Las dos joyas que hemos visto en 'The Crown' y que cambiaron la relación de Diana, Carlos y Camilla para siempre
El complicado y doloroso triángulo amoroso más comentado de la historia está perfectamente relatado en el tercer capítulo de la nueva temporada con dos importantes joyas.
Desde que el primer capítulo vio la luz el 4 de noviembre de 2016, el drama que rodea a la familia real británica se ha convertido en tema de interés general en todo el mundo gracias a Netflix. The Crown ha explorado muchas de las complejidades y secretos de la corona, dibujando un retrato emocionante de la historia de la monarquía en el siglo pasado.
Este domingo 15 de noviembre, la empresa de suscripción estadounidense ha estrenado la cuarta temporada de la serie historia dirigida por Peter Morgan y Stephen Daldry y protagonizada, desde la pasada temporada, por Olivia Colman, Tobias Menzies y Helena Bonham Carter.
Lo primero que habrán notado los espectadores en la cuarta temporada es la irrupción de un nuevo miembro de la realeza interpretado por Emma Corrin, quien asume el papel de la princesa Diana de Gales. "Es una responsabilidad enorme interpretar a alguien que fue tan icónico y querido por tanta gente", declaraba en una entrevista telefónica a Vogue España.
La línea argumental clave de esta nueva temporada explora la relación del príncipe Carlos y Diana, y el triángulo amoroso protagonizado por una tercera persona en discordia, Camilla Parker-Bowles. En la nueva temporada de Netflix somos testigos de cómo una joven Diana vive y sufre su historia de amor con Carlos en una época en la que Margaret Tatcher dirige Reino Unido con mano de hierro en guante de seda.
Diana acaba de cumplir 18 años cuando conoce a un joven sensible e incomprendido que sale "de paseo a caballo" con su hermana mayor, Sarah Spencer. Después de un par de encontronazos casuales, el príncipe (sin consorte) pide salir a una joven ilusionada por encontrar el amor en un cuento de hadas que se torna rápidamente en un infierno. En 1981 y después de varios ataques de bulimia, celos y un mar de dudas, Diana Spencer contrae matrimonio con Carlos en la Catedral de San Pablo de Londres. A partir de este momento, su marido se convierte en una persona fría e infiel, que lo achaca a "la fragilidad" de su esposa.

Lady Di anillo de compromiso
Hace diez años, en una cabaña rústica a los pies del Monte Kenya, la segunda montaña más alta de África, el príncipe Guillermo sacó, tembloroso y muy nervioso, algo de su mochila. Había viajado durante dos semanas con él y sabía que si se perdía, se metería en serios problemas. A fin de cuentas, era un anillo de diamantes y zafiros de 12K valorado en más de 500.000 dólares y con el que estaba a punto de proponerle matrimonio a su pareja de vida, Kate Middleton.
Por supuesto, el anillo de compromiso de la duquesa de Cambridge no es un zafiro con diamantes cualquiera. Fue creado por el reputado joyero Garrard y fue una de esas joyas de las que la princesa Diana nunca se desprendió, hasta su divorcio con el príncipe Carlos en agosto de 1996. Pero, lo que hace que este anillo sea tan especial es cómo llegó a las manos del príncipe Guillermo, mucho antes de pedirle compromiso a Kate Middleton.

Lady Di anillo de The Crown
Gracias a The Crown hemos podido conocer cómo el príncipe Carlos rompe dos tradiciones importantes en lo que se refiere a una pedida de compromiso al uso: no hinca la rodilla y deja que Diana escoja su anillo de pedida. Lo más normal es que el príncipe se arrodillara para desposar a su futura mujer con una reliquia de incalculable valor. Nada de esto pasó. La joyería Garrard, el diseñador de anillos de compromiso más antiguo de Londres, envió un catálogo al Palacio de Windsor en el que se incluía el modelo que escogió la princesa de Gales. Una joya adornada con un precioso zafiro azul de Ceilán rodeado de 14 diamantes engarzados en oro. Cuando la reina Isabel II pregunta a una joven Lady Di por su elección, esta responde: "Se parece al de mi madre y hace juego con mis ojos".

Kate Middleton anillo de compromiso
Tras la muerte de la princesa Diana, un rumor no confirmado sugiere que el príncipe Guillermo y Harry pudieron elegir dos objetos de su madre como recuerdo. Según los informes no oficiales, Guillermo eligió el reloj Cartier de oro y Harry eligió el anillo de compromiso. Sin embargo, una vez que Harry (cuando estaba soltero, claro) vio el amor de Guillermo por Kate, le dio desinteresadamente el anillo a su hermano a cambio del reloj. Con el fallecimiento de la monarca, Guillermo heredará gran parte de las joyas de la corona, incluido el broche de zafiros que inspiró el anillo de pedida de Kate y Diana.

Pulsera con las iniciales de The Crown
La otra joya que nos ha llamado la atención y de la que se habla en la serie no estaba destinada a su prometida, sino a una amiga muy especial del príncipe Carlos, Camilla Parker-Bowles. En la ficción se muestra cómo Diana descubre los bocetos que el príncipe Carlos había imaginado para la pulsera. La joven princesa no duda en pedir explicaciones a su futuro marido, quién alega que se trata de un regalo de despedida para una buena amiga.
La joya en cuestión es una pulsera de oro grabada con las iniciales G y F. A simple vista no había motivos para estar celosa, pero Diana recuerda la conversación que tuvo con Camilla durante su comida en Myfair y donde esta le confiesa los motes cariñosos que tenían el uno para la otra: Gladys y Fred. Efectivamente, la pulsera era para Camilla y la ha lucido en numerosas ocasiones desde entonces, hace hoy casi 40 años.