Semana de la Alta Costura Otoño/Invierno 2022/2023: las claves de los desfiles
Del 4 al 7 de julio París vuelve a ser la capital internacional de la moda. Arranca una nueva edición de la Haute Couture Week y, desde Marie Claire, te contamos todos sus detalles, desfile a desfile.
Amantes de la moda estamos de enhorabuena, la Semana de la Alta Costura vuelve a nuestras vidas. Desde el mismo lunes 4 julio al próximo 7 de julio, la capital francesa, París, acogerá a las más notables casas de Alta Costura y del lujo. Una cita donde podremos presenciar las últimas propuestas de otoño/invierno de estas firmas exclusivas impregnadas de buen hacer, de diseños artesanales, de tradición, de legado, homenaje y muchos kilómetros de telas preciosas que recorrerán las más singulares ubicaciones del país galo. La Haute Couture Week renace este mes de julio para dar lo mejor de sí y cubrir, desfile a desfile, un otoño/invierno de 2023 cargado de moda. Una pasarela que, además, devuelve el valor que merece al show en vivo, con un calendario que firma el 100% de la presencialidad en los espectáculos y donde la magnificencia de los diseños de cada casa de costura entrará en juego junto al simbolismo de los enclaves históricos más singulares.
Eso sí, no sólo es noticia su reapertura, sino las mismas casas participantes. Desde el primer día, con la maison Schiaparelli como firma inaugural, pasando por un primer día donde Dior, Gimabatista Valli o Iris Van Herpen. Tampoco faltarán la parisina Chanel, que contará con dos pases en vivo la mañana del martes 5. Y, como plato fuerte, podremos vivir la segunda propuesta de Alta Costura del creativo Demna Gvasalia para la casa Balenciaga. Un sinfín de muestras de moda que recorrerán los enclaves y palacetes más conocidos de la ciudad francesa y que prometen ser un verdadero despliegue de buen gusto y saber hacer, dentro y fuera de la pasarela.
Ahora bien, ¿qué nos depararán estas nuevas colecciones? Un sinfín de tendencias y novedades. Ejemplos como el dramatismo arraigado de Schiaparelli, que este otoño vuelve a ensalzar la figura de su musaElsa Schiaparelli, o el'savoir faire'de Dior y sus diseños artesanales que conjugan tradición y vanguardia. Tampoco faltará el tul y la fantasía por orden de casas como Giambatista Valli y una expectación única que, seguro, no dejará atrás las coquetas blazers de tweed de la maison Chanel. Te contamos todos los detalles de estos cuatro días de Alta Costura, a continuación.
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Schiaparelli
No podría haber existido mayor inauguración. Schiaparelli fue el encargado de abrir esta nueva Semana de la Alta Costura y la realidad superó toda expectativa. En una ubicación privilegiada como es el Musée des Arts Décoratifs, Daniel Roseberry presentó una colección enigmática, dramática y altamente impactante. De nuevo el genio creativo de Schiaparelli rindió culto al origen y tradición de la maison con una propuesta donde aunaba lo mejor de todos sus genios del pasado. Así lo vimos con la reintroducción de algunas de las piezas más conocidas de líderes como Yves Saint Laurent, Jean Paul Gaultier, Azzedine Alaïa o Christian Lacroix, entre otros. Eso sí, todo ello junto a la majestuosidad digna de su musa única: Elsa Schiaparelli. De ella mantuvo aquel carácter rebelde que negaba el hecho de titular la moda como un oficio y no como un arte, de ahí su majestuosidad en siluetas y figuras. Todo se tradujo en un juego dramático, donde un vestido aparentemente sencillo se construía junto a una capota XXL o como una silueta de oro envolvía la figura femenina. Hablamos de una colección inspirada en la propia decadencia de los 80 's que, tiempo atrás sería recurso del mismo Lacroix. Vemos un campo floral llevado al extremo, con grandes y singulares figuras. Tampoco faltan los diseños de joyería altamente extravagantes, con collares y pendientes de gran tamaño, así como una impresionante sombrerería que adornó las cabezas de muchas de las modelos. Sin duda una colección donde moda y arte, una vez más, fueron uno. Como una colección que solo los grandes genios saben lograr.
