10 años del efecto Letizia: los detalles de la boda real

Un vestido de museo: en seda natural con hilos de plata, patrón puzzle, escote en pico y cuello corola... que no te engañe su aparente sencillez. Era toda una obra de arte.

Se trata de la diadema prusiana que también llevó la reina Sofía en su boda. Se trata de una joya histórica: una tiara que regaló el úlitmo emperador alemán -el káiser Guillermo II de Prusia- a su hija.

Espectacular: medía 4,50 metros a partir de la cadera. Por su parte, el ramo estaba formado por lirios, rosas, flor de azahar, flor de manzano y espigas de trigo.

El manto nupcial, de tres metros de largo, era de tul de seda natural y se había bordado siguiendo las técnicas históricas del siglo XIX.

Otros accesorios con historia: un abanico de fines del Siglo XIX, restaurado por Patrimonio Nacional. Era de la reina Isabel II, la "chata".

Eligieron diseños de Lorenzo Caprile inspirados en el Siglo XVIII español y en Goya.

Una de las invitadas más elegantes. Su elección de camisa y falda larga inspira, de hecho, una tendencia muy actual en vestidos de novia.
