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Shlomit Malka , la modelo con fusil de asalto

La nueva cara (y cuerpo) de intimissimi es una modelo poco convencional, acostumbrada a las maniobras militares y aficionada a leer libros sobre física.

Puede que en Israel sea algo que está a la orden del día, pero en el resto del mundo el hecho de que una modelo tenga que pedir permiso al mando militar para hacer sus campañas aún sigue sorprendiendo. Es el caso de Shlomit Malka, nuestra portada de mayo, que no solo es poco convencional por su cara bonita. "Compaginé algunos trabajos como modelo, para los que pedía permiso especial porque estaba en el servicio militar, que en mi país dura dos años para las mujeres", cuenta Shlomit, que acabóla mili en 2014. "La experiencia en el ejército me enseñó disciplina y perseverancia, lo que me ayudó a enfrentarme a mi trabajo con madurez a pesar de ser muy joven. Tener una responsabilidad tan grande a los 18 años es una gran lección difícil de aprender en un mundo dominado por el individualismo. Es alucinante ver a gente tan joven dar dos o tres años de su vida por su pueblo. Su tiempo, sus habilidades o incluso su vida sin esperar nada a cambio. Aprender a dar es una lección preciosa". Esta patriota, que habla como si estuviera en una escena de Algunos hombres buenos, es la nueva imagen de la firma italiana de lencería Intimissimi. Eso sí que es ser polifacética. En un momento dado, la modelo cambió la disciplina marcial por el delicado encaje negro y los flashes de las cámaras para convertirse en imagen de la firma de ropa interior. "Adoro Intimissimi, representa la pasión y la sensualidad, pero al mismo tiempo te hace sentir tú misma. Permite que todas las mujeres descubran su lado sexy y lo exploten". Aunque parezca increíble viéndola delante de la cámara en el making of de la campaña, la modelo no siempre se ha encontrado tan segura de sí misma posando en ropa interior. "En mis primeros trabajos no me sentía nada cómoda, pero a medida que fue pasando el tiempo empecé a amar mi cuerpo. No hay nada más bello que el cuerpo de una mujer con ropa interior". Ha tenido buenas mentoras, entre ellas, las mujeres que forman parte del olimpo de la firma italiana: su compatriota Bar Refaeli, Ana Beatriz Barros e Irina Shayk, con la que Malka ha posado para el libro de fotografía The Perfect Bra Book. "Irina participó en la primera edición del libro, así que pude aprovechar su experiencia. Ella es un ejemplo para todas las modelos, inyecta belleza y sensualidad a todo lo que hace y ahora las dos somos parte de la familia Intimissimi", cuenta la modelo sobre su compañera. El libro es una especie de enciclopedia del sujetador perfecto, con consejos para la elección y cuidado de esta prenda, que te puede hacer sentir libre, cómoda y sexy, o arruinarte el día. "El sujetador es muy importante, lo usas todos los días. Me encanta llevar sujetadores bandeau y de encaje". Los rasgos entre balcánicos y mediterráneos de Shlomit son fruto de su herencia genética. Es medio marroquí, medio rusa y, como ya hemos visto, cien por cien israelita como un subfusil Uzi. "Israel lo tiene todo: playas, desiertos, mezcla cultural. Me encantaría que más gente lo apreciase". Como es natural para una modelo, ella se pasa la vida de aeropuerto en aeropuerto, lo que la ha hecho apreciar aún más la riqueza y la variedad de su tierra natal. "Viajar constantemente es a la vez la mejor y la peor parte de hacer esto. No tienes rutina y tu ambiente de trabajo es diferente casi cada día. Allá donde voy trato de empaparme de la cultura local". Y lleva así desde sus tiernos 17 años, cuando su agente Elinor Shahar vio sus fotos en Facebook y la convenció para modelar, una salida profesional que nunca se había planteado. Y es que Malka no solo se sale de la norma por ser una modelo acostumbrada a las maniobras militares, ahí no se acaban los detalles sorprendentes: resulta que lo que más le gusta para relajarse es... ¡leer libros sobre física! "Sí, así es ¡soy una nerd camuflada!". Pero como, evidentemente su aspecto no se consigue en el sofá leyendo El universo elegante, Shlomit también tiene que dedicarse a labores menos intelectuales. "Hago mucho deporte y aunque esté cansada o tenga jet lag, nunca me salto un entrenamiento". Menos mal. Eso nos consuela.

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