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Iris Van Herpen
Si hay una diseñadora que ha sabido dar un paso al frente y romper con clásicos de presente y pasado esta ha sido Iris Van Herpen. La diseñadora de moda holandesa ha sido una de las pioneras en fusionar tradición y tecnología y aún en pleno 2022 sigue marcando una hoja de ropa de cómo debemos orientar la moda del futuro. Así, para su propuesta de Alta Costura del otoño/invierno 2023 Van Herpen mantuvo sus dosis de futurismo llevadas al extremo, como si de mujeres de otro planeta se tratase. Musas galácticas envueltas en figuras de 3D, repletas de plumas y transparencia y donde la confección artesanal se ven envuelta junto a un juego de impresión digital y donde la inspiración radica este mismo posthumanismo de un futuro próximo.
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Christian Dior
Como no podría ser de otra manera, Maria Grazia Chiuri volvió a rendir culto a la tradición artesanal de la moda. Así, ‘El árbol de la vida’, protagonista de la obra de la artista ucraniana Olesia Trofymenko, es el punto de partida para la colección de alta costura Dior Otoño-invierno 2022-2023 diseñada por Maria Grazia Chiuri. Este icono de diversas culturas y mitologías de lugares remotos cobra un nuevo matiz emocional que se expresa en bordados y detalles pintados. Una nueva propuesta que se compone de una serie de prendas que ilustran el folklore y la iconografía de diferentes culturas integradas en un diálogo abierto que viene a dialogar sobre este Árbol de la vida (un icono mitológico que vincula a todas las formas de la creación; sostiene el cielo y lo conecta a la tierra a través de sus ramas y raíces). Como resultado, una obra vinculada a esta naturaleza de árboles y raíces, una visión de la vida que se expresa en una libertad en varias prendas con profusión de bordados suntuosos en hilos de diferentes materiales como algodón y seda. Una serie de bordados que se entremezclan como fruto de una labor minuciosa, de calidad impecable y que se expresan en tejidos de algodón, crepé de lana, seda y cachemira. Mientras, los vestidos se presentan con detalles de patchwork con trenzados de bronce, encaje negro y guipur. Incluso, la silueta New Look se reinterpreta a través de los tejidos: la chaqueta Bar destaca por sus fruncidos verticales, mientras que la falda presenta un faldón formado por una estructura de cintas. Una colección con gran vínculo entre la historia y la mitología y el buen hacer de la moda artesanal. Vemos como los tejidos elaborados a mano exhiben preciosas texturas irregulares en prendas donde desaparece el dobladillo. Como señala la propia maison, es una colección donde “se trata de moldear tejidos y formas en el espacio de reflexión que es el atelier y reflejar la realidad social en la que vivimos, con la aspiración de recordarnos lo que significa ser humanos hoy en día. Son gestos que pasan de generación en generación, que se aprenden y se repiten, que se pueden ir perfeccionando. El árbol de la vida es una llamada, un aviso, de la importancia de que las tradiciones perduren, para poder recuperar un cierto equilibrio, aunque sea de manera temporal”.
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Giambattista Valli
Celebrando sus 10 años dentro de la Alta Costura, la firma homónima no dudó ni un instante en cuál sería su eje de acción: reivindicar su propio libro de estilo. Así lo vimos en una colección impregnada de altas dosis de romanticismo, donde preciosos tejidos de tul envolvían hasta su máxima las figuras de las damas antes la pasarela. Las siluetas, nuevamente, amplias, de gran volumen, junto a otros modelos ceñidos, jugando con la creatividad y el color. Tampoco faltaron guiños a las flores y a las plumas y un sorpresivo diseño de chaqueta y falda de culmino con el aplauso de los asistentes.
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Chanel
El club privado de equitación Étrie de París fue el enclave elegido por la maison Chanel para inaugurar el segundo día de Alta Costura. Una ubicación reconvertida que nos hacía viajar hacia el pasado, pero con una moda presente y reconvertida. Y es que, si por algo se caracteriza la maison francesa es por su juego entre pasado y presente, siempre resaltando aquel legado que una eterna Coco Chanel inscribiría en la historia de la moda.La colección, una historia de deja vu constante. Y es que, como lograría en su momento Karl Lagerfeld, la actual directora creativa de Chanel, Virginie Viard, supo hacer de la tradición su mejor As. Durante toda la propuesta no dejamos de ver el ya tradicional tejido de tweed, una vez más, adaptado a la moda del hoy, donde verdes altamente vibrantes entraban en juego junto a rosas empolvados, más sutiles y femeninos, sin olvidar el clásico binomio del blanco y negro. Eso sí, con una estética old money tan propia de los 30 's de Coco que se vislumbró, especialmente, en las propuestas de noche. Entonces, la pasarela parisina fue partícipe de un cambio notable de registro, donde terciopelos, encajes metalizados o tejido en gasa negra envolvían sensuales vestidos de cóctel. Una fiesta de lujo tan propia de la riqueza de los treinta que supo sumar este ‘preppy chic’ de la maison Chanel.Y como colofón: un surtido juego de accesorios donde se resaltó el legado del sombrero, que un día atrás ya protagonizó en el desfile de Schiaparelli (y semanas atrás inundó la colección Resort de Dior en la ciudad de Sevilla), aunque no fue el único. Junto a él, llamativas piezas de joyería que rendían tributo a la revolución de “Bijoux de Diamants”, la primera colección de joyería de Alta Costura de 1932.
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Stéphane Rolland
Al ritmo de Edith Piaff, una espléndida Nieves Álvarez abría (una vez más) el desfile de Alta Costura Otoño/Invierno de Stéphane Rolland. Así, desde su misma apertura el espectáculo fue máximo. Una propuesta de más de 30 piezas en las que el volumen, la elegancia y los diseños tatuajes fueron decisivos. Sobre tonalidades, una vez más Rolland escogió por los base: blancos, negros y un tentador rojo que envolvía la figura de sus musas (entra las que destaco una esplendorosa Nieves Álvarez). Fue una colección de contrastes. Donde inmensos cuellos se fundían con cuerpos entallados, donde la asimetría y las transparencias tampoco faltaron a la cita y donde pinceladas repletas de dramatismo tiñeron algunas de las piezas más aplaudidas del diseñador. Sobre detalles, no podemos dejar escapar las magníficas mangas abullonadas que adornaron muchos de sus diseños o las capuchas vestido, que muchos enlazaron con las típìcas siluetas de Roseberry para Schiaparelli. Una nueva propuesta glamurosa, elegante, dramática y, nuevamente, sorprendente, donde Rolland, junto a su musa española, Álvarez, supo hacer de la Alta Costura un verdadero arte.
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Alexander Vauthier
Elegante, atrevida, provocadora, sensual, muchos son los adjetivos que se le pueden atribuir a la última colección de Alta Costura de Alexander Vauthier y no es para menos. Desde la entrada de su primera pieza a la pasarela, Vauthier convirtió su propuesta en una oda a la feminidad, a la elegancia y a la provocación misma. Fue, como su compañero de cartel, una propuesta de contrastes. Siluetas entalladas paseaban junto a grandes volúmenes, telas cargadas de brillo se podía vislumbrar junto a telas negras única, incluso un denim atrevido se vino enfrentado por un print de piel de cocodrilo. Una explosión creativa que no dejó indiferente a nadie.La paleta de colores no es tan llamativa como la de la estación anterior, pero si ofreció una gran diversidad de estilos: beige, azul, plata y negro fueron las tonalidades principales. Pero, eso sí, todas ellas se vieron inundadas por ricas texturas como los flecos o las plumas. Y si, a todo ello, le sumamos detalles metalizados e iridiscentes como las lentejuelas, ni que decir tiene del resultado. ¿Algún detalle clave? Las asimetrías, que hicieron acto de presencia junto a líneas sencillas, pero de alta sensualidad.
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Giorgio Armani Privé
Giorgio Armani supo cómo quería, desde el minuto uno, su nueva propuesta. Una colección de lujo, donde pedrerías, lentejuelas, satenes y un negro impoluto vestiría a sus amigas de Hollywood. Vimos emocionantes vestidos de gala, trajes de chaqueta con prints florales, diseños abullonados y mucho tul negro. Como si de una alfombra roja de premios se tratase, Armani Privé envolvió a sus modelos con los mejores diseños de noche, delgados, con detalles voluminosos, con lazos de tul rosa que hacía recordar al espectáculo de Yves Saint Laurent de los 80, incluso, telas iridiscentes llegaron por la pasarela. Una colección sensual, elegante y minimalista, con la que Giorgio, a sus 88 años, sigue triunfando y que, estamos seguras, seguirá viéndose en las mejores galas de premios y citas de Hollywood.