegas no tiene ninguna validez en nuestro país. Mario y Alaska forman un tándem perfecto, pues sus formas de ver la vida son muy diferentes y se complementan.  Él es más impulsivo, mientras que la componente del grupo Fangoria es bastante más seria y racional, por lo que esta es una de las claves para que su matrimonio marche a las mil maravillas.