El vestido de Zara que hubiese enamorado a Lady Di para la gala MET de 1996
La aparición de la princesa de Gales en la gala MET de 1996 marcó el comienzo de la relación de la moda con la realeza. Junto al “vestido de la venganza”, el diseño que llevó fue uno de los más polémicos, firmado por John Galliano para Dior y combinado con joyas a tono.
Al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, Diana Spencer no procedía de una familia humilde, sino todo lo contrario. Fue la hija menor del conde Spencer, John Spencer VIII y a raíz del divorcio de sus padres tuvo que mudarse con su madre y su hermano pequeño a un apartamento del centro de Londres dejando atrás una vida acomodada y llena de lujos, años antes de que su padre reclamase la custodia de Diana y ganase. Antes de convertirse en princesa, Diana fue muchas cosas. Entre ellas, estudiante de cocina, asistente de guardería y niñera de una familia americana residente en Londres. Pero, su compromiso con Carlos de Gales, futuro rey de Inglaterra, cambió para siempre el rumbo de su carrera. El 29 de julio de 1981, la boda celebrada en la Catedral de San Pablo de Londres marcó un antes y un después en su vida y, a partir de ese momento, se convirtió en un personaje tan popular, que el asedio de la prensa le costó la vida.
Cuando Diana se presentó al mundo, cargaba una pesada mochila repleta de inseguridades y traumas infantiles. Era una chica muy introvertida, que apenas levantaba la mirada cuando se le preguntaba. Su propuesta de estilo era como su personalidad, retraída. El divorcio de sus padres en 1968 marcó su vida para siempre. Cuando tenía 9 años, le internaron en Riddlesworth Hall y luego en West Heath, otro internado del condado de Kent. Su estancia en ambos centros marcaron su personalidad y, por supuesto, su forma de vestir. Diana tardó muchos años en aparcar este estilo que alejaba la tentación por enseñar la carne. Una propuesta de moda muy "señorita de internado".

Lady Di Met 1996
A mediados de los años 80 fue cuando Diana ganó confianza en si misma y su pasión por la moda creció de forma exponencial. Terminó tomando el control de sus propias decisiones y aprendió a comunicarse de forma muy audaz a través de sus propuestas de estilo. Algunas, de hecho, han pasado a la historia, como el vestido negro de Victor Edelstein que lució para bailar con la estrella de cine John Travolta en una visita oficial a Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Reagan y la primera dama, Nancy Reagan. Este diseño fue considerado un punto y a parte en su carrera como personaje público.
Afortunadamente para ella, sus looks experimentaron un cambio radical a raíz de su divorcio. En junio de 1994, la princesa Diana se enfundó un vestido que no era tan apropiado para una princesa: un diseño de seda negro muy ceñido y con los hombros al descubierto. Aquel modelo pronto fue apodado el "vestido de venganza" gracias a dos sucesos de aquella noche: la princesa Diana hizo una aparición pública en una fiesta organizada por Vanity Fair y el príncipe Carlos confesó su adulterio con Camilla en una entrevista para la televisión pública. A partir de ese momento, la estética de Diana dio un giro de 180 grados, en parte, por su vinculación y amistad con diseñadores internacionales como Gianni Versace.

Lady Di vestido lencero
Y es la década de los 90 y en concreto el 9 de diciembre de 1996, cuando la princesa de Gales (ya divorciada) decidió coger un avión rumbo a Nueva York. ¿El motivo? La gala organizada por la entonces directora de Harper’s Bazaar, Liz Tilberis, en el Museo Metropolitano de Arte y con el tema Christian Dior. Después de una alfombra roja en la que posaron las celebridades más conocidas y codiciadas del panorama social y político del momento, le siguió una cena en la que la princesa alternó con famosos como Bianca Jagger, Gianni Versace, Elton John y la futura codirectora de la gala y editora de Vogue América, Anna Wintour. Sin embargo, antes de comenzar el baile, el cansancio y jet lag acumulado obligaron a Diana a retirarse al hotel para descansar y recuperarse.
En cualquier caso, la princesa de Gales hizo historia en cuestión de dos horas con un vestido largo lencero de John Galliano para Dior en color azul noche. Un deslumbrante diseño de tirantes y escote corazón con encaje negro que inspiró a Diana con la elección de las joyas que le acompañaron aquella noche: un conjunto de pendientes y collar de perlas con grandes zafiros que Isabel Bowles-Lyon (aka la reina madre) le regaló con motivo de su enlace con el príncipe Carlos. En octubre de ese mismo año, el diseñador británico fue nombrado director creativo de la casa Dior y Lady Di fue una de las primeras en lucir aquellas piezas de colección imaginadas por el maestro creador.

Vestido de Zara
Este vestido azul de Diana marcó un antes y un después, y también fue apodado como "el vestido de la venganza" debido a que la prenda se ciñe al cuerpo y resalta los atributos de la mujer. Ahora, Zara nos trae su versión low cost inspirada en este básico que te hará brillar con luz propia. Se trata de un vestido fluido de escote pico y tirantes finos ajustables con detalle de frunce en pechera. Sexy y elegante, lo tiene todo para ejecutar una buena vendetta por 12,95 euros.