Gianni Versace, la historia y la muerte de un genio

Hace diecinueve años el mundo de la moda sufría uno de sus varapalos más importantes: Gianni Versace, el gran diseñador y fundador de una de las firmas más famosas del momento, era tiroteado en frente de su mansión de Miami cuando volvia de desayunar tranquilamente, como hacía todas las mañanas.

Andrew Phillip Cunnanan fue quien acabó con la vida y el talento de Versace, para posteriormente suicidarse en un yate. Los rumores sobre el motivo del asesinato del diseñador no tardaron en aparecer. Desde que la mafia italiana había puesto precio a su cabeza hasta que Cunnanan era un asesino en serie (había matado a dos amigos suyos con anterioridad) o que era un amante y trabajador del diseñador que, debido a un ataque de celos, había decidido pegarle los dos tiros mortales en frente de Casa Casuarina, el orgullo de Giani y sinónimo de opulencia y lujo.

A su funeral acudieron, entre otros, grandes amigos suyos como la princesa Diana, Caroline Bessette Kennedy, top model como Naomi Campbell y personalidades del mundo de la moda como Giorgio Armani o Karl Lagerfeld. Tampoco faltaron estrellas de la música como Elton John, Pavarotti o Sting. Todos adoraban a Gianni y a su trabajo, fruto de su gran talento.

Y es que, desde que la primera tienda de la firma Versace fuera inaugurada en la Via della Spiga de Milán en el año 1978, la popularidad del diseñador no había hecho más que ir en aumento. El estilo Versace, ese que su hermana Donatella (ahora al frente de la dirección creativa de la casa) tan bien ha sabido preservar durante todos estos años, nació y encandiló a miles de mujeres en todo el mundo. La sensualidad de sus vestidos, cortes, colores y estampados, unidos siempre a un toque provocador y salvaje –podríamos decir que incluso algo kitsch gracias al toque siempre imperante de su famosa Medusa usada como logo- que mostraba el lado más indomable de las mujeres, se hizo famoso en todo el mundo.

Él fue el encargado de hacer grandes a supermodelos de la talla de Cindy Crawford, Linda Evangelista, Naomi Campbell o Claudia Schiffer (¡cómo olvidar su famosa campaña con todas ellas de principios de los noventa!); también hizo brillar con sus creaciones a celebrities de la talla de Madonna, Demi Moore, Kim Basinger, Courtney Love o incluso Liz Hurley, con aquel vestido de imperdibles que lució en 1994 y que quedó grabado para siempre en la retina colectiva, aparte de lanzar a la actriz al estrellato.

Como la propia Hurley dijo después, "A diferencia de muchos diseñadores, Versace diseña ropa para celebrar la forma femenina en vez de eliminarla”. Y el mundo de la moda, casi veinte años después, sigue echándole de menos.