Marie Claire

Hemos visto a Bella Hadid (y a Dulceida) con un sombrero de peluche y todavía no sabemos si nos encanta o nos horroriza

¿Debe morir esta tendencia? Os damos argumentos para amar el sombrero de pescador y para odiarlo.

Hay modas que deben morir, hay otras que nunca tuvieron que existir, otras que adoramos, otras tantas que odiamos y luego hay un pequeño grupo de tendencias sobre las que nos cuesta posicionarnos: ¿nos encantan o nos horrorizan? Y eso mismo es lo que nos ha pasado hoy cuando hemos visto a Bella Hadid, durante la Semana de la Moda de Nueva York, con un sombrero de peluche. Lo curioso de todo es que el miércoles Dulceida colgó en su canal de Youtube un vídeo en el que cuenta a sus fans que se ha comprado un sombrero que es un similar al de la modelo. ¿Le ha copiado? Desconocemos si la hermana de Gigi Hadid es una de las stalkers del Instagram de la influencer española, pero de lo que sí estamos seguras de que podemos encontrar un buen puñado de argumentos para amar y odiar esta tendencia.

A favor del sombrero de peluche de Bella Hadid y Dulceida

  • Te librará de más de un resfriado. De lo que no cabe duda es de que el sombrero en cuestión, que ambas compraron en Asos y están agotados, es lo más calentito que nos vamos a llevar a la cabeza.
  • Si quieres que te miren, tienes todas las papeletas para lograrlo. El sombrero de peluche es de esas tendencias que nunca pasan desapercibidas. Si quieres tener un perfil bajo, huye de él, pero si quieres luces hacia tu persona, delooker, has dado con el complemento perfecto.
  • Está de moda. El sombrero de pescado en versión peluche está de moda y así lo han confirmado sobre la pasarela Gucci, Ganni y Prada, pero que sea tendencia no significa que sea bonito. Pero… ¿qué es algo bonito? Ay, amiga, he ahí la cuestión, como siempre, cuestión de gustos.

En contra del sombrero de pescador

  • Es tan llamativo que posiblemente te aburras de él. En cuanto te lo pongas un par de veces, ya te resultará repetitivo.
  • No lo podemos usar cuando llueve… ¡porque te calarás!
  • Es posible que te mires al espejo y no te veas muy favorecida.


Ahora juzga tú, ¿te lo podrías o no?

